Desde la calle Progreso en Santurce se puede predecir el futuro.
La antigua cervecería Corona cerrada, la vieja oficina del CRIM abandonada; el largo paisaje sin nada, que de repente dibuja la silueta de un cojo.
Tapitas anaranjadas y agujas por el suelo.
Mojones por todas partes; un perro hinchado a punto de estallar.
Calle Progreso.
El cojo sube la calle Hipódromo casi corriendo.
En la esquina se encuentra con el pana de la silla de ruedas. Cruzan la Fernández Juncos, se meten en una casa abandonada. Ahí los espera el de los ojos grandes, gorra, muleta.
Acabo de descubrir su escondite; me acabo de dar cuenta: estos cabrones son libres, hacen, desde hace tiempo, lo que nosotros haremos, sin remedio:
Ocupar esas casas/edificios de lo que fue el primer suburbio de la isla, llenar de vida esos lugares muertos que no son nada más que el símbolo de un fracaso.
El neolatifundio urbano: lo acabaremos.
No les pido mucho, con que quemen sus carros y caminen me basta.
Con que sepan que la calle Las Palmas pasa por Tras Talleres y Miramar; que conecta directo con el Viejo San Juan.
Que no toma más de una hora,
y que eso no es nada.
Lista de imágenes:
1. AP Photo / Ricardo Arduengo. Santurce, P.R., 2014.
