La ciudad y sus huellas: entrevista a tres artistas urbanos con motivo de La Campechada

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La Campechada, una celebración de la vida y la obra de José Campeche en el entorno donde el artista dejó sus pisadas, se celebró el 18,19 y 20 de noviembre. Convocada por el Museo de Arte de Puerto Rico y de su representante, Marta Mabel Pérez, las calles se llenaron, cual kermese medieval, de artistas, performeros, bailarines, artesanos y oportunistas celebratorios en febril fruición y animada fiesta. Una de las actividades más llamativas fue la participación de nueve artistas urbanos en la preparación de un lienzo comunal (¡de 12' por 150'!) que atravesó la calle San José (entre San Sebastián y Sol) bajo el apadrinaje del artista Nick Quijano, quien allí tiene su taller. Previo al fin de semana en que se celebró La Campechada, entrevisté a tres de los nueve artistas participantes: Alicia 'Prisma' Morales, Naso y Rosanna Herrero.

Sonia Cabanillas— Les pregunto, para abrir el diálogo, que me expliquen un poco sobre la importancia del nombre y su relación con el no-nombre—el anonimato—, dentro de la cultura del graffiti.

Es Naso quien me contesta enseguida:

Naso— En el mundo del graffiti, nuestro nombre juega un papel muy profundo porque él lleva todas las experiencias de vida que de infinitas formas se proyectan en los estilos. La firma es clave para los artistas que la estampan a donde quiera que vayan. Es un impulso que te lleva a dejar tu huella; un medio de comunicación entre los del movimiento. En cuanto al anonimato, todo graffiero en su comienzo decide si optar por él o no; eso depende de qué es lo que quieran ser y hacer con su arte. Un buen ejemplo de un artista anónimo lo es Banksy.

Rosanna— Mi caso es un poco diferente, soy artista visual y fiel admiradora del graffiti pero, hasta ahora, no soy graffitera. Estaré con el grupo de La Campechada gracias a gente que cree en mí y al apoyo de grandes graffiteros, específicamente de Edgardo 'Acty2' Rosa.  Ahora, siempre he respetado dicho medio y me ha provocado mucha curiosidad. Cuando tenía dieciocho años traté de ser graffitera, por tres años estuve aprendiendo con el D.E.A y con mi amigo 'Elph' bajo el apodo 'RosN' o 'Roxe', pero nunca fui a la calle, ni firmé públicamente.

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SC— ¿Cómo entraron a cultivar este género? ¿A quiénes admiran y porqué?

Prisma— Siempre mi atención ha estado puesta en diferentes elementos del arte y, de alguna manera, me vi involucrada en la música hip-hop, el baile y el arte visual urbano. Comencé haciendo letras sencillas para trabajos escolares, pero puedo decir que ya llevo dos años involucrada en el ambiente.  Entre las personas que graffitean, admiro mucho a Antonio 'Prisco' Pérez, él es uno de los pioneros en P.R. y, cuando lo conocí, su humildad y sinceridad lo destacó. Agradezco a Naso por motivarme y enseñarme más de cerca a valorar el estilo de vida que lleva un graffitero.

Naso— ¡Ah!, sí... A mí, de niño me gustaba ver arte urbano, pero en séptimo grado, en la escuela Central de Artes Visuales fue que comencé a practicarlo. El gusto que siempre le tuve al hip-hop me influyó de gran manera, ya que es una misma cultura — el graffiti es sólo uno de sus cuatro elementos [hip-hop, break dance, performance y graffiti]. Admiro y represento a mis “crews” HD & TAC porque, cuando comencé en esto, me pusieron al día con las técnicas del graffiti. También admiro a Edgardo Larregui por su labor artística y comunitaria y por creer en mí siempre. A Basquiat (Samo), Lorenzo Homar, Andy Warhol y José Campeche, por los impactos que produjeron en el arte, y a Banksy, por nunca quedarse callado.

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SC— ¿Existe una ética del graffiti? Esto es, ¿hay cosas que bajo ninguna circunstancia se deben hacer; cosas que se deben hacer siempre o cosas que se hacen dependiendo del momento y la oportunidad? ¿Qué código de conducta debe seguir un graffitero?

Prisma— Para mí existe una ética de respeto en el graffiti. Ese es mi estilo, no daño propiedades privadas o piezas de otros graffiteros en la calle. Es parte de la cultura dejar mi “tag” en lugares estratégicos para que 'Prisma' se dé a conocer. Trabajar en colaboración con eventos artísticos es lo que más he hecho, aunque si encuentro la oportunidad de transformar una pared en una obra de arte, la aprovecharé. Entre graffiteros no se puede estar cucando, pintando sobre otro, a menos que sea un “bombing” sin elaboración. En los “crews” de graffiti hay unidad como de familia, así que hay defensa si alguien no respeta a un miembro del “crew”.

Rosanna— La controversia tiene que ver con su anonimato, sus reglas, el vandalismo de algunos y de los que no entienden bien cómo se hace graffiti. Veo muchos que escriben nombres por escribir, jóvenes que no entienden su historia y el porqué de que cada uno tenga una firma, una identidad, un arte que los separa de los demás y gana respeto en la calle.

Naso— Sí, existe una ética dentro del movimiento y enfurece ver cómo siguen apareciendo graffiteros que no la respetan. Las paredes y los espacios urbanos son públicos, por lo tanto esta ética busca controlar estos espacios. Una regla clave es que está prohibido tapar un trabajo elaborado con una firma, pero sí se puede pintar algo elaborado encima de una firma porque mientras más elaborado el trabajo, más derecho tiene de ocupar un espacio. Claro, un mural no podría reemplazar otro mural sin el permiso de los artistas. Pero eso sí, si lo que se busca es guerra contra algún graffitero, uno rompe la ética para llegar a ello. Cuando se pierde el respeto ante los otros artistas no hay “break” para recuperarlo.

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SC— ¿Qué le contestarían a alguien que afirma que el graffiti es sólo una forma de vandalismo o de conducta antisocial? ¿Cómo ha evolucionado el graffiti a través del tiempo? ¿Cómo ha ido cambiando la actitud de la gente hacia el graffiti?

Naso— Le diría que se den una vuelta por Santurce y aprecien su museo urbano y libre de costo. Este tipo de visión refleja falta de conocimiento, porque piensan que el graffiti se compone sólo de firmas y “throw ups”. Pero muchas personas le encuentran su encanto, por sus propósitos y su largo trayecto en la historia, pienso que nos miran con una visión antropológica-artística. El graffiti sigue evolucionando con el tiempo, sigue explorando nuevas ideas, técnicas y visiones.

Prisma— Mira, yo he aprendido que esa forma de pensar está limitada por la razón que sea. El graffiti, para mí, no es una rebeldía antisocial que está provocada por malos deseos y sentimientos. Al contrario, este arte deja conocer sentimientos de gente real que sólo se quiere expresar. Y no me preocupo por responderle a esas personas que no entienden. Al final, con mi trabajo y mi respeto irá cambiando esa perspectiva que tienen del graffiti. El graffiti ha dejado de ser “daña paredes” para enriquecer nuestras calles. Por eso, cada vez más he recibido apoyo, buenas respuestas y agradecimientos de muchas personas que valoran lo que hacemos.

Rosanna— Sí, pero existe otra cara del problema. El graffiti, por un lado, inspira respeto y, por otro, invita a su falta; los que faltan el respeto, ya sea por copiar una pared o estilo, o tomar el mismo nombre... Luego tienen que encarar esa falta del respeto con "battles" en paredes, midiendo su fuerza en aerosol hasta que terminan una majestuosa pieza que será acogida por el pueblo, los admiradores, los que lo rodean de manera objetiva. Esto es sólo un ejemplo de cómo el graffiti, el verdadero graffiti, tiene sus normas que no se aprenden en clases, con profesores o maestros; se aprende en la calle, con amigos, mentores que te adoptan y te dan las herramientas para expresarte libremente dentro de una comunidad. Hay que esforzarse quizás un poquito más para ser entendidos... que otros más privilegiados.

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 SC— ¿Qué función, si alguna, tiene el graffiti dentro de nuestro entorno cultural? ¿Por qué es el graffiti una forma de arte legítimo?

Prisma— Nuestra isla está fundamentada en el arte. Esta cultura no sería boricua si no tuviera el porte del hip-hop, el ritmo urbano y las rimas de un MC. Mi función es promover lo visual para que se identifiquen con lo que expreso. Es dar identidad, personalidad y rumbo a un estilo de vida, a una comunidad de gente particular, ¡con su propia sazón!

Naso— Pero hay que ver que, cuando el graffiti se trabaja con un mensaje poderoso, crea más impacto que un anuncio publicitario en un Billboard costeado por miles de dólares al mes. Esto es porque, al haberse trabajado en la calle, está expuesto a miles de personas al día. Por esta razón, yo defiendo que el graffiti no sólo debería tratarse de letras y propósitos individuales, sino que también debería dirigirse más a los temas sociales o cotidianos y, de esta forma, persuadir como lo hace la publicidad; pero en este caso sería para un cambio de pensar y para aportar buenas emociones a la sociedad, no para vender un producto o una marca. Por ésta y muchas otras razones, el graffiti SÍ es un arte legítimo, porque se trabaja a mano y no con máquinas perfeccionistas y la mayoría de las veces, se trabaja sin importar el dinero que pueda producir.

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 SC— Describan los diferentes tipos de graffiti, expliquen los términos. ¿Cómo caracterizan el tipo de graffiti que hacen? ¿Ha cambiado su estilo con el tiempo?

Naso— Todo comenzó con firmas en la década del '60 y hoy día el graffiti tiene como estilos los "tags", Throw Ups, Block Letters (letras de tamaño monumental), Wildstyles (letras con muchas conexiones), Characters (personajes), letras 3d — Laser (letras proyectadas en edificios con lasers), StencilFotorrealismo, Surrealismo, entre otros. Yo trabajo todo tipo de letras, charactersstencils, y con ellos busco crear distintas emociones en la gente. Mi estilo ha cambiado y también depende de la etapa en que esté, porque siempre estoy experimentando algo diferente. Mientras más vivo, más ideas quiero explorar en el arte.

Prisma— Estoy conociendo poco a poco cada estilo y los términos; antes pensaba que no eran tan específicos y que sólo eran distintos por ser original de cada artista. Pero entre los que más captan mi atención son el “character” y el “caligraffiti”; el primero, por los detalles y la expresión en una imagen de caras o cuerpos, y la caligrafía por el “flow” delicado y fino.  Esto no es común en las calles, tiene de tres a cinco años dándose a conocer en la isla...

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SC— ¿Qué piensan sobre la institucionalización del género? (Que los museos y distintas compañías y universidades estén patrocinando el trabajo de artistas urbanos). ¿Qué efecto tiene esto en el impacto contracultural del graffiti?

Prisma— Este movimiento ha provocado que las instituciones se interesen. El patrocinio de nuestros trabajos, además de que nos expone a todo tipo de público, también le da a las instituciones mayor alcance y promoción. Esto da lugar a que la cultura del graffiti no se vea como vandalismo, sino como arte. Pero los mismos graffiteros preferimos muchas veces mantenerlo a nivel social y familiar, no tanto comercial.

Naso— Yo apruebo que se eduque sobre el graffiti por medio de talleres. He tenido muchas experiencias dando talleres de graffiti a las comunidades especiales y escuelas, y esto ha sido de gran aportación a la comunidad, pero el efecto que crea en los jóvenes estudiantes es mucho más impresionante. Mientras tanto, sirve como método para dar a reconocer la cultura del graffiti y a cambiar la manera negativa de pensar hacia éste. También pienso que el graffitero que llega a un museo es porque se ha comprometido en hacer un buen trabajo.  Por otra parte, todo debe tener su límite, la escencia del graffiti es la calle y eso no se puede perder.

SC— El graffiti es sólo una forma de expresión dentro de muchas que son parte de una (sub)cultura compleja. Expliquen otros elementos que forman parte integral de ese modo de vida.

Naso— Como anteriormente decía, el graffiti viene de la cultura de barrio, de la música hip-hop, el “brake dance”, que es muy complejo, variado y fuerte. También el rap es fundamento de la expresión visual, que es el graffiti. Esas rimas llevan sentimiento, fuerza, respeto y tiraera. En este país todos, de alguna manera, nos identificamos con esta (sub)cultura.

Prisma— Sí, el graffiti es una de las ramas más importantes del Arte Urbano. También conviven en ese espacio las artes plásticas, instalaciones, performance, teatro y, personalmente, yo considero que como parte de esta (sub)cultura están las situaciones y escenarios urbanos, mayormente los nocturnos.

SC— Describan un trabajo que hayan hecho y del cual se sienten particularmente orgullosos.

Rosanna—Exploré la abstracción urbana y orgánica a gran escala con un díptico titulado "Nature of Mecanics" [sic] y otra pieza bordada. Hasta el día de hoy, siento mucho orgullo por haber creado esas piezas y haber tenido dicha oportunidad. Entiendo que cada artista tiene su creación, su individualidad.

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Prisma—Pues en estos días he contemplado la idea de hacer varias piezas con las que he soñado varios meses. Son este tipo de piezas que tienen un significado personal y que se deben compartir para que otros perciban cosas buenas y tengan algo que llevar en ellos. Pero en lo que eso surge, pude realizar una pieza de acrílico sobre madera con instalaciones en metal, llamada “Tiempo de Arrugas”. Fue en honor al cumpleaños número 103 de Doña Isabelita Rosado, nacionalista puertorriqueña. La pieza es 2’x2’, tiene como base una difuminación de sol marrón, rojo, amarillo y anaranjado, con un calderito de arroz taladrado a la madera, manecillas de un reloj antiguo dentro del caldero. También tiene una máscara con arrugas al relieve muy cerca del calderito y cuatro piezas de madera de utensilios de cocina que marcan las diferencias en los tiempos que ha vivido mi prócer puertorriqueña. Pude conocerla y compartir con ella en La Respuesta en Santurce, donde se expuso la obra.

Naso— Dentro de todos los murales y trabajos artísticos que he realizado, con el que he sentido mayor satisfacción han sido los dos años que he ofrecido talleres de graffiti a la escuela TASIS de Dorado. Porque al educar a las nuevas generaciones sobre el arte urbano, se deja el futuro en buenas manos.

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SC— ¿Son los graffiteros más bien individualistas, o es este género uno que invita a la complicidad entre amigos? 

Naso— Desde el principio del graffiti los artistas buscan trabajar en grupos. Para mí en el graffiti se da un tipo de supervivencia en la cual te conviene ser respetado dentro del ambiente. El graffiti se trata de eso, de compartir con otros artistas, aprender de ellos y viceversa. De esta forma se construye una familia en el grupo: “Todos para uno y uno para todos”. Ser graffitero es un honor, no todo el mundo puede hacer lo que nosotros hacemos y no sólo se trata del buen trabajo que se pueda lograr, es también lo que tiene que pasar para llegar a eso.

Prisma— Bueno, mi experiencia es un tanto divertida y llena de adrenalina. Yo he sido cómplice y he tenido mis cómplices a la hora de “taggear”. También me interesa trabajar mi arte individualmente. Es como todo, cuando se trabaja en grupo, toma su tiempo y sus detalles de organización, porque no es “al garete”. Y cuando es individual, lleva su preparación previa también. Se comparten murales entre amigos, se hacen piezas individuales, pero, cuando se trata de expresarte por el impulso o el deseo, ya es algo personal.

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SC— ¿Qué les motivó a participar en La Campechada?

Prisma— Participar en la Campechada me ha dado la oportunidad de involucrarme en un evento cultural en el que puedo aportar mi arte para dar a conocer a Campeche a las nuevas generaciones. Y todo desde un punto de vista moderno, si se puede decir así. Esto de trabajar junto a otros artistas siempre aumenta el conocimiento y el desarrollo como artista, así que lo tomo como una experiencia de aprendizaje.

Naso— Participo en La Campechada porque me orgullece ser parte de esta celebración de la vida y obra de José Campeche. Este artista puertorriqueño del siglo 18 es digno de admirarse porque, con el atraso artístico que tenía Puerto Rico en ese tiempo, él estaba bien al tanto de todo lo que pasaba en Europa. Gracias a sus obras, mucha de la historia puertorriqueña es conocida hoy día, ya que con ellas él documentaba lo que estaba sucediendo en el momento.

Rosanna— Yo estoy aquí gracias a mis compañeros. El poder participar en La Campechada muestra un lado del graffiti que invita a la complicidad entre amigos. Si no fuera por ellos, ¡no estaría formando parte de este proyecto, ni mucho menos podría estudiar, apreciar, e incorporar en un Puerto Rico contemporáneo al grandioso artista José Campeche! 

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