Nor even shall be wanting here
The palm, the lily, and the spear,
The symbols that of yore
Saint Filomena bore.
-Santa Filomena, Henry Wadsworth Longfellow
H.A. Rodríguez-Mora, El martirio de Santa Filomena, NuevaYork, 2012, óleo sobre yeso sobre cartón, 15 1/2 " por 19 3/4".
Insistentemente, los artistas plásticos de la diáspora del Caribe nos replantean sus observaciones críticas sobre varios aspectos de la cultura, economía y sociedad caribeña que nos obligan a examinar propuestas fundacionales a la luz de estos márgenes. Como sugiere el poeta y dramaturgo de Saint Lucia, Derek Walcott, Premio Nobel de Literatura del 1992, esto es así dado que histórica y geopolíticamente en el Caribe:
Hemos vivido a la sombra de una América que es económicamente benévola, pero políticamente malévola. Esa malevolencia, la cual tiene mucho que ver con su tamaño, es una amenaza constante a un eclipse de la identidad; por lo que su sombra es tan inescapable como la de cualquier imperio anterior. (Walcott, 1974, p.3)
Parte de esas “amenazas constantes”, como nos señala Walcott, que se infiltran en nuestro imaginario colectivo tiene mucho que ver con los residuos culturales-religiosos que enfrentamos a diario. Estos residuos persiguen e impactan nuestro sentido de identidad, como “sombras inescapables”, e independientemente de nuestra filiación religiosa. De igual manera, esto constructos van elaborando nuestras conexiones con la memoria y lo que recordamos como significativo o trivial, auténtico o falso. Partiendo de estas consideraciones, presentamos un trabajo reciente del artista plástico puertorriqueño radicado en la ciudad de Nueva York hace más de tres décadas, Hiram Rodríguez Mora, El martirio de Santa Filomena. A continuación una entrevista breve con el artista.
De los artistas caribeños, no se diga los artistas puertorriqueños, siempre se espera que abordemos la temática de la identidad, o del estatus político. En mi caso pinto según me vienen algunas "ideas"; y entre ideas, pinto simplemente porque hace días que no he pintado y necesito pintar porque no me queda más remedio. No sé de qué otra forma explicarlo. O tal vez pinto para escapar la realidad que hay que explicar.
Aunque me crié católico, y de niño me gustaba toda esa ceremonia barroca, lo que más recuerdo de esa formación son los santos; sobretodo, ese tipo de cuadro religioso en los cuales debajo del santo exaltado aparece toda esa gente chiquitita y semi-desnuda quemándose en lo que se supone sea el infierno, (y en el contexto que lo recibí, a manera de pornografía para niños).
En cuanto al trabajo que indagas, El martirio de Santa Filomena, resulta que caminando por una calle de Nueva York el año pasado, me tropecé inesperadamente con una estampilla de Santa Filomena tirada en la calle. Este encuentro me conectó con un recuerdo de mi infancia de quinto grado en la Academia Espíritu Santo, en Hato Rey.
Mi maestra de salón en esa época era Sister Philomena, creo era de Boston o Chicago, pero no estoy seguro. El caso es que retengo muy bien el evento porque tiene que ver con el día que Sister Philomena nos informó que el Vaticano estaba considerando declarar que Santa Filomena ya no era santa. O por lo menos, ese es el recuerdo que tengo de lo que nos dijo la “Sister”. El anuncio ocurrió al final del año escolar y siempre me quede con la interrogante de lo que habría pasado con el estatus de la santa y si la "Sister" se habría tenido que cambiar su nombre de sor.
A partir de este re-descubrimiento con Santa Filomena, intenté indagar sobre su vida, pero sólo logré rescatar algunos datos exiguos, como que aparentemente murió mártir a los 13 años defendiendo su virginidad ante los avances de un emperador romano. Como te comento no soy dado a “interpretar” mi trabajo, pero si reconozco la inspiración del artista belga, James Ensor, quien a menudo recurrió a temas religiosos, sobretodo relacionados a los “tormentos” de los santos. Siempre que me doy la vuelta por el MOMA, repaso el cuadro de Ensor, The Tribulations of St.Anthony, y debo decir que siempre me conmueve.
Hiram Rodríguez Mora es un artista plástico nacido en San Juan, Puerto Rico y radicado en la ciudad de Nueva York desde la década de los 80. Parte de su trabajo se incluye en la colección permanente del Museo del Barrio y ha presentado trabajos en exhibiciones del Bronx Museum, The Drawing Center, Linda Kirkland Gallery, Werner H. Kramarsky Collection, todos en la ciudad de Nueva York, al igual que en el Museum of Contemporary Art y The Temporary Contemporary en Los Angeles, California.
Lista de referencias:
Derek Walcott, “The Caribbean: Culture or Mimicry?”, Journal of Interamerican Studies and World Affairs Vol. 16, No. 1 (Feb., 1974), pp. 3-13