La líder ecologista brasileña Marina Silva (Breu Velho, 1958) ex ministra de Medio Ambiente y discípula del legendario Chico Mendes, ecologista y líder sindical asesinado por su defensa de la Amazonia, ya ha dado el pistoletazo de salida a la campaña electoral de las próximas presidenciales brasileñas – para las que queda más de un año- con la creación de un nuevo partido, y con el que aspira a repetir el éxito del 2010.
Un partido que para empezar no se llamara así. El nombre es Rede Sustentabilidade aunque acabara siendo Rede a secas, como ya se denomina oficialmente en el Art. 1º de sus recién creados estatutos. Y un partido que paradójicamente, tampoco será un partido, es decir, una fuerza política al uso. Sera más bien, “una idea política nueva". Según explicó Marina Silva, en el ‘Encontro Nacional’ que sirvió para el lanzamiento de la nueva formación, “una puerta para romper el monopolio que los actuales partidos ejercen en el Estado”.
El nuevo proyecto de la que durante 30 años fue una de las personas más allegadas y fieles al ex sindicalista preocupa en Planalto y causa inquietud en el Edificio Metrópolis, sede central del PSDB (Partido de la Socialdemocracia Brasileña), el partido fundado por expresidente de la República, Fernando Henrique Cardoso y que ya ha elegido al actual senador y exgobernador del Estado de Minas Gerais, Aécio Neves –nieto del histórico líder político Tancredo Neves- como su nuevo candidato en sustitución de José Serra, el eterno candidato.
En 2010, los veinte millones de votos (el 19% de las papeletas) que Silva recabó como cabeza de lista del PV (Partido Verde), la convirtieron en la gran sorpresa –y auténtica protagonista- de las elecciones presidenciales brasileñas. La Senadora por Acre (1995 – 2011) fue la única líder realmente contenta, en una noche electoral muy distinta de la que había imaginado Lula da Silva, que veía frustrado su sueño de imponer a su candidata –y heredera política- en primera vuelta.
Menos de un año después de aquel triunfo, que la convirtió en el fenómeno político del momento en Brasil, Silva dejó el Partido Verde víctima de la dictadura partidista impuesta por quienes hasta su llegada dominaban en el partido, nada predispuestos a la revolución interna que proponía la exministra de Lula. Durante un tiempo permaneció callada –seguramente dando forma a su nueva ‘criatura’ política. Fueron muchos, los que aseguraron entonces, que sólo se había tratado de flor de un día, en el complicado sistema electoral brasileño.
El tiempo ha demostrado que estaban equivocados. En todos los sondeos realizados últimamente de cara a las próximas presidenciales, la ambientalista aparece la segunda con más consensos después de la presidenta. En el realizado a finales de diciembre pasado por el Instituto Datafolha, y con un 18% de votos, se ponía a cuatro puntos de Neves y a 12 de Eduardo Campos, el presidente del Partido Socialista de Brasil y gobernador de Pernambuco, amigo personal y fiel colaborador en los gobiernos del PT y que ya ha anunciado su intención de ser candidato en 2014.
Aunque la mayor preocupación de Silva en estos momentos no son las encuestas electorales, sino poder recoger medio millón de firmas en apoyo a su nuevo proyecto. Las necesarias, según la ley brasileña, para que Rede sea registrado como fuerza política.
Un partido (para muchos un estado de ánimo) fuera de la lógica tradicional, “ni de derecha ni de izquierda”, capaz de pensar la política a largo plazo y en la misma línea de los movimientos de los indignados. Rede se coloca más cerca del 15M, de OccupyToronto o del Partido X (una nueva formación política alumbrada por seguidores del 15M español y de los movimientos que preconizan la cultura y el software libres) que de las teóricamente fuerzas progresista brasileñas (la mayoría simples comodines para formar gobiernos a cambio de cargos en la administración pública o en cualquiera de las muchas empresas estatales).
Rede –el nombre pretende asociar el ejercicio de la política a las redes sociales, que salvando las distancias, tan buenos resultados le ha dado al Movimiento 5 Estrellas en las recientes elecciones generales celebradas en Italia- quiere reformar la política tradicional siguiendo la ola de la global revolution. La construcción de un nuevo modelo económico y social y volver a colocar la cuestión de la crisis ecológica en la agenda de las luchas sociales – no olvidemos el papel secundario que las cuestiones medioambientales han tenido en las insurrecciones sociales y los movimientos de protestas surgidos entre el 2010 y el 2012, incluidos los brasileños y que tuvieron como característica principal el haber utilizado las redes sociales como instrumentos de convocatoria y movilización-.
Alfredo Sirkis, uno de los fundadores del Partido Verde en 1986, junto a Fernando Gabeira o José Luis Penna y diputado por los ecologistas desde el 2011, Heloísa Helena, exsenadora por el PT, expresidenta del PSOL (Partido Socialismo e Liberdade) y la primera mujer que disputó la presidencia brasileña y Gilberto Gil uno de los dioses de la música brasileña y exministro de Cultura con Lula han decidido apoyar a Marina Silva en su nuevo reto. Un proyecto visto con simpatía por la sociedad brasileña, pero que ni los partido clásicos, ni los mass media parecen haber entendido.
Cristovam Buarque (compañero de gabinete en el Gobierno de Lula y a los que algunos colocan en la plancha presidencial de Eduardo Campos) y Randolfe Rodrigues (potencial candidato a la presidencia en el 2014, por el PSOL) están entre los mayores críticos con la aparición de Rede en la escena política brasileña. “Tenía la esperanza de que liderara un movimiento por encima de los partidos tradicionales, no de que creara otro” o “el nuevo partido va a empequeñecer a Marina” fueron las primeras palabras con las que exgobernador del Distrito Federal recibió la idea. Mientras Rodrigues acusa a Silva y los suyos de predicar un "capitalismo ambiental" y cree que “el discurso de la sostenibilidad no resolverá por sí solo los problemas del país”
Muchos politólogos también tienen sus dudas acerca de un proyecto que echa a andar con más preguntas que respuestas. Una de las más importantes: ¿es compatible el concepto red con un liderato concentrado en una cara tan conocida como Marina Silva?
Los analistas políticos consideran muy difícil llevar adelante un proyecto apoyándose en la red –otra forma de hacer política que los ciudadanos brasileños vienen reclamando desde hace tiempo a través de movimientos como conexôes globais o Existe amor em SP o desde el Gabinete Digital lanzado por el gobierno de Rio Grande do Sul. Creen que Marina tiene muy complicado, construir un partido que no funcione como un partido y donde idealismo y pragmatismo tengan que convivir en igualdad de condiciones.
Lo cierto es que la aparición en la escena política de Rede, puede alterar por completo (por si en el PT y el PSDB no tuvieran ya bastante con las ambiciones presidenciales de Campos) el resultado de las próximas elecciones presidenciales. Marina Silva puede volver a convertirse (otra vez) en clave para el futuro de Brasil.
Lista de imágenes:
1. Seguidores de la candidata a la presidencia de Brasil Marina Silva, del partido Verde, y simpatizantes de la también aspirante Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores. Foto por Marcelo Sayão, septiembre 2010.
2. Aécio Neves y Luiz Ignácio Lula da Silva.
3. Marina Silva.
4. Marina Silva, centro izquierda, con Heloísa Helena y el político, economista y profesor Eduardo Suplicy en medio en una actividad pro Rede.
5. Marina Silva en el lanzamiento de Rede Sustentabilidade.