La "limpieza social" y resistencia de las favelas en Brasil: el caso de Pinheirinho

I.

A finales de enero, el día 22 para ser precisos, a eso de la seis de la mañana, la comunidad de Pinheirinho en São José dos Campos, São Paulo fue atacada por la Policía Militar (PM) del estado. Dicha acción violenta por parte de las autoridades estatales se realizó con el propósito de desocupar las cien hectáreas de tierra urbana que, desde el año 2004, han sido útiles para que unas seis mil personas (aproximadamente mil doscientas familias) fundaran una comunidad. Esta ocupación de tierras era considerada una de las mayores en América Latina y su desocupación violenta ha sido el resultado de diferentes disputas legales entre la quebrada empresa Selecta, S.A. y las autoridades judiciales del estado.

Estas tierras de la comunidad de Pinheirinho pertenecieron a una pareja alemana, fallecidos hace unos treinta años. Sin embargo, hoy día son reclamadas por el empresario especulador de la bolsa, dueño de Selecta, S.A., Naji Nahas. Él inició un proceso para reclamar la devolución de dichas tierras y la jueza de la sexta sala de lo civil de São José dos Campos, Marcia Loureiro autorizó su reintegración. La misma fue ejecutada por la PM del estado de São Paulo y la policía municipal haciendo uso de gases lacrimógenos, balas de goma y una extrema violencia contra los integrantes de la comunidad —incluyendo niñas y niños—, los cuales resistieron el ataque para evitar ser desalojados.

El violento ataque policial conllevó que muchos vecinos de esta comunidad fueran detenidos, algunos desaparecidos, violadas sexualmente (algo típico de la guerra) y las autoridades aún no han confirmado la muerte de tres personas. Miles de personas fueron alojadas en iglesias y estadios de fútbol y a los dos días del desalojo, sus humildes casas y bienes fueron despedazados por máquinas.

 

El gobierno federal de Brasil, días antes, había llegado a unos acuerdos con el gobierno del estatal de São Paulo para expropiar el terreno y evitar así que las familias fueran desalojadas. El mismo día 22, el Tribunal Federal hizo un último intento para evitar el desalojo emitiendo una nueva orden. Contrario a lo encauzado en los edictos judiciales federales y a las negociaciones entre las diferentes instancias del gobierno, la prefectura municipal, respondiendo a los intereses del empresario Nahas, asociado al partido gobernante en el estado y en el municipio (Partido da Social Democracia Brasileira, PSDB), prefirió ejecutar el desalojo.

Estas decisiones que se han tomado demuestran ser el resultado de una privatización y militarización de los problemas sociales asociados a la exigencia del derecho a una vivienda digna frente al de la propiedad especulativa de tierras. Además, este tipo de acciones, según muchos activistas han manifestado, se agudizarán a medida que se acerquen tanto el Mundial de Fútbol en 2014, como las Olimpiadas en 2016. Al fin y al cabo, se trata de la llamada “limpieza social” a la que muchas comunidades son sometidas, como lo fue el caso para la preparación de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2010 en Mayagüez, Puerto Rico, o de lo que muchas personas sin techo han sido víctimas en las zonas capitalinas cuando algún evento internacional se celebra en la zona.

II.

Pinheirinho es sólo una de las múltiples manifestaciones de la violencia estatal que toma forma bajo el pretexto de la “limpieza” o la “higienización” social. Además del asunto de la propiedad como máxima del derecho, diferentes sectores políticos y de los medios de comunicación han justificado la violencia llevada a cabo contra los pobladores de la comunidad criminalizándola alegando la presencia de traficantes, drogas, armas y redes dedicadas al robo y la extorsión. Acusaciones harto sospechosas —que son basadas en los discursos de securitización— cuando se trata de una comunidad que se ha organizado para hacer valer su derecho a una vida y residencia dignas.

En Pinheirinho sí ha habido resistencia contra un Estado violento que constantemente les amenazaba y destruyó sus propiedades por priorizar los intereses especulativos de un individuo. La comunidad había organizado sus propias fuerzas de seguridad para evitar el ataque frontal de las fuerzas estatales. Esto, según nos cuenta el activista brasileño residente en Madrid, Fábio Teixeira de Queiroz (FTQ), “[…] a nivel simbólico también eso ha sido muy fuerte. Pinheirinho ha sido de los últimos movimientos sociales más fuertes; en cómo han tenido coraje de realmente hacer un proceso de resistencia frente al Estado. Pero, obviamente, es muy flojo para enfrentar las fuerzas del Estado y resistir así”.

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Por otra parte, también es importante resaltar que Pinheirinho ha sido un caso en el cual la organización de base comunitaria ha venido dándose desde el mismo momento de su fundación. Añadido a este hecho, el caso del desalojo ha tomado visibilidad por diversos factores, entre los que se encuentran: la extrema violencia con que el estado desplegó sus fuerzas, las detenciones, desapariciones y violaciones de los y las residentes, la celebración de una reunión del Foro Social Mundial en Porto Alegre el día 24 del mes de enero y la difusión de los hechos a través de medios alternativos.[1] 

Es por eso que Teixeira de Queiroz nos recuerda que también hay otros casos de grandes comunidades que, a nivel global, no han sido visibilizados, pero con esta desocupación masiva y la difusión de la información, tanto por activistas sociales dentro y fuera de Brasil, esperan aprovechar dicha ventana de oportunidad para ejercer presión a favor de otras comunidades. Asimismo, se proponen detener futuros desalojos y “limpiezas sociales” de aquí a que se desarrollen los eventos deportivos internacionales hasta el 2016. Dice: “Vemos que no es solamente un problema de Pinheirihno, como una comunidad pobre y urbana que fue desalojada, porque tenemos también comunidades indígenas que están siendo amenazadas con ser desalojadas y un proceso parecido con comunidades negras que son remanecientes de quilombos”.

III.

En el aparte con Teixeira de Queiroz, nos ha comentado sobre el papel de las diferentes movilizaciones que se han dado en Brasil y en diversas ciudades del mundo (entre ellas Madrid) para protestar por las acciones de los desalojos. Para el activista, durante los últimos años Brasil ha reforzado una imagen basada en el discurso desarrollista el cual muchas veces se cimenta en un crecimiento infinito de cifras, pero que a la vez permite que sigan suscitándose violaciones a los derechos humanos y que prioriza los privilegios clasistas, de las redes de poder y de unos derechos sobre otros. En ese Brasil aún está presente “ese otro país que todavía hay, que no respeta a los derechos humanos”.

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He aquí un extracto de la entrevista en la cual Teixeira de Queiroz presenta algunas pinceladas sobre lo ocurrido, el papel de los medios de comunicación corporativos en la difusión de lo allí sucedido y la organización de los brasileños en el exterior para visibilizar “ese otro país” y deconstruir los discursos oficiales.

José GuillermoEn cuanto a la reacción de la sociedad civil brasileña en el país y los brasileños que, como en tu caso, están fuera del país, ¿cómo se han organizado? Y también haznos una evaluación de cómo los medios de comunicación a nivel corporativo-masivo han reportado esto. ¿Cómo ustedes han hecho su trabajo con los medios?

FTQ: En Brasil hay dos versiones sobre Pinheirinho. Hay una versión oficial que es la versión del estado de São Paulo que habla de reintegración de la propiedad como derecho; de que Pinheirinho ha sido una violación al derecho a la propiedad y a lo mejor también desde fines del siglo XIX, todo un discurso de las instituciones –de la policía del estado– que siempre han criminalizado la pobreza y la negritud. Ha sido un discurso que ha sido muy fuerte e incorporado por el Estado – el de considerar que prácticamente todo pobre es un criminal. Lo que pasa es que hay un media de derecha en Brasil que está muy relacionado al PSDB y que cuenta una versión oficial de Pinheirinho que es la cuestión del derecho último a la propiedad, de que ha sido un acto legal por parte del Estado, una reintegración de propiedad. […]Esta versión es empleada por los populares de derecha que piensan que ésta era una comunidad de traficantes, llena de criminales, llena de personas de mala reputación y, por lo tanto, terminan justificando en la opinión pública y en los medios populares la reacción del Estado. Pero, por otro lado, hay otra versión de Pinherinho que es la versión de una crítica a la acción del Estado como una acción criminal.

¿La violación del derecho a que las personas tengan una vivienda digna; a los derechos humanos?

De la violación de derechos humanos, de la violación por la extrema violencia policial que ha sido empleada contra los ciudadanos, de la destrucción de las casas y de los bienes. De la falta de vivienda, de la destrucción de la vida de esas personas. Entonces hay dos versiones y, obviamente, esa versión crítica de Pinheirinho yo creo que es la versión que estamos llevando en estos momentos porque siempre han sido silenciados. Entonces, en Brasil hubo mucha movilización desde el día 22 de enero. Hubo concentraciones desde entidades del movimiento asociativo, como entidades sindicales, como organizaciones de la sociedad civil, las ONG que han hecho llamados para protestar en las calles en São Paulo, en Fortaleza, en Río de Janeiro, en Bello Horizonte, etc.

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Hubo una producción muy grande de contrainformación porque hay una derecha, pero a través de Internet hubo una producción de análisis político de lo que está pasando en el país y que han sido transmitida a través de distintos tipos de media alternativa. No pasan por la mediade derecha.

Entonces, en la medida que hemos sabido lo que pasó en Pinheirinho, quienes vivimos fuera de Brasil quedamos bastante impactados. Inicialmente, las informaciones que estábamos recibiendo estaban centradas en el crecimiento económico en Brasil, el desarrollo urbano, etc. Pero, sabíamos que estaban pasando cosas en Brasil sobre el irrespeto a los derechos indígenas, de una creciente homofobia en el país, de los asesinatos en serie de la juventud negra en las favelas. Y nos llamó mucho la atención la resistencia de Pinheirinho y el escenario absurdo de guerra, de atrocidad, de barbarie que hemos visto en los medios. Entonces, gracias a Internet, hemos recibido y repasado esas informaciones.

Hubo manifestaciones. La primera de ellas fue en Berlín y yo tengo contacto con la gente allí y me comuniqué con otros amigos brasileños para hacerlo aquí [en Madrid]. Y en esto la cosa fue creciendo espontáneamente. O sea, no están relacionadas a ningún tipo de partido político o entidad. Son brasileños residentes en el exterior y que se han dispuesto a mostrar públicamente lo que pasó y a hacer una denuncia a los órganos competentes como la OEA, el Tribunal Penal Internacional, a la Secretaría de Derechos Humanos de la República, al Ministerio de Justicia y a las embajadas. De Brasil hasta este momento, primeramente en Berlín y Madrid, luego hemos tenido [manifestaciones] en Costa Rica y hemos conseguido conectar a las personas que iban haciendo más organizaciones de este tipo. Hubo una también en Lisboa, en París, en Buenos Aires y Santiago.

Entonces, a través de Facebook, hemos conseguido articular a todas esas personas que estamos en distintas sociedades del mundo [con actividades] siempre en la Embajada de Brasil. Utilizamos la embajada como una instancia de representación de los brasileños, residentes en el exterior.

IV.

En fin, el desanimo puede ser mucho al ver que la vida de estas miles de familias, a pesar de las protestas y las diversas movilizaciones, ha sido destrozada por el mezquino interés de un especulador y unas autoridades que sirven a sus intereses. Mas, esto no ha detenido a las personas que quieren que no sólo se hable del crecimiento en cifras de su país, pues reclaman otro tipo de crecimiento, uno humano donde los individuos no sean criminalizados por el hecho ser negros, homosexuales, indígenas y pobres.

Notas:

[1] El día 24, la presidenta Dilma Rousseff en Porto Alegre fue recibida por grupos de protesta “Todos somos Pinheirinho” y adjetivó lo sucedido de la siguiente forma: “A ação de despejo do Pinheirinho é barbárie”.

Lista de imágenes:

1. Residentes de Pinheirinho en formación de defensa.
2. "Pinheirinho 2012/Guernica 1936".
3. Manifestación celebrada en Madrid en solidaridad con Pinheirinho.
4. Movilización en São Paulo del 22 de enero de 2012.
5. Manifestación celebrada en Berlin en solidaridad con Pinheirinho.
6. Yasuyoshi Chiba, "Un niño observa lo que sucede al exterior de una residencia ocupada ilegalmente, justo antes de ser desalojada, en São Paulo, Brasil", 9 de febrero de 2012.