¿Cuál es el origen de la poesía?
Es posible que la poesía precediera al lenguaje pero el poema es un artefacto que, como todo en la civilización, tiene una historia. Las primeras formas de comunicación acústica pudieron haber emergido hace 500 mil años. Las primeras lenguas pudieron aparecer hace unos 50 mil años. El primer poema de la historia debió haber sido compuesto en ese rango de tiempo. En un principio las palabras, como las herramientas, fueron pocas y rudimentarias. El desplazamiento de la población, los nuevos contextos y las nuevas necesidades determinaron su proceso de sofisticación. Vivir o sobrevivir no era una tarea fácil para los homínidos lampiños que fuimos, que somos. No obstante, tenemos evidencia de la elaboración de productos culturales complejos (talladuras, pinturas y herramientas) que datan de hace unos 20 mil años. La lengua Proto-indo-europea existió hace unos 6 mil años. La literatura sumeria, la más antigua de la que tenemos evidencia material, emergió hace unos 4 mil setecientos años.
Reflexionemos un momento sobre las condiciones de composición del primer poema de la historia. ¿Se puede conciliar la teoría de Charles Darwin con la escritura de poemas? Antes de responder a esta pregunta vale la pena estudiar los orígenes neurológicos del lenguaje que de manera sucinta expone Rodolfo R. Llinás (2001). La comunicación no es exclusiva de los seres humanos. Los animales logran comunicar por medio de gestos, gruñidos y olores (entre otras cosas) información de valor vital para su supervivencia. Un gruñido puede ser una señal de alerta, un gesto puede representar la sumisión al macho dominante en una manada y las feromonas señalan disposición reproductiva (225-32).
Todo intento de un organismo por comunicarse con otro requiere el establecimiento de una cierta comunidad de sentido que se expresa en el ‘consenso’. La habilidad de imitarse unos a otros permite que muchos animales desarrollen un sentido de familiaridad y pertenencia a un grupo. En algún momento esa capacidad se transforma en necesidad y deseo de hacerlo. Llinás afirma que la imitación acústica es privilegiada sobre la gestual pues el animal emisor puede escucharse a sí mismo mientras emite el mensaje. Los sistemas de comunicación visual requieren condiciones materiales más estrictas que el medio acústico. En la teoría de la evolución la adaptación es el resultado de procesos constantes de ensayo y error. Al percibir el peligro o sentir dolor, un animal víctima de un depredador puede, de forma natural, emitir un quejido que con cierta intensidad y volumen haga que el atacante se detenga y se marche (238). Cuando el alarido, o muestra de dolor, se ‘entiende’ como una señal de peligro por parte del depredador, nace (quizá por accidente) la primera metáfora.
La primera metáfora fue una creación colectiva y accidental, sería más lógico llamarla proto-metáfora pues aunque ya posee una base lógica, todavía carece de voluntad expresiva propia. La supervivencia de la presa y de sus semejantes dependerá, entre otras cosas, de su capacidad para convertir esta circunstancia en una herramienta simbólica efectiva. En la práctica el animal ya no esperará a sentir dolor para emitir el sonido que puede garantizar su supervivencia. El grito de dolor es lo que en neurología se llama un patrón fijo de acción (Fixed Action Pattern), es decir, un acto reflejo. Para poder construir un sistema comunicativo basado en expresiones corporales como gestos y sonidos se hace necesario que el cerebro desarrolle la capacidad de instrumentalizar de forma voluntaria los sistemas de reacción mecánica. Ese espacio entre la emisión y la interpretación que genera esa ruptura momentánea del vínculo entre acción y reacción es el ‘Big Bang’ de los sistemas lingüísticos y, por ende, de la poesía.
En el principio del lenguaje el tropo, el símil y la metáfora son indistinguibles pues la poesía, como un cigoto, está en un estado embrionario. Greg Urban identifica las primeras señales no instintivas como metaseñales construidas sobre las señales instintivas previas como alaridos y lloriqueos (“Metasignaling and Language Origyns,” 2002). No obstante, a medida que el sistema crece y se afianza, el instinto deja de suplir los insumos necesarios para la transmisión de las herramientas entre la comunidad y las generaciones que la suceden. Mientras esto ocurre, la selección natural permite que los homínidos desarrollen el control isocortal (Neocortal) de los músculos laríngeos (235) y de esta manera logran producir y manipular sonidos. Este avance desborda cualquier capacidad previa de transmisión de herramientas lingüísticas y de información adquirida. La comunidad de sentido necesita desarrollar maneras de conservar y transmitir los adelantos lingüísticos que representen una ventaja selectiva sobre las demás especies. El canal es el aire y el soporte de la información es la memoria. Desde este momento el ritmo y la repetición compartirán espacio con los patrones fijos de acción (Fixed Action Paterns). Memoria, música y poesía son una sola entidad y se sostienen de forma recíproca.
En un principio los discursos, como las herramientas, no se habían especializado. Entonces, las producciones discursivas tenían que ‘servir’ para resolver diversas necesidades. Por ejemplo, textos como los que componen la Biblia fungían como manuales religiosos, tratados de historia, ciencia, política, leyes, pedagogía, arte, etc. De hecho, en la actualidad algunas naciones todavía toman sus libros religiosos como la base de su sistema político y legal[1]. El ejemplo más visible es la ley Sharia que tiene como una de sus fuentes el Corán, que fue escrito en verso y sigue fungiendo como guía espiritual y base de una doctrina legal.
La escritura de poemas, entonces, no emergió como un arte independiente o un discurso especializado. La poesía, en su sentido más abstracto, precede al poema como la lengua hablada precede a la escritura. También es posible afirmar que la poesía fue hermana siamesa de la historia, la filosofía, la ley, la religión, la ciencia y las matemáticas. En la práctica, la poesía mantuvo por muchos siglos una función social de tipo comunicativo. La emergencia de nuevas tecnologías como la escritura comenzó lo que yo llamaría el proceso de emancipación y especialización de la representación poética. El artefacto por excelencia de la poesía es el poema que al liberarse paulatinamente de su funcionalidad en el plano legal o científico comenzó a concentrarse en su propio deber ser. Todo poema es en sí una poética.
La poesía fue en principio una forma de ‘aprehender’ conocimiento relevante para la supervivencia. El poema fue instrumento de enseñanza y aprendizaje. ¿Cómo funcionaba el mecanismo poético primitivo? Probablemente, después del que aquí llamamos ‘Big Bang’ de los sistemas lingüísticos, se generó un auge de experimentación con la interpretación de señales acústicas. Las señales más ‘eficaces’ se hacían populares mientras que las demás se desechaban. La poesía ha sido desde el principio la travesía en busca de nuevos y más ricos sentidos sin abandonar las conquistas precedentes.
La comparación más apropiada sería el método quirúrgico de elongación ósea en que de manera artificial se provoca el crecimiento de un hueso utilizando el mecanismo natural de osteogénesis. El cirujano crea, en una cirugía llamada corticotomía, una factura artificial en el hueso y separa las partes con un sistema de tornillos fijadores que controlan la distancia entre ellas. La cesura debe ser lo suficientemente amplia para permitir la elongación y a su vez bastante corta para no impedirla. En su momento la fractura es un hecho novedoso para el hueso pero una vez ‘reparada’ se convierte en soporte para nuevas elongaciones. El lenguaje crece y se extiende con base en fracturas del sentido que, en principio, son los instrumentos fundamentales de la poesía.
En 1844, Ralph Waldo Emerson señaló de manera correcta que “Toda palabra, alguna vez, fue un poema[2]” (197). Los poetas fueron los hacedores del lenguaje o de la misma manera todos los hacedores del lenguaje han sido poetas. De la misma forma afirmó que “los poetas hicieron todas las palabras y, por lo tanto, el lenguaje es el archivo de la historia, o, si debemos decirlo de otra forma es como una tumba para las musas[3]” (199). Las lenguas están constituidas por lo que, a renglón seguido, Emerson llamaría ‘poesía fosilizada[4]’ (199).
La escritura, como tecnología, irrumpe en la historia de la poesía con múltiples efectos. El modelo onomástico, informa Houston (2004), explica el desarrollo de la escritura como una extensión de sistemas precedentes de notación numérica (236). Desde este punto de vista, la escritura sería hermana de la contabilidad y de los primeros sistemas de administración. La escritura es una de las formas materiales del poder. Aunque el desarrollo de los diferentes sistemas de escritura requiere un estudio independiente, aquí debemos concentrarnos en su influencia sobre la poesía.
El texto ‘poético’ más antiguo del que tenemos referencias es el ‘Himno a la muerte de Tammuz’ que data de entre 2500 y 3000 años antes de Cristo[5]. En el mismo orden de antigüedad se ubica el ‘poema de Gilgamesh’ del que tenemos tablillas que datan de alrededor de 1200 años antes de Cristo. La escritura fue una tecnología emergente que tardó por lo menos dos milenios en imponerse. Cuando los textos como el ‘poema de Gilgamesh’ comienzan a ‘escribirse’ en medios estables como la arcilla y la piedra, la poesía entra en la interminable era del litigio, del debate, sobre el sentido. El texto escrito eventualmente impondrá su autoridad sobre la oralidad.
Paul Zumthor ha hecho un estudio cuidadoso de las relaciones entre oralidad y escritura en la literatura de la edad media. Más allá del proceso, ¿cómo afecta la escritura a la poesía? Una de las consecuencias es la materialización del objeto, el ‘poema’, que en adelante podrá enajenarse, acumularse y poseerse sin que sea necesario un esfuerzo mental por parte del ‘propietario’. La propiedad puede extenderse y transferirse más allá de la vida del dueño. El texto podrá ser ‘consumido’ de manera simultánea en más de un lugar. La reproducción del escrito es una alternativa a la memoria que lo precedía. El poema, como objeto, penetra cada vez más en los espacios privados. En la actualidad, la oralidad parece casi exclusiva del pasado. No obstante, hay que recordar que la lírica deriva su nombre de las interpretaciones que se acompañaban con una lira o una flauta en la Grecia antigua. La pareja formada por Mimnermo y Nanno (siglo VII antes de Cristo) ha pasado a la historia como un ejemplo de la prevalencia de la oralidad sobre la escritura.
Con la llegada de la imprenta (1450) y la difusión de la lectura, la poesía comenzó cada vez más a servir al usuario y menos al grupo social en general. Para ello, el tema del poema deja de ser colectivo y se convierte en la revelación de una particularidad. La lírica se vuelve la poesía del interior mientras que la épica se consolida como hermana de la historia y regente del exterior. Lo personal se hace lírico y lo social épico. La épica desemboca, dice Georg Lukács, en la novela moderna.
Por otra parte como bien señalan Asa Briggs y Peter Burke debemos recordar que a medida que se han desarrollado nuevos canales y medios sus predecesores no desaparecieron por completo sino que coexisten con ellos. La escritura no acabó con la oralidad sino que la liberó de su función nemotécnica. La imprenta no acabó con los manuscritos sino que los desplazó hacia el ámbito personal mientras ella abarcaba lo público. La fotografía no acabó con la pintura sino que la liberó de su función mimética y le permitió explorar universos abstractos. La radio no acabó con los periódicos sino que se alimentó de ellos. El cine no acabó con el teatro sino que por el contrario juntos establecieron una relación simbiótica. La televisión no acabó con la radio sino que le permitió especializarse en el análisis y el debate. De la misma manera, el internet no acabará con ninguno de sus predecesores sino que coexistirá con ellos dentro de una causalidad recíproca que los transformará a todos.
Entonces, al transferir la misma lógica a la poesía y sus formas representativas a través de la historia, vemos que la épica sobrevive en cierta poesía comprometida. También notamos que con la llegada de la época moderna (Siglo XVI), la lírica encontró en el soneto la forma ideal para representar la voz más íntima del sujeto. Por lo anterior podemos decir que mientras existan los pronombres ‘YO’ y ‘TÚ’ habrá formas de la lírica; y que mientras existan el ‘Nosotros’ y el ‘ellos’, la épica seguirá vigente en diferentes medios y formas.
* La segunda parte de este artículo será publicado el próximo lunes, 7 de abril de 2014.
Notas:
Nota: Todas las traducciones son del autor pero las numeraciones de página corresponden al original.
[1] Tal es el caso de los países que basan sus leyes en el Corán.
[2] En el original “Every word was once a poem”.
[3] En el original “The poets made all the words, and therefore language is the archives of history, and, if we must say it, a sort of tomb of the muses.”
[4] En el original “Language is fossil poetry.”
[5] Recientemente se ha afirmado que el poema “Dünyan?n en eski a?k ?iiri” también conocido como Istanbul #2461 (Número de la tablilla en el museo de Istanbul) sería el poema de amor más antiguo del que tenemos noticia.
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Lista de imágenes:
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6. Bruno Kurru, "…E agora, em qual nível de você, de nós, você nos conduziu?", 2013.
7. Bruno Kuru, "Pelo Conhecimento", de la serie Condensação de Estados Sensíveis, 2010.