“Perhaps I am a miscreation
No one knows the truth
There is no future here.”
- Dar Williams, “Are You Out There?”
The End of Summer, 1997
“Esta sala de espera sin esperanza…”
- Joaquín Sabina
Nos sobran los motivos, 2000
En la destrucción habita la fuerza demoledora de la incertidumbre. Tras ella, una urgencia del pensar como acción compensadora. Cuando el mundo se ha venido abajo, y la perplejidad cede el paso al asombro, se abre un intersticio por el que asoma la pregunta: ¿cómo pudo ocurrirnos esto?
En el 2005, David LaChapelle, uno de los fotográfos más famosos de Estados Unidos, “montó” una serie de fotografías que tituló Destructions.[1] El tema repetido en esta secuencia es la de un avión estrellado contra un suburbio, una urbanización de clase acomodada norteamericana. En todas hay mujeres vestidas como modelos, posando como modelos. En algunas están solas, en otras con niños.
La fotografía de LaChapelle bien puede clasificarse como arte posmoderno. Su impronta remite a lo que Linda Hutcheon identifica como una intención paródica característica de la poética posmoderna. El sentido paródico se caracteriza por ser una expresión en tensión paradójica: por una parte, inscribe tanto la convención y la historia –la relación con el pasado– a la vez que se distancia de ellas.
Siguiendo las señas de Hutcheon, el gesto paródico, en tanto representación irónica, está doblemente codificado políticamente: legitima y subvierte a la vez lo que parodia. Los recursos de la parodia nos remiten a la cita irónica, la apropiación, el pastiche (imitación) y la intertextualidad. Desnaturalizar algunas de las convenciones de arraigo social es uno de los provocadores propósitos del ademán paródico.
Como expresión artística, la fotografía irónica-posmoderna no niega su vínculo con el modo de producción capitalista pues sabe que no puede salirse de ahí. Pero, puede explotar su posición desde adentro como un “insider” para comenzar una subversión de las formas desde adentro.
Este es el lugar en el que me interesa ubicar esta serie de fotografías de LaChapelle. Su tono paródico, en tanto intertextualidad, subversión e inscripción de las convenciones sociales, produce un efecto de asombro que convoca a la creatividad del pensamiento.
El primer gesto de LaChapelle en esta serie remite al desplazamiento contextual que, en la mejor tradición del arte de vanguardia, saca los objetos y situaciones de aquellos lugares habituales produciendo un efecto de disloque con la convención para provocar la resignificación de los mismos. En ese disloque está su impronta política.
Si nos topáramos con estas fotografías en las revistas de modas (Vogue, Vanity Fair, GQ e Interview, entre otras) para las que trabajó LaChapelle –ése que es su pasado inmediato–, nuestro asombro no sería el mismo. Seguramente, las observaríamos a partir del contexto de la moda, la venta de una marca, de una nueva línea de perfume, un viaje de voyeur tan banal y efímero como las modas mismas.
Distinta es la reacción que producen cuando son llevadas al espacio del museo, lugar en el que su contacto visual, el encuentro sacado de contexto, convida a otra lectura menos trivial que la hojeada a las revistas de fashion.
En las escenas de Destructions encontramos un fondo catastrófico junto a unas imágenes de modelos en cuya expresión no encontramos ni desesperación ni esperanza. Una orfandad poco expresiva, casi indiferente, al mundo que se ha derrumbado, que bien podría remitir a la ética indolora de la que nos habla Gilles Lipovetsky, como una especie de exigencia paradójica: produce, en un extremo, una exigencia de cierto culto al individualismo narcisista que impide respuestas colectivas a las contingencias desastrosas de la vida en común; mientras que, por otra parte, exige a ese mismo individuo total responsabilidad por lo que ocurre en su entorno, abandonado a la precaria situación de no saber cómo orientarse en la contingencia.
“Are You Out There?” es la pregunta que lleva por título la primera fotografía. Una pregunta lanzada al vacío existencial que expresa el gesto irónico de una chica mirando al cielo, con un pasaporte US Citizen, arrastrando una maleta que lleva a ninguna parte.
Capta mi atención la fotografía titulada “Can You Help Us?” en la que las modelos vestidas con trajes de tul rosa, esperan la ayuda de no se sabe quién. Una toma el sol, mientras espera. La otra, a modo de escaparate, muestra un teddy bear dorado, ícono por excelencia de la idea de confort, amor, seguridad, amuleto contra los miedos de la idiosincrasia infantil americana. Un teddy bear que funge como alegoría de lo que Donna Haraway llamó el teddy bear patriarchy, aquel imaginario del estado protector, racista, patriarcal y conservador de valores familiares, hoy en franca decadencia. Los niños juegan en medio del desastre, ajenos a lo que les ha tocado vivir.
La seguridad en escaparate –la económica y la nacional– si consideramos que las fotografías de esta serie fueron tomadas en el 2005, cuatro años después que dos aviones se estrellaran contra el World Trade Center, vinculando para siempre los suntuosos y temidos pájaros de hierro, como arma homicida del terrorismo mundial; amenaza esta que todos estamos obligados a sufrir cuando viajamos. Sólo tres años después, presenciaríamos el estallido de la burbuja de la especulación financiera; esa que ha destruido toda fe en la estabilización de los mercados.
En las fotografías, sin embargo, hay cierto desparpajo; una extraña displicencia. No se espera que frente a un evento catastrófico asumamos el dolor como una pose. Esta me parece es la nota paródica principal sobre la que descansa esta serie fotográfica: en mantener la pose de las modelos, a modo de alegoría del modelo de vida confortable de la clase acomodada americana como otra pose. Una pose indiferente al mundo que se ha venido abajo, vaciando de contenido las certezas de las promesas de la buena vida americana. Una pose que es una impostura, un efecto que contrasta con la urgencia de repensar la vida en común después del desastre.
La orfandad de estas mujeres vestidas con atuendos extravagantes en medio de un vecindario pulverizado produce risa, también pena. Debe ser desolador esperar en medio de la nada a que alguien vaya al rescate de unas vidas abandonadas, en la sordidez de una casa en el fin del mundo.
Referencias:
Haraway, Donna. “Teddy Bear Patriarchy: Taxidermy in the Garden of Eden, New York City 1908-1936”. En Nicholas B. Dirks, Geoff Eley y Sherry B. Ortner, eds., 49-95. Culture/Power/History: A Reader in Contemporary Social Theory. Princeton: Princeton University Press, 1994.
Hutcheon, Linda. A Poetics of Postmodernism: History, Theory, Fiction. Londres: Routledge, 1988.
---. A Theory of Parody: The Teachings of Twentieth-Century Art Forms. Londres: Methuen, 1984.
Lipovestski, Guilles. El crepúsculo del deber: la ética indolora de los nuevos tiempos democráticos. Barcelona: Anagrama, 1994.
Notas:
[1] Algunas de las fotografías de esta serie se encuentra en la exposición titulada NosOtros: La humanidad al borde, en el Museo de Arte Contemporáneo hasta marzo 2012. La curadora de esta exposición, la profesora Lilliana Ramos Collado, y Evita Busa, coordinadora de la sección educativa del MAC, me invitaron a conversar sobre la obra de LaChapelle. Producto de esta invitación es este escrito. Mi agradecimiento a ambas por esta oportunidad. (Las fotografías de LaChapelle son montajes escénicos; como una pieza teatral).
Lista de imágenes:
1. David LaChapelle, "Sofa", Destructions, 2005.
2. David LaChapelle, "Maybach Sketch 5", Maybach, 2009.
3. David LaChapelle, "Life Never Dies: Blue and Red Skeleton", Life Never Dies, 1989.
4. David LaChapelle, "World is gone", Destructions, 2005.
5. David LaChapelle, "Are You Out There?", Destructions, 2005.
6. David LaChapelle, "Can You Help Us?", Destructions, 2005.
7. David LaChapelle, "What Was Paradise Is Now Hell", Destructions, 2005.
8. David LaChapelle, "When the World Is Through", Destructions, 2005.
9. David LaChapelle, "The House at the End of the World", Destructions, 2005.