De Cartagena de Indias a Santa Fe de Bogotá

 

El territorio es extenso, tanto como su historia asociada al proceso de conquista, colonización y explotación de riquezas en América. La topografía es variada: cordilleras, valles, llanos, cerros nevados, archipiélagos, en fin, lo propio de una tierra fértil y rica en minerales. Posee costas en los océanos Atlántico y Pacífico.

De la biodiversidad, podemos decir que es fascinante, ya que “Colombia es considerada como la cuarta nación en biodiversidad mundial siendo por grupo taxonómico, el segundo en biodiversidad a nivel de plantas, primera en anfibios y aves, tercera en reptiles y quinto en mamíferos”.[1] Así es también su legado cultural tan amplio como creativo. No en balde la campaña turística afirma: “el riesgo es que te quieras quedar”.[2]

Partimos de San Juan, Puerto Rico, e hicimos una travesía de catorce días con los objetivos de conocer, apreciar y disfrutar el espacio, el tiempo y la cotidianidad del pueblo colombiano en las ciudades más emblemáticas de su entorno. De una ciudad a otra, los viajes fueron aéreos para aprovechar al máximo la estadía en cada lugar de visita. Como caribeños que buscamos aclimatarnos poco a poco, el primer destino fue Cartagena de Indias, donde la calidez de su gente y la fogosidad cadenciosa del ritmo de vida compiten con el sol radiante y el calor de sus playas. Es la capital del departamento de Bolívar, fundada el 1 de junio de 1533. 

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Su nombre oficial desde 1991 es Distrito Turístico y Cultural de Cartagena. Ayer constituyó uno de los puertos más importantes de América, por tanto, amurallada y bien vigilada por las autoridades españolas y asediada por piratas al servicio de potencias europeas. Hoy es una joya arquitectónica, cultural y turística, además de continuar siendo una importante zona portuaria.

Recorrer las calles de la Ciudad Vieja, su casco histórico, las plazas y los museos, es remontarse a otra época, suspenderse en el tiempo. Para quienes gustamos el Viejo San Juan (Puerto Rico), Cartagena despierta un sentido de continuidad vital por la similitud de su arquitectura y el gesto antiguo-moderno de la dinámica diaria.

Caminas, observas las fachadas, los balcones y las calles estrechas, te detienes en cualquier lugar, conversas con la gente, comes, bebes y vives. Cuando rebasas sus murallas, sea por tierra hacia la Ciudad Nueva o por las aguas de su imponente bahía para visitar las Islas del Rosario, por ejemplo, quedas con el deseo de volver. Eso le pasó a Gabriel García Márquez y estableció allí una residencia.

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Entramos a Colombia por Cartagena de Indias para seguir una ruta de visita preestablecida. Segundo destino: Santiago de Cali o simplemente, Cali, capital del Valle del Cauca; en extensión territorial, la segunda ciudad más grande del País y la tercera más poblada.[3] Colonial también, oficializó su fundación el 25 de julio de 1536.

Climáticamente agradable, está rodeada de montañas y de notas musicales, especialmente, la Salsa, bailada por doquier. La ciudad es uno de los principales centros económicos e industriales colombianos. Puede observarse un afán por la calidad de vida demostrado en los parques de recreación pasiva, los lugares para actividades al aire libre y los proyectos sociales de tipo artístico y ecológico.     

Cerca de la ciudad visitamos varios lugares memorables. Imagínese caminar por la casona descrita en la novela cumbre del romanticismo colombiano, María, de Jorge Isaacs. Leí esa obra cuando era estudiante de escuela intermedia. Tantos años después percibí la belleza de los rosales crecidos en el patio de la hacienda El Paraíso.

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Asimismo, se vive una experiencia estética y ecológica en los jardines botánicos y de aves de la hacienda Piedechinche, que es la sede del Museo de la Caña, un parque temático dedicado a la evolución histórica de la industria de la caña en diversas zonas del país.[4] Posee una muestra completa de los trapiches y las herramientas para la molienda. Y no puede faltar la presencia de la religiosidad popular latinoamericana. En Buga está el Señor de los Milagros a cuya Basílica acuden tradicionalmente miles de peregrinos nacionales y extranjeros.

Dicen los caleños que Cali es una sucursal del cielo; responden los paisas (medellinenses): “Claro, Medellín es el cielo”. No voy a tomar bando en la controversia regionalista, pero sí nos trasladamos a Medellín, la capital del departamento de Antioquia, fundada el 2 de noviembre de 1675 en otro valle, el de Aburrá, en la Cordillera Central de los Andes colombianos. Es una ciudad vibrante e innovadora que conjuga identidad cultural, tradición y empuje de superación. Si, lamentablemente, la violencia ha sido un estigma por resolver, la voluntad de cambio distingue a los paisas.

No hay duda ni patrón del mal que amilane a la ciudadanía de la primaveral Medellín. En la cuna del universal Fernando Botero Angulo, pintor, escultor y dibujante, se goza y disfruta. Un viernes por la tarde conocí y degusté una comida sabrosa en el Parque Lleras de El Poblado, esa plaza rumbera y gastronómica por excelencia; para luego dar un paseo por el Parque Lineal La Presidenta, pulmón verde propicio para descansar o ejercitarse.

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Transportarse en la ciudad no representa un problema. Vas de un lugar a otro en el  Metro, Metroplús, Metro Cable, Tranvía, buses o taxis. Realmente, es un sistema de transporte público que permite moverse por la ciudad sin dilaciones.

Aparte, honor a quien honor merece. Contar con los servicios de alguien que conozca a plenitud el lugar y sus atractivos culturales y turísticos es una dicha. Nosotros recibimos el apoyo de Claudia Cárdenas, Guía Turística experimentada, comprometida y amorosa.[5] Gracias a ella, Medellín se vuelve más próximo al corazón del visitante.

Y, finalmente, arribamos a la antigua capital del Virreinato de la Nueva Granada, antes Santafé de Bogotá, ahora Bogotá o Distrito Capital de Bogotá, cabeza del departamento de Cundinamarca y de la República de Colombia. Fundada el 6 de agosto de 1538, devino en un centro político, económico y cultural de envergadura.

Populosa y cosmopolita, de temperatura fría montañosa por la altitud de su ubicación, la sede del gobierno colombiano atrae por su hermosura natural y arquitectónica. En el corazón de Bogotá está el Parque Bolívar, la Catedral Primada, el Palacio de Justicia, la Alcaldía Mayor, el Capitolio Nacional, el impresionante Museo del Oro y el Museo Fernando Botero, entre otros sitios inolvidables.  

Caminar las calles de La Candelaria, el barrio colonial, es reactivar la sensación del inicio viajero en la Ciudad Vieja de Cartagena y comenzar a sentir el deseo por regresar al Viejo San Juan. Se camina mirando hacia arriba a los balcones, las fachadas, los techos de tejas; y hacia el frente para mirar los rostros del camino.

Era la tarde del domingo, día peatonal, cuando nos alejamos a pie por la Carretera 7 con el bullicio de la multitud, las bandas sonoras, el arte público, los grafitis que alaban o condenan la Mesa de Diálogo de Paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia [FARC][6] (o aquel picaresco que lee “vieja verde busca a joven ecologista”), y las ventas ambulantes de artesanías, frutas y venga usted a saber cuántas mercancías. Todo nos recuerda el final de la jornada de Cartagena de Indias a Santafé de Bogotá. Nada impide el riesgo: “que te quieras quedar”.

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Notas:

[1] Convenio sobre la Diversidad Biológica, Biodiversidad en Colombia, disponible en línea: http://www.humboldt.org.co/chmcolombia/biodiversidad.htm [Consultado: 25/6/2013].

[2] Para obtener información sobre la campaña: http://www.colombia.travel/es/prensa/campana-del-riesgo [Consultado: 27/6/2013].

[3] Según datos del Departamento Nacional de Estadística (DANE) de Colombia, Bogotá es la ciudad de mayor extensión territorial: 1.587 Km[3]; Cali: 564 Km[3].  Las tres ciudades más pobladas,  en millones de habitantes, son: Bogotá (6, 776,9), Medellín (2, 223,78,)  y Cali (2, 68,386). Disponible en línea: http://www.dane.gov.co [Consultado: 25/6/2013].

[4] Para muestra, un botón… no es suficiente, pero se puede hacer una visita virtual: http://www.museosdelvalle.com/museo-de-la-cana-de-azucar-hacienda-piedechinche/.

[5] Comunicarse con Claudia Cárdenas y coordinar una visita cultural a Medellín es posible mediante un mensaje a: claucard66@hotmail.com.

[6] El portal oficial del proceso colombiano de paz desde la perspectiva del gobierno es: https://www.mesadeconversaciones.com.co/; la óptica de las FARC tiene su espacio en: http://www.farc-ep.co/.

Lista de imágenes (todas proporcionadas por el autor):

1. Cartagena de Indias.
2. Casa en Cartagena.
3. Balcón en Cartagena.
4. Hacienda El Paraíso.
5. Mano Izquierda, de Fernando Botero.
6. Letrero en la Carretera 7.