Furia ideológica y violencia en la Argentina de los 70 de Daniel Muchnik y Daniel Pérez

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En los últimos años, y a contrapelo de las visiones consagradas en torno a los años 70, ha surgido una serie importante de ensayos de interpretación y de memorias autobiográficas que han enriquecido el campo reflexivo en torno a aquella década logrando horadar la dura matriz mítica que los rodea. Desde la inquietante carta de Oscar del Barco a los textos de Claudia Hilb o Hugo Vezzetti pasando por textos de fuerte corte historiográfico como Un enemigo para la nación de Marina Franco o el esfuerzo editorial de la Revista Lucha Armada que dirige Sergio Buffano, se ha ido diseñando un arco reflexivo que puede ser visto como el intento por trazar un nuevo camino interpretativo en vistas a echar luz sobre un período medular de la historia social y política contemporánea de la Argentina.

En esa dirección se inscribe Furia ideológica y violencia en la Argentina de los 70, libro que reúne dos poderosos ensayos de fuerte corte autobiográfico pertenecientes a Daniel Muchnik y Daniel Pérez, ambos protagonistas y testigos del devenir de aquellos años.

Los dos ensayos allí reunidos dialogan fuertemente entre sí pudiendo ser leídos como voces decididas a pulverizar las visiones míticas y los lugares comunes con que frecuentemente se habla de esa década. Habiendo recorrido los caminos de la militancia activa en el caso de Pérez, con un fuerte compromiso en el campo del periodismo en el caso de Muchnik, ambos autores narran, cuatro décadas más tarde, la dimensión brutal que asumió el desencanto. Se trata de un balance de sus propios pasados en el que la distancia temporal les permite mirar en perspectiva y desde esa lejanía pensar su propio lugar —y el de sus compañeros de fe y militancia— y las consecuencias finales a las que el compromiso ideológico con los ideales de la lucha armada, en conjunto con el golpe terrible del fascismo, arrastró a una generación. Y desde esta distancia, lo que ambos advierten es que ese ayer convulsionado, intenso, atravesado por la fuerza de los lemas, por una juventud que decidió abandonar sus vidas cómodas para entregar su pensamiento y su acción al sueño revolucionario, decimos, ese ayer no podía concluir de otro modo que no fuera en desolada tragedia. “Lo que tuvo de irrisorio y desmesurado el sueño del heroísmo y redención que hace más de cuarenta años nos incendió la cabeza fue que creímos estar construyendo un paraíso sin sospechar que en realidad estábamos agrandando los límites del infierno”, dice Daniel Pérez en las páginas finales de su escrito, aludiendo a las consecuencias del choque desigual entre una derecha desquiciada y destructiva, y una izquierda mal preparada.

En ambos textos —diferentes en cuanto a sus estilos escriturarios y al grado extremo de intimismo que por momentos despliegan en la evocación de sus respectivos pasados, la experiencia de la Revolución cubana ocupa un lugar central. Ambos autores leen en ese momento de la historia un gozne que partió por la mitad la historia latinoamericana al convertirse esa isla y la historia de los jóvenes guerrilleros descendidos de la Sierra Maestra, en referentes detrás del cual se embanderaron miles de hombres y mujeres. Si Cuba es un dato indiscutible como hecho central de la historia de las ideas en América Latina, no lo son las consecuencias que tuvo para el campo cultural y político argentino.

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Muchnik y Pérez leen, entre otros tantos aspectos, el modo en que las izquierdas americanas negaron la dimensión homicida que se desplegó a partir de ese acontecimiento histórico, así como las traiciones sistemáticas a los ideales originarios que el régimen castrista fue desplegando a lo largo de este más de medio siglo de vida autoritaria, traducida en presidios políticos, hostigamiento al pensamiento disidente, censura ideológica y aplicación de la pena de muerte entre muchas de las violencias que la Revolución ha cometido, acciones negadas o tantas veces minimizadas por casi todo el arco de la izquierda latinoamericana y europea, y también por un campo intelectual condescendiente con el autoritarismo de cuño “progresista” que no ha sido capaz de mirar con ojo crítico ciertos atenuantes ideológicos.

En uno y otro ensayo, casi la misma biblioteca oficia de guía interpretativa, con algunas diferencias las páginas de Vassily Grossman y Primo Levi, de Hanna Arendt y Tzvetan Todorov son algunos de los territorios del pensamiento en los que ambos autores abrevan para tratar de entender lo sucedido en esta orilla del mundo. Y en clave americana el derrotero de Regis Debray, las páginas de Franz Fanon sobre el colonialismo presentadas por Jean Paul Sartre y los discursos del Che Guevara, más la serie inquietante de proclamas que desde el norte al sur latinoamericano inspiraron el llamado a la acción armada, son algunas de las múltiples voces convocadas por Pérez y Muchnik para sostener la estructura argumental de sus textos.

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Finalmente, Furia ideológica y violencia en la Argentina de los 70 es una invitación a repensar aquellas ideas que forjaron el imaginario de una generación y que sorprendentemente aún hoy, en contextos sociales y políticos tan diversos, siguen siendo sostenidas por amplios sectores, como si nada hubiera acontecido en América Latina o en todo caso como si en verdad no hubieran tenido lugar las sucesivas derrotas y masacres que poblaron de muertos y dolidos la amplia geografía de nuestro continente americano. En Furia ideológica y violencia en la Argentina de los 70 Muchnik y Pérez nos invitan a reflexionar sobre uno de los periodos más virulentos de la historia latinoamericana, en el que las ideologías, ya fueran de izquierda o de derecha, se posaron violentamente sobre la humanidad y los cuerpos.

Lista de imágenes:

1. Marcelo Brodsky, "La clase" de la serie/libro Buena Memoria, 1996.
2. Portada de Furia ideológica y violencia en la Argentina de los 70, Editorial Ariel.
3. Marcelo Brodsky, "Siluetazo" de la serie/libro Buena Memoria, 1996.
4. Marcelo Brodsky, "Autorretrato fusilado", 1979.