El corazón pasando un túnel oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel al alma.
—Pablo Neruda
Hay cementerios solitarios,
otros que dan la bienvenida
a esa última muerte,
unos se alimentan de recuerdos,
otros muestran la ruta al anhelo,
todos me llevan a la deriva
arrastrada de voces, de labios violetas
que beben hasta la última gota de mi cuerpo
hasta convertirme en crisálidas de sed
como noche sarcófago en espera de sombras.
Vuelvo a despertar
adentro bien adentro del naufragio
con ese aroma a horizonte mandarina
o, tal vez, a tierra,
y mi corazón atraviesa otra mirada,
sombra sibilante de cementerio azul
oscura, oscura, oscura
hasta ahogándome una y otra vez en su piel.
Solo así entro a su cuerpo frío
mientras devora mi cuerpo
también devora mi memoria del hambre.
Hay cementerios cargados de vida,
otros donde todos se despiden,
donde el insomnio es camino y mar,
donde somos los labios de la muerte.
Somos la muerte alimentándonos de náufragos,
nos convertimos en sus cuerpos
a fuerza de espasmos hacia un túnel eterno
hasta regresar una y otra vez a la siguiente muerte
hasta el silencio mármol de la noche.
Lista de imágenes:
1. Alastair Magnaldo