Gracias, Benedicto, por el machismo
"Y si ves entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y la codicias, y la tomas para ti por mujer, la meterás en tu casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas, y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su padre y a su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y ella será tu mujer. Y si no te agrada, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto la humillaste."
— Deuteronomio 21: 11-14
1.
El texto de Deuteronomio 21: 11-14 que abre como epígrafe a este escrito, es para mí una de las joyas machistas más "aberrantes" de la biblia. No dudo un solo momento en pensar que quien quiera que haya dado esta orden, detesta a las mujeres de la peor forma. Este compendio de escritos de tribus antiguas de bárbaros, les enseña a muchas tribus modernas de bárbaros lo que debe o no debe hacerse en relación a varios temas, incluido el tema del papel de la mujer. Y aunque muchos han explicado su infalibilidad y su aportación tan consistente a la supuesta moralidad humana, a mí me llena de indignación.
2.
La biutichan de Saint Just en Carolina me recorta las greñas y se dispone a perfilarme las cejas cuando me doy cuenta que desde su televisor empotrado en una de las esquinas del salón de belleza, se muestra la figura del Papa, que está visitando la hermana Isla de Cuba.La reportera ancla del noticiario indica que el Papa está próximo a despedirse del pueblo antillano, que le echa su bendición, que insinúa que Cuba es de los cubanos (whatever that means) y que recomienda que los cubanos abandonen el machismo.
Recordé un ensayo que leí hace muchos años titulado “La Biblia Como Guía Moral” en el que se mencionan varios textos de los Salmos. En el ensayo se explica que varios versos son omitidos y no son públicamente leídos a los feligreses por causa de la violencia y del tono anticristiano que destilan. Uno de ellos llamó particularmente mi atención: “...dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña” (Salmo 137:8-9). Supuse que eso mismo ha de haber sentido el violador que torturó y asesinó a la niña boricua en Nueva York hace unos meses: dicha. Supuse también que su madre, padre, hermanitos y demás parientes seguramente no se habían sentido igual de dichosos.
El Antiguo y el Nuevo Testamento coinciden en afirmar la superioridad masculina y la inferioridad femenina, vastamente demostradas a lo largo de todas sus páginas. Tanto es así que muchas mujeres interesadas (no sé cómo) llevan una lucha de decenios intentando que la Iglesia les permita ser Sacerdotas (no sacerdotisas que sería una nomenclatura inferior aún mostrando vicios de sujeción), sin ningún éxito.
La inferioridad de la mujer siempre estuvo en boga en las escrituras, y en la vida, primero judía, luego cristiana, incluso por los fundadores de la Iglesia posteriores a Jesús. Pablo, por ejemplo, les prohíbe hablar en los servicios de la congregación o presentarse con la cabeza descubierta. (1°Co.14:34). En la biblia hay normas machistas y por lo tanto discriminatorias que no deberíamos aceptar. Voy más allá, deberíamos exigir que sean borradas, eliminadas o que mínimamente ya no se use este panfleto barbárico a diestra y siniestra.
Este conjunto de tratados es el producto final de unos autores influenciados por su medio cultural machista. Este montón de sinsentidos han creado una normatividad social y religiosa que mantiene un orden social en el que la mujer ocupa un puesto secundario, terciario y hasta ínfimo en la sociedad actual. El dios del judeocristianismo que inspiró este librito es machista, y por lo tanto injusto. Y lo peor de todo es que, como parte activa de una eterna broma impenitente, henos aquí frente al televisor, sintiendo la extirpación de los vellos de una ceja izquierda, mientras escuchamos a Benedicto decir chistosamente que hay que evitar el machismo.
3.
Luego que Jenny, mi biutichan, me arreglara las patillas, escuché además a Benedicto XVI decir que los cubanos deben luchar por una sociedad "abierta y renovada" y les exhortó a la reconciliación para que los cubanos "miraran ya al futuro". Condenó, por cierto, con exagerada firmeza, el capitalismo salvaje "que ha dejado al hombre desprotegido frente a ciertos poderes". Y es en ese momento en que las arcadas de indignación me acaparan el cuerpo. Frente a mí aparecen letreros imaginarios de neón que leen: hipócrita, oro del vaticano, sortija papal, voto de pobreza, crímenes de odio, pederastas. Y recito en voz audible: "Así ha dicho Jehová: He aquí que yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del Sol." (2 Samuel 12:11). Jenny se sonríe, me echa talco para luego espantar los cabellos cortados con un cepillito tipo brocha y me dice: ¡Fíjate, nos salió religiosita la nena!
* Todas las fotografías son de la autoría de Ernesto Bazán y forman parte de su libro Cuba (2009).