The Accountant

foto


Un hombre del que vemos solo sus pies y a veces sus manos, se acerca a la puerta de lo que parece un restaurante de mala muerte. Hemos visto otro hombre antes de él matar a un par de matones gordos frente a esa puerta y entrar al lugar. Se oyen disparos en la banda sonora y la cámara sigue los pasos del segundo: sangre en las paredes, cuerpos en el piso, quejas de piedad. Todo enmarcado en una partitura musical (Mark Isham) y en una cinematografía (Seamus McGarvey) que marca de forma singular cada paso y cada movida del tipo anónimo espiado por la cámara. Qué ha pasado y qué hemos de esperar es la incógnita presentada por el guión de Bill Dubuque que no solo mantiene la tensión del filme, sino que luego provee una sorpresa interesante.

Christian "Chris" Wolff (Ben Affleck) es un contable que tiene mucha más fama que la que esconde desde su oficina en un centro comercial "pacotilla". Su fama no es pública. De hecho, existe en un reducido círculo de conocidos, pero estos son algunos de los más empedernidos criminales del mundo. Chris es un genio matemático que es un fenómeno analizando los libros de negocios de traficantes de drogas, vendedores de armas, compañías ilegítimas, gobiernos corruptos y otros mercaderes del mal. Sin saberlo, está fichado por el agente Raymond "Ray" King (el fenomenal J. K. Simmons) del Departamento del Tesoro y su ayudante Marybeth Medina (Cynthia Addi-Robinson), quienes se dan a la tarea de encontrar al elusivo contable, cuya existencia es parte de una mitología mundial.

La primera vez que vemos a Chris está por ayudar a una pareja de campesinos cuyos problemas financieros han puesto en peligro su finca. Muy agradecidos con el resultado, dejan que Chris vaya a su propiedad a practicar tiro al blanco. Mientras tanto, una compañía de robótica emplea al contable para tratar de desenmarañar un problema con sus libros. El contable del título verifica lo que Dana Cummings (Anna Kendrick), la contable de la compañía, ha notado. Resulta ser un grave error. Eso los marca para ser eliminados por gente que no quiere que se sepa lo que han descubierto.

No puedo revelar más sobre la trama y subtramas de este filme violento y excitante. Baste decirse que las tomas de acción son tan reales que es difícil aceptar que a los actores no se les rompan los huesos. Aunque muchas, como se ha puesto de moda, transcurren en la oscuridad o la penumbra, es difícil deducir quién le hace a quién. (¿Qué le ha pasado a escenas como la de Sean Connery y Robert Shaw en el tren en From Russia with Love?). 

Lo mejor del filme es que Chris sufre del síndrome de Asperger, que es parte del complejo de autismo, y parte de su éxito es que es un “savant” en matemáticas. En eso es una película pionera: por primera vez hay un héroe de acción con autismo. El comportamiento de algunos de estos niños se ve en la visita que hacen al médico los padres de Chris, y hay un gran secreto a lo largo del filme que incluye la participación de uno de estos seres especiales.

Encontré que el guión no explica ciertas cosas que estoy seguro que ustedes también cuestionarán cuando la vean. Además, no queda muy claro, hasta bastante tarde en el filme, cuál es la función (y porqué) de un personaje llamado Braxton (Jon Bernthal) que es un asesino despiadado. En lo que sí acierta el guión es en el desarrollo del personaje principal. Es especialmente atinado el que la enfermedad que sufre el personaje no se manifieste todo el tiempo, pues cansan las películas en las que un actor tiene que imitar las consecuencias físicas de algún disturbio, en particular, digamos algo como distrofia muscular. Un actor se ganó el Oscar representando un autista (Dustin Hoffman en Rain Man, 1998), pero lo hizo actuando, no imitando una condición. Affleck ha seguido sus pasos en el sentido que cuando está luchando con las consecuencias físicas y emocionales de su enfermedad nos adentra en los sentimientos del personaje, y nos hace ver que, como seres humanos que son, sufren lo que padecen tanto como se sufre cualquier otra enfermedad.

Los “savant” son personas encerradas en un ámbito que no entendemos los que miramos desde afuera, y tenemos que entrar en ese mundo con la cortesía y la bondad que todo humano se merecen. Aunque Chris es un criminal, lo que el guión nos revela es su capacidad para distinguir el bien del mal y, máxime, su bondad. En eso Chris, personaje que les aseguro volveremos a ver, no es muy distinto de ningún otro superhéroe. Affleck mejora a pasos agigantados, tal y como vimos en Gone Girl (2014), y aún es joven. Las películas de acción enriquecen a los actores de forma exagerada y le lloverán las posibilidades, pero espero que tenga más películas buenas en su futuro que se centren en sus dotes artísticos.


Lista de imágenes:

1. Gavin O'Connor, The Accountant, 2016

Categoría