Es una urbanización de viejitos. Muy tranquila. Casi no hay ruidos. Pero ya que estamos a 15 pies de una avenida comercial, siempre pasa el loco a las millas como si nadie viviera por estas calles. Cada vecino está en su mundo, pero cuando pasa algo todos nos enteramos. El círculo de vecinos se convierte en un anillo sagrado para desparramar todo lo que haya sucedido: que si el señor de allá arriba soltó el perro y no lo amarró cuando se fue y el perro viró toda la basura de los zafacones de la calle y la esparció como nieve, que si el otro se compró un carro nuevo, aquella tiene 85 años y no los parece la contrayá (dicen que solo come viandas y papas y por eso se queda así).
Al frente de mi casa vive la que se entera de todo en la calle. Quién entra y sale de sus casas, a qué hora y con quién. Lo más curioso es que ella tiene un trabajo full time y se entera de estas cosas mediante las cámaras de seguridad.
Por otro lado, como a varios pies de mi casa está la avenida comercial y un restaurante chino en la esquina. La calle se llena siempre de carros y salir de la marquesina se siente como si estuvieses jugando Unblock Me para el iPhone.
En el lado derecho de mi casa vive una viejita cubana. Ella sí que es un alma de Dios. Tiene 92 años, limpia la casa, las ventanas, las rejas, saca pencas que se caen de las palmas al lado de su casa, pasa manguera, recoge las hojas de los árboles casi todas las mañanas y sinceramente es súper activa. Cada vez que me ve, me pinta una sonrisa en la cara. Me pregunta que cuándo me voy a casar con mi novio, que cuándo vamos a beber el brindis, que cuándo va a ser la actividad, o si no, incurre en contarme de qué mucho he crecido y que ella me conoce desde que estaba en la barriga de mi mamá.
A veces brinca al tema de preguntar por mis familiares para saber cómo están. No sé si, porque es criada a la antigua, siempre pregunta por mi familia y genuinamente se preocupa por cada uno. Por la edad ha perdido un poco la capacidad auditiva. Cuando la gente la va a visitar tienen que estar gritando para que ella los escuche o, si suena el teléfono, como no tiene grabadora, puede estar cinco minutos sonando de corrido y se enteran todos los vecinos de que la están llamando.
A lado izquierdo tengo un muchacho que vive por Z93. Desde que se levanta hasta que se acuesta tiene la misma emisora puesta. TODO EL DÍA. Y para colmo se las sabe todas. Lava carros para ganarse los chavitos o un plato de comida, como mami y yo le canjeamos muchas veces. Por lo general te saluda con el “vaya mami, ¿cómo estás?” o “mami, ¿está todo bien?”. Él es casi mecánico, casi plomero, casi electricista, casi cantante y casi policía. Lo de casi policía es un chiste entre nosotros. Lo que sucede es que una madrugada se escuchó un ruido muy duro. Como en la parte de atrás de estas casas lo que hay son negocios, no es la primera vez que algunos asaltantes van brincando de techo en techo para escaparse.
Esta vez fue de manera peculiar. La casa de atrás de mi vecino colinda con dos negocios, uno de ventanas de seguridad y otro de zapatos. Al escuchar esos ruidos me levanté porque mi cuarto da para los patios, así que yo escuchaba el revolú que había con claridad. Traté de acostarme a dormir pero el ruido continuaba.
Me levanto y levanto a mami, cuando la desperté pensó que se había muerto alguien, y me pregunta: "¿qué es ese ruido?". Le relato que alguien lleva dando bandazos en la casa de atrás o en la de al lado y que lo está haciendo desde hace rato. Como primera opción decide llamar al vecino para ver si todo está bien. Llama como tres veces y el vecino no contesta. Como finalmente no sabíamos qué hacer, llamamos a la policía para reportar lo que estaba sucediendo. La oficial que se encuentra en el teléfono toma notas y manda una patrulla para nuestra calle.
15 minutos después... Todavía se escuchan los bandazos, el vecino no contesta, y otro vecino sale de su casa por el ruido y se llama otra vez a la policía. Nos indican que ya se notificó a la patrulla y que se supone que hubiese llegado porque el cuartel está a cinco minutos de donde vivimos.
30 minutos desde la primera llamada a la policía, no llegan, el otro vecino baja de su apartamento con un bate, mami y yo estamos mirando por las ventanas de la sala, se escuchan gritos, luego silencio.
45 minutos después de la primera llamada a la policía Mami llama de nuevo al vecino, esta vez lo coge, Mami le pregunta que si está bien, que qué ha pasado y él le contesta: “no puedo hablar ahora tengo el tipo adentro de casa”. Mami me cuenta lo que está sucediendo. Nosotras estamos mirando por la ventana como las viejitas bochincheras de las parcelas en pijamas, llamo de nuevo al 911 y le digo a la operadora: “Es la tercera vez que llamo. En la casa de al lado hay un pillo adentro, el vecino está adentro. La tercera es la vencida, así que si encuentras a uno de ellos muerto sabes que te avisé”. Ella muy preocupada me contesta: “¿todavía no ha llegado la patrulla?".
En menos de diez minutos llegó una patrulla. Hay dos vecinos, uno con un bate y el otro con una varilla. Un pillo esnú con un bulto lleno de shoppers de tienda, revistas pornográficas, TV y Novelas y, para terminar la ecuación, unos panfletos religiosos. Y mientras un hombre de casi siete pies de alto sale esposado, un par de vecinos que miden apenas cinco y medio, se echan a correr.
Lista de imágenes:
1. Gregory Crewdson, Sin título de la serie Beneath the Roses, 2003.
2. Gregory Crewdson, Sin título de la serie Beneath the Roses, 2003.
3. Gregory Crewdson, "Surface and Surface" de la serie Beneath the Roses, 2003.
4. Gregory Crewdson, "Rug Lady" de la serie Twilight Series, 1999.
5. Gregory Crewdson, Sin título de la serie Beneath the Roses, 2003.
6. Gregory Crewdson, Sin título de la serie Beneath the Roses, 2003.
7. Gregory Crewdson, "Kent Street" de la serie Beneath the Roses, 2003.
