Llevo 3 meses tratando de escribirte un poema.
No me salía en inglés,
así que traté de escribirte en español.
Tú y yo hablamos en inglés.
Casi siempre.
Al principio era extraño,
sentía que era una especie de traición
hablar desde el corazón con un idioma importado.
En mi casa solo se habla un idioma;
me corrigen si se me olvida como se dice
doorknob
en español.
Tú y yo escribimos en inglés,
pero por razones distintas.
Para ti, it’s your first language,
para mí, it’s an escape.
Somehow, me siento más libre
escribiendo en un idioma
que no está atado a mis huesos.
Tú naciste aquí, pero te criaste allá
(y allá y allá).
You jumped in blind,
y cuando nos conocimos,
aprendí a buscar rastros de Brooklyn
en tus vocales.
Tu español vive
en ese espacio
entre tus labios
y tus dientes.
Lo conozco bien.
A veces es torpe cuando trata de volar.
Siempre aterriza con un
te amo.
Yo nací aquí, y me crié aquí
(llevo 21 años en el mismo aquí).
Aprendí a hablar inglés y español
casi a la misma vez,
cantando my ABCs
en una terraza en Garden Hills.
Tengo un acento tímido
que hace guest appearances cuando digo “tweex" en vez de “twix”.
Cuando hablo español
trato de mantenerme en un solo carril,
pero tú y yo
cruzamos calles sin mirar
y no nos pasa nada.
Te quiero y I love you
no quieren decir lo mismo.
Tampoco I love you y te amo.
Pero yo te quiero, te love you y te amo,
todas a la vez,
en ningún orden en particular.
Y te lo digo con ojos cerrados,
mientras tu español y mi inglés
se mezclan en los cielos de nuestras bocas.
Lista de imágenes:
1-2. Chema Madoz