Realidad virtual, realidad no virtual (parte 2)

Esta es la segunda parte del artículo publicado la semana pasada, donde Karisa Cruz Rosado cuestiona los límites de la realidad virtual. Para acceder la primera parte de Realidad virtual, realidad no virtual, pulse aquí.

¿Amigos virtuales o reales?

Muy parecido a como sucede entre los agentes tradicionales de la comunicación, que son por ejemplo los amigos o la familia, en la realidad virtual, concretamente en la red social Facebook, se desarrollan dinámicas de socialización entre “amigos” o contactos, que hacen que los individuos creen un rol activo en el proceso de socializar con el otro, argumentan Day, Dong y Urista  (2009). E indican estos autores que, a partir de la teoría de Dye (2007), estos nuevos medios han creado toda una nueva generación de personas cuyas identidades están definidas por sus conexiones, y el contenido que producen en línea. Toda esta serie de prácticas activas que se desarrollan en la realidad virtual proveen un escenario de socialización que en momentos luce más dinámico que el que se suscita en la realidad no virtual.

Reflexionemos por un momento en algunas de las ideas que trajo el comentario de Norenid Feliciano sobre el hecho que presupone que de pronto tenemos en nuestros perfiles de Facebook, mil “amigos”, más o menos. ¿Con cuántos de éstos nos relacionamos en ambas realidades, virtual o no? ¿Cuántos de estos “amigos” lo fueron primero en la realidad virtual; y en nuestra realidad no virtual no hay nada que decir, pues la relación sólo se circunscribe al terreno de lo virtual?

Con el uso de chats y/o comentarios instantáneos, así como la posibilidad de simplemente asentir oprimiendo el botón de “like”, o me gusta, a cualquier texto visual que un usuario comparte con sus “amigos” en la red social Facebook, notamos que las dinámicas de socialización se hacen frecuentes. Máxime en un contexto profundamente mediado, pues con el uso constante de dispositivos móviles conectados al Internet en la cotidianidad, como el celular, el iPad, entre otros, existe la posibilidad de estar todo el tiempo conectado con el espacio virtual. Así que es probable que los “amigos” respondan rápido y efectivamente a la comunicación de otro “amigo”. Otra vez vemos cómo lo que acontece en la realidad virtual resignifica ciertas prácticas de la realidad no virtual. ¿Y la hace una? Piense usted.

De esta forma, Feliciano argumenta que los portales de redes sociales son parte fundamental de nuestras vidas ya desde hace varios años. “Desde el 2008 para acá hubo una explosión (giro) mediático sin precedentes: Facebook se afincaba, Twitter tomaba fuerza, múltiples portales con la misma línea surgían. Yo diría que mientras más se masifica el acceso a la red desde múltiples aparatos y plataformas, será cada vez más y más central el rol de estos portales”. ¿Por qué?, se le pregunta. Entonces la investigadora contesta que porque estas redes sociales “funcionan como una herramienta/espacio que organiza la gestión de cada cual en un sitio que es abismal, enorme, inabarcable. Internet es un universo, y diría que los portales de redes sociales se han convertido en los portadores de nuestros pequeños sistemas solares, o constelaciones”, detalla la estudiante graduada.

¿Específicamente hoy dónde está Puerto Rico en esta discusión? Según tablas de estadísticas sobre comportamiento en línea, analizadas por Feliciano, en nuestro país el portal con más visitas es Facebook desde principios de 2008. De modo que le ha tomado la delantera al gigante Google, su archienemigo. Feliciano apunta que este fenómeno de las redes sociales es interesante porque arroja una idea sobre el desenvolvimiento de los puertorriqueños en Internet. Lo que quiere decir que Facebook “es parte de nuestra cotidianidad”. Más de 1,200,000 personas en la Isla tienen perfiles en dicha red social. Facebook, lanzada en febrero de 2004, es un sitio web que cuenta con 500 millones de usuarios en todo el mundo y se traduce a 70 idiomas. “¿Qué significa eso? Que todo sucede a través de Facebook”, concluyó la investigadora. 

Twitter y Facebook

Day, Dong, Urista  (2009) en su investigación titulada Explaining Why Young Adults Use MySpace and Facebook Through Uses and Gratifications Theory sostienen a partir de la propuesta de Haythornthwaite (2005) que el elemento innovador de las redes sociales es que más que proveer un espacio para el intercambio y flujo de comunicación entre extraños, son las redes sociales focos para que el usuario mismo se haga visible para los demás.

Twitter es una cosa. Y Facebook otra. Aunque tengan elementos en común. “Para mí Twitter es como si tuvieras un megáfono virtual. Son mensajes cortos, y la velocidad frenética es lo que reina. Para noticias es ideal. Para compartir información es extremadamente útil, y es verdaderamente impresionante el poder que tiene”, señala nuestra entrevistada. Sin embargo, para Norenid Feliciano no son tan convenientes las prácticas de socialización en Twitter. “Para eso está Facebook”, puntualiza.

¿Hay escapatoria?

Con todo este camino recorrido, todavía queda espacio para pensar en una posible escapatoria de esta realidad virtual, aunque según lo discutido esta realidad es parte de la entraña, de la realidad per se, de las sociedades avanzadas. 

Pensemos, detengamos por un momento la lectura y meditemos sobre la cantidad de artículos, firmas comerciales, organizaciones sin fines de lucro, marcas, que colocan el logo de alguna red social como plataforma para mercadearse. Además, pensemos por otro momento en que cada vez es más común encontrar celulares o dispositivos móviles con conexión al Internet como uno de los atractivos para adquirirlos. Cada vez son más los establecimientos que promocionan su acceso a “WIFI”, o conexión inalámbrica para sus clientes. Es como si no nos pudiéramos separar de la red. Es un status “on line” perenne.

En el caso de Feliciano, ésta confiesa su entrada a la red social Facebook y argumenta sobre su funcionalidad: “He ajustado mi rutina completa de navegar Internet desde que entré a Facebook. Entré en el 2007 por recomendación de una amiga. Yo no quería. Pero una vez entré fue imposible salir. Y con los cambios que han hecho, que permiten la actualización instantánea de absolutamente todo lo que ocurre dentro de ese sistema, se ha tornado adictivo por un lado, pero muy útil por otro. La utilidad es que nos ahorra tiempo y nos conecta con más personas, haciendo de la experiencia social una más rica y diferente”.

Mas no todo es tan chévere y útil dentro de este universo virtual. Así salió reportado por Sergio Fanjul en un artículo del  12 de mayo de 2011 en el periódico El País de España, bajo el título Atentos a todo…y a nada. En la nota, Fanjul discute que un punto muy desfavorable de ese estar todo el tiempo “on line” es precisamente la exposición constante y masiva a cientos de cosas a la vez, a cientos de sitios web, lo que tiene como resultado seres que ven tanto, que no ven nada. Este periodista critica la falta de profundidad que se desarrolla con las actividades multi-tareas (o multi-tasking). Que redundan en la construcción de seres superficiales, explicó Fanjul a partir del análisis del autor Nicholas Carr, y su libro Superficiales (2011). Según indica el artículo de El País, Carr, licenciado en Literatura, confesó que “su capacidad de concentración en la lectura de textos largos era cada vez menor”. Y esto se debe a su actividad multitarea, atento a la vez a la web, el Twitter, el teléfono, el Skype, el Facebook.... En su libro, Carr explica que “la multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no sólo nos deshumanizan un poco sino que nos uniformizan", reseña la nota de Fanjul.

Por su parte, el escritor peruano Fernando Iwasaki, confeso animal análogo, pero consciente de la hegemonía de lo virtual, y quien participó de un debate titulado:Literatura, territorio de utopíasdurante la segunda edición del Festival de la Palabra en San Juan, fue pesimista en su intervención sobre una posible escapatoria del universo digital. Sería como retroceder sobre un terreno ganado. En este sentido, el escritor expuso que lo que ha hecho la masificación del uso de tecnologías en ciertas sociedades es que las dinámicas que se suscitan virtualmente sean relaciones cada vez más fugaces o efímeras entre las personas. Ello específicamente por lo impersonal, por el distanciamiento que crea que cada uno esté desde su computador, sin el calor de un chocar de ojos, o un cruce cara a cara. Aunque, como en los idiomas, siempre hay sus excepciones.

Norenid Feliciano, según su experiencia, de cerca de cinco años vinculada al trabajo directo con sitios de la realidad virtual: Tendenciaspr.comDiálogo Digital.com, entre otros, se atreve a pronosticar, como lo hiciera el gitano Melquíades en Macondo, que con la multiplicidad y masificación de aparatos tecnológicos nuevos (tablets, smartphones, laptops) vendrá una mayor prevalencia de los nichos, de los nudos de información, “una lucha (struggle) entre lo local y lo global, en donde siempre prevalecerá lo local, porque somos humanos”.

Para pensar…

No debemos perder de perspectiva que, también, la realidad virtual proporciona el terreno fértil para que sus usuarios desarrollen múltiples identidades. Esto por la constante selección y edición de los textos visuales o audiovisuales que comparte con otros usuarios en distintas instancias de sus interacciones virtuales. Por ejemplo, cómo llenamos los blancos de nuestros perfiles en cualquier red social, la información que proveemos traza la personalidad o identidad virtual de nosotros o del avatar que inventemos.  Hecho que es en sí mismo un buen tema para desarrollarse en una futura investigación.

Asimismo, otra de las cualidades más destacables, según Iwasaki, que tienen estas relaciones que se dan en plataformas de la realidad virtual, como Facebook o Twitter, es que se hace público lo que en un momento era considerado privado, íntimo. Pero, ya qué es privado dentro de una realidad que para estar dentro de ella, y no cual anacoreta, anacrónico, ha naturalizado la condición de un siempre “logged in, que cada vez nos hace leer, ver mucho, para no saber nada, que nos hace adictos virtuales. De otra forma, ¿sentiríamos que nos quedamos rezagados, lejos de esta realidad de dos mundos, uno digital y otro análogo, ya fundidos?

Melquíades no se equivocó, ahora no tan sólo sabemos lo que pasa en la otra esquina del mundo, sin salir de casa, sino que nos gusta hacerlo, le damos “like”. Entonces surge el cuestionamiento, cómo, dónde tiramos la raya entre nuestro mundo no virtual y el virtual. Si uno se ha convertido en parte del otro, si uno, hemos visto, que ha resignificado muchas de las practicas más básicas de las conductas humanas, el trabajo, el entretenimiento, la comunicación, la búsqueda de información. Si Baudrillard tampoco se equivocó, no hay raya que tirar, hablar de realidad virtual y realidad no virtual podría solamente  ser una distinción semántica, por las características propias de cada uno de los conceptos. Pero ambas son realidades, realidades de esta realidad que dentro de la Sociedad de la Información en la que vivimos más que establecer mecanismos de separación entre la realidad virtual y la no, se patrocina, se vende la  integración. ¿Seremos nosotros, los individuos, los usuarios, los que tendremos que ser capaces de tirar alguna raya? 

 

Lista de referencias

Baudrillard, J. (1978). Cultura y Simulacro. (P. Rovira, Trad.). Barcelona: Editorial Kairós.

Brunetti, D., Chaffin, C., et. al. (Productores), y Fincher, D, (Director). (2010). The Social Network[Película]. Estado Unidos: Columbia Pictures.

Contreras, P. (2003). Me llamo Kohfam, Identidad Hacker: una aproximación antropológica. Barcelona: Editorial Gedisa S.A.

Urista, M.A., Dong, Q. y Day, K.D. (2009). Explaining Why Young Adults Use MySpace and Facebook Through Uses and Gratifications Theory. Human Communication12(2), 215-229.

Fanjul S. (2011, 12 de mayo). Atentos a todo…y a nadaEl País. Recuperado de

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Atentos/todo/nada/elpepusoc/20110512
elpepusoc_3/Tes

Qualman, E. (2009). Socialnomics: How Social Media Transforms the Way We Live and Do Business.Hoboken: John Wiley & Sons.

Serrano, M. (1982). Teoría de la Comunicación. (A. Corazón, Ed.). Volumen VIII. Madrid, España.

 

*Fue analizada la información suministrada por la compañía Facebook sobre las estadísticas de población de los usuarios.

*Entrevista a Norenid Feliciano, sobre realidad virtual, redes sociales y Puerto Rico en la Web.