La temperatura del agua sigue subiendo

Se dice que si echas una rana en un caldo hirviendo, la rana inmediatamente saltaría de ahí, para evitar morir del calor. Sin embargo, según reza esta sabiduría colectiva, si echas la rana en agua fría y la vas calentando poquito a poquito, la rana se va a quedar ahí, a cada momento acostumbrándose a la nueva temperatura un poquito más caliente. Eventualmente, para cuando la rana reacciona, ya es demasiado tarde y muere hervida.

Hace pocos días vimos cómo los dirigentes del Estado Libre Asociado se lanzaron a “limpiar” la Universidad de Puerto Rico de los elementos del gobierno previo que tanta cizaña habían levantado. Los recientes allanamientos del gobierno federal proveerían el pretexto necesario. En cuestión de horas, la maquinaria del estado, que es usualmente una bestia lenta e ineficiente, se movió rápidamente, para hacer lo que todo buen gobierno de poder absoluto hace al que no le guste lo que la ley dice: Cambiar la ley.

Al día siguiente ya la infame Junta de Síndicos que tanto miedo provocó en un momento dado, había cesado de existir, con todos sus miembros destituidos. En espacio de 72 horas, los rectores que llevaban años en sus cargos, renunciaron en masa, algunos dándose prácticamente a la fuga, y una cierta Vice Presidenta tuvo que ser forzosamente removida de su oficina para ser tirada – con la misma compasión que dejan una bolsa de basura en la acera – en frente del Jardín Botánico en el cual ella una vez reinó con la misma maldad, irracionalidad e impunidad que la Reina de Corazones del País de las Maravillas.

Para el cierre de la semana, había culminado una era que no hace mucho parecía no tener fin.

Los regocijos no tardaron en llegar. En muy poco rato, todos aquellos que recordamos en la carne la saña, la maldad y la corrupción de los mal llamados académicos que gobernaron el Alma Mater en aquel momento, y vivimos los momentos de represión, violencia e irascibilidad de aquella era y los conflictos provocados e instigados por dicha administración, celebramos la caída en desgracia de tanta gente malvada y el hecho de que su salida nisiquiera tuviera gracia alguna. Después de todo, el nuevo gobierno les hizo exactamente lo mismo que ellos hicieron en un momento dado para tomar el poder sobre la UPR. Es normal que cuando perdieran las elecciones, tuvieran que irse, ¿no?

¿Es éso normal? La temperatura del agua sube.

Pensemos en un momento qué es lo que muchos estamos aceptando como lo normal y esperado. Por segunda vez consecutiva en espacio de tres años, un gobierno político alteró la ley orgánica de la universidad pública del estado, para alterar la composición total de su administración y nombrar gente nueva a cargo de dicha universidad,

Vamos una vez más, por si acaso esto no ha calado – el gobierno de turno cambió la ley orgánica de la Universidad por segunda vez corrida con el objetivo de sacar los administradores del gobierno previo y nombrar gente nueva. 

¿Es éso normal? La temperatura del agua sube.

Hemos llegado a la etapa en la que abiertamente aceptamos como lo usual, o como lo esperado, el que la gente a cargo de nuestro primer centro docente, de la institución cuya misión es educar al pueblo de Puerto Rico, de empoderarlo con el conocimiento y sabiduría para prosperar y gobernarse, de investigar y adelantar el saber para el mejoramiento de la sociedad, en fin, que la institución cuyo objetivo es el enseñar, el aprender y el dialogar habrá de ser dirigida por gente cuya fortuna depende de los intereses políticos del gobierno en turno y de la afiliación política de sus dirigentes.

Ya no cuestionamos por qué los académicos que educan las generaciones futuras y se supone que cuestionen la naturaleza de nuestra sociedad son escogidos por la prueba de su lealtad política.

Ya no cuestionamos por qué los jueces que determinan nuestro ordenamiento constitucional y jurídico son escogidos por su lealtad incuestionable a un partido político.

Ya no cuestionamos por qué los fiscales y policías que deciden quién puede terminar el día de hoy en la cárcel y ante los tribunales son escogidos a base de cuán lejos están dispuestos a ir por sus jefes políticos.

Ya no cuestionamos que los administradores de las corporaciones cuya misión es proveerle a la población necesidades modernas, tales como la electricidad y el agua potable, sean escogidos a base de cuán dispuestos están a aprobar los objetivos de su partido político sin hacer preguntas.

Ya no cuestionamos el hecho de que el contratista que desee proveerle un servicio al gobierno poder conseguir dicho contrato sea escogido en base a su donativo de campaña política.

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Ya no cuestionamos el hecho de que los graduados de las mejores universidades tengan que conseguir la bendición de políticos para poder conseguir un empleo gubernamental. Al contrario, le hemos dado de hace muchos años el término local de “tener pala”.

Tampoco cuestionamos cuando esos jóvenes de talento optan por irse del país porque sencillamente no están dispuestos a vender su alma para poder recibir un cheque quincenal de qué vivir.

No cuestionamos nada de eso. La temperatura del agua está subiendo.

No nos preguntamos, o quizás sencillamente ya se nos ha olvidado – si es que alguna vez lo aprendimos en primer lugar – las funciones y objetivos de esos puestos, el porqué algunos son nombrados a términos largos, o incusive la idea de que se supone que sólo sea gente cualificada la que ocupen esos puestos.

No. Lo reducimos todo a la demostración de lealtad. Sólo el que es leal prospera, sólo el que es capaz de en ningún momento cuestionar el partido y su líder sube a posiciones de poder. De esa manera, una asesina de Maravilla subió a la Presidencia de la Junta de Síndicos de la UPR y una señora sin doctorado llegó a ser su Vice Presidenta de Asuntos Académicos.

De esa manera un Senador recibió contratos millonarios como ingeniero, siendo “casi casi ingeniero”. De esa manera un hombre que cita la Biblia como base a sus decisiones llegó a nuestro Tribunal Supremo. De esa manera colocamos a un mediocre cuya cualificación es ser hijo de un ex gobernador a cargo de PRFAA. De esa manera colocamos a una señora que no cree en la igualdad como Procuradora de la Mujer.

De esa manera colocamos a un Superintendente de la Policía que personalmente agredió periodistas y después colocamos de su sucesor a un hombre implicado públicamente en el tráfico de drogas de Miami. De esa manera colocamos a un Gobernador que es dizque abogado pero que desconoce cuáles son las partes vigentes de nuestra Constitución de Puerto Rico.

Todas las cosas que hemos extinguido totalmente de nuestro proceso político - el pensamiento crítico, la libre expresión, el debate y el intercambio de ideas, el cuestionamiento de nuestro mundo, cómo funciona y hacía dónde va – todas estas son cosas que a quien único le son peligrosas y temibles es a los caudillos y a los dictadores. Sólo aquellos cuyo poder se basa en la fuerza bruta y en el miedo le temen al que piensa por su cuenta, pues saben que la mentira en la que se han fundamentado corre el riesgo de ser expuesta.

Puerto Rico ha creado un sistema político emulado y moldeado tras las dictaduras latinoamericanas del siglo pasado, el cual fue meramente adaptado lo suficiente para poder mantener la mínima fachada de que se acatan los derechos y libertades de la Constitución de Estados Unidos. Tiene un sistema el cual todo aquel que lo cuestione es marginado y sacado al margen, hasta que o claudique, o sencillamente se rinda y se vaya. Es un sistema que premia al mediocre y al careciente de ética, pues son las personas más capaces de hacer lo indecible con tal de que una figura de autoridad los mande. Es un sistema que castiga toda capacidad intelectual que sea capaz de darse cuenta de su verdadera naturaleza y de negarse a seguir dicho juego.

En fin, es un sistema político que si tuviese la autoridad y poder para ello, ya hubiese llevado a cabo las ejecuciones, fusilamientos, y despariciones en masa de Pinochet, Videla, Stroessner, Somoza, Trujillo y todos los demás dictadores baratos que nuestro continente ha producido.  Un sistema de gobierno fundamentado en la lealtad ciega e incuestionable es uno que ya ha demostrado su capacidad de bañarse de sangre tan pronto tenga la oportunidad.

La temperatura del agua está subiendo. ¿Vas a hacer algo al respecto? 

Lista de imágenes: Todas las pinturas son de Markus Schinwald

1. Sin nombre, 2012.

2. Mel, 2012.

3. Paige, 2008.

4. Ciryl, 2011.

5. Delia, 2006.