Regalé cuanto tenía.
Abandoné mi capital de comienzos
más supe que por el resto de mis noches
regresaría a esta ciudad.
Por un sueño de trenes, de aceras agotadas.
Cuando tu mirada va de mí hacia el suelo
dices ver farolas negras en mis ojos.
Juras que veo muertos;
tengo uno en frente. Si el amor perece
antes de tocarme la puerta
que la escritura entonces salve
de todo. O que lo devuelva
y redima.
Para no quebrar
ni apagarnos desde adentro.
* Imagen de Welfare Island en la década del 40. Ahí estuvo internada Julia de Burgos en Nueva York antes de morir.