La insurrección irlandesa en abril de 1916 y su influencia en Albizu Campos

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Es pertinente estudiar la influencia que ha tenido la historia de Irlanda en la de Puerto Rico, a pesar de la distancia geográfica y la diferencia en cultura. En el siglo diecinueve, la boicotizadora, uno de los movimientos de resistencia más importantes en nuestra historia, fue inspirada por las tácticas de campesinos irlandeses en 1879. En el siglo veinte la idea del Estado Libre Asociado que surge por primera vez en 1922 con el Proyecto Campbell fue tomada del tratado firmado el año anterior en Inglaterra para formar el Estado Libre de Irlanda. En 1928 los líderes aliancistas Antonio R. Barceló y José Tous Soto argumentaban al Presidente Coolidge que el Estado Libre de Irlanda había logrado admisión a la Liga de las Naciones para justificar su petición de mayores libertades para Puerto Rico. Fue ese "estado libre asociado" lo que provocó, como reacción, la fundación del Partido Nacionalista en 1922. En ese partido, a partir de 1930, asumió el poder el líder puertorriqueño en quien más habrían de influir los acontecimientos en Irlanda: don Pedro Albizu Campos.

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Desde fines del siglo pasado se han producido varios escritos importantes que ayudan a entender la figura de Albizu Campos sin recurrir a reduccionismos simplistas, además de falsos. Algunos estudiosos se han ocupado de destacar el catolicismo de Albizu para entender su pensamiento. Así por ejemplo, Ernesto Sánchez Huertas propuso "Algunas ideas tentativas del pensamiento social cristiano en Pedro Albizu Campos" en el libro La nación puertorriqueña: ensayos en torno a Pedro Albizu Campos (Editorial UPR, 1993). Sánchez Huertas establece claramente la conexión entre los irlandeses y la forma peculiar de catolicismo que asumió don Pedro. A través de su contacto en Harvard con éstos, es que Albizu conoce las ideas de Jaime Balmes, pensador catalán del siglo 19, que ha de ser una de las influencias más decisivas en su vida. Balmes había establecido que los valores del catolicismo y de España eran superiores a los del protestantismo, así como la idea de que el progreso sin la moral no era progreso. Albizu fue también influido por otros pensadores católicos a quienes conoció en los escritos de Balmes y de quienes obtuvo sus ideas sobre la nacionalidad, la guerra por la liberación de la patria y el asesinato legítimo del tirano, según demuestra Sánchez Huertas en este ensayo.

Por su parte, el sociólogo Juan Ángel Silén en su libro Nosotros solos (1996) fue el primero en destacar el impacto de la insurrección irlandesa en 1916 en la retórica y las estrategias políticas de Albizu Campos. Silén menciona el libro Rebels The Irish Rising of 1916 escrito por Peter de Rosa como una referencia importante. Desde entonces me interesé en leer esa historia y luego de mucho tiempo buscándolo vine a encontrar el libro en una librería en Washington. La lectura de Rebels conmueve hasta las lágrimas pero más que nada ayuda a comprender mejor la figura tan compleja del líder nacionalista ponceño. Es imprescincible sobre todo para entender la llamada "revuelta nacionalista" de 1950, por lo cual quiero destacar lo que me parece son las lecciones aprendidas por Albizu Campos de lo ocurrido en Irlanda en 1916.

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Los hechos fueron los siguientes: al mediodía del 24 de abril de 1916, Lunes de Pascua, un grupo de rebeldes, hombres y mujeres mal armados, tomaron por la fuerza el castillo de Dublin —el símbolo del poder colonial de Inglaterra que había sometido al pueblo irlandés durante 700 años— y proclamaron la república luego de arriar la bandera de Inglaterra e izar una bandera verde junto a la tricolor irlandesa. Habían decidido aprovechar que los ingleses estaban envueltos en la guerra europea para la cual estaban reclutando soldados irlandeses que morirían por la nación que odiaban. Por eso los líderes no habían tenido reparos en pedir ayuda a Alemania —por aquello de que "el enemigo de tu enemigo es tu amigo"— pero fueron capturadas las armas que los alemanes enviaron. La rebelión fue sofocada en poco menos de una semana luego de un intenso bombardeo por parte del ejército inglés. Hubo 1, 351 muertos y la ciudad de Dublin fue casi destruida. Los 16 principales líderes fueron fusilados. Los rebeldes sabían que no iban a triunfar, pero estaban convencidos de que sobre la sangre vertida se fundaría una Irlanda libre. Así fue.

Luego de leer Rebels me parece evidente que el líder irlandés que más influyó en don Pedro no fue, como han destacados muchos, Eamon de Valera, a quien erróneamente se le atribuye dirigir la rebelión quizá por el hecho de que llegó a ser presidente de la República de Irlanda en 1949. Aunque a quien conoció Albizu en Harvard fue a De Valera cuando éste hizo un viaje a Estados Unidos luego de escapar de prisión en 1917 (por haber nacido en Nueva York las autoridades inglesas no lo fusilaron como a los otros rebeldes), la inspiración tuvo que ser el comandante en jefe del ejército rebelde y mártir de la insurrección irlandesa: Patrick Pearse. Así lo reconoce Silén en su libro.

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Patrick Pearse era un reconocido poeta que amaba sus raíces celtas y había fundado la escuela St. Enda para enseñar el idioma irlandés. Su propósito había sido promover el espíritu de Cuchulain en los jóvenes irlandeses. Éste fue un héroe pagano a quien siendo niño se le había impuesto la armadura para la lucha con la advertencia de que el día que lo hiciera habría de tener una vida corta pero gloriosa. Pearse había puesto la respuesta de Cuchulain en la pared en gaélico: "No me importa si mi vida dura sólo un día y una noche si mis acciones son contadas por los hombres de Irlanda". Pearse estaba convencido de que Irlanda lograría su libertad únicamente a través de un sacrificio de sangre porque "sin muerte no puede haber resurrección". Para Pearse los fracasos podían ser triunfos y el triunfo que perseguía, al igual que los otros que creyeron como él, era moral y no militar. A una le parece estar leyendo los discursos de don Pedro Albizu Campos.

Fue Pearse quien escribió y leyó la Proclama, que también sirvió de ejemplo a don Pedro y que en parte decía:

"En el nombre de Dios y de las generaciones muertas. Irlanda, a través de nosotros, llama a sus hijos hacia su bandera y lucha por su libertad... Nosotros declaramos el derecho de los irlandeses de la posesión de Irlanda, y del control total de su destino, de ser soberanos e invencibles. La larga usurpación de ese derecho por personas y gobiernos extranjeros no ha podido extinguir ese derecho y nunca se extinguirá excepto con la destrucción de los irlandeses... Basándonos en ese derecho fundamental... nosotros por este medio proclamamos la República de Irlanda como un estado soberano independiente, y ofrecemos nuestras vidas y las de nuestros compañeros en armas a la causa de su libertad, de su bienestar y su exaltación entre todas las naciones". 

En ese momento Pearse sabía que ellos eran minoría y que no tenían mandato alguno del pueblo, que por el contrario había aceptado la oferta de mayor autonomía (el "home rule"). Sin embargo, tenía la certeza de que la sangre derramada por ellos sería lo que habría de preparar el camino para la definición final.

Fue Pearse quien por último, tuvo que tomar la decisión de rendirse al sexto día de haberse proclamado la República, con el fin de evitar más matanzas de la población civil. En el juicio por consejo de guerra fue condenado a muerte al igual que los 15 que le acompañaron en la planificación de la rebelión. Ante la corte militar inglesa insistió en hablar para la posteridad y sus palabras fueron las siguientes:

"Desde mi temprana juventud he considerado la conexión entre Irlanda y Gran Bretaña como la maldición de la nación irlandesa, y me convencí de que mientras ello durara este país no podría nunca ser libre o feliz... Al parecer hemos perdido. No hemos perdido. Haber rehusado pelear hubiera sido perder; luchar es ganar. Hemos mantenido fidelidad al pasado y hemos dejado en herencia una tradición para el futuro. 

Ustedes no pueden conquistar a Irlanda. Ustedes no pueden extinguir la pasión irlandesa por la libertad. Si nuestra acción no ha sido suficiente para ganar la libertad entonces nuestros hijos la ganarán mediante una mejor acción".

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Antes de morir Pearse le dijo al padre confesor: "No merezco el privilegio de morir por mi país". Esa fue la actitud de todos los rebeldes ante su muerte en 1916, un ejemplo de valentía como pocas veces se ha visto en la historia de país alguno. Más impresionante es leer en Rebels la actitud de las madres, las esposas y las hijas de esos mártires irlandeses pues lejos de hacerles la partida más difícil los despedían con expresiones de orgullo y de esperanza en que habrían de reunirse nuevamente en la otra vida. 

En cuanto a la reacción del pueblo irlandés luego de la rebelión, de acuerdo al autor de Rebels la palabra más usada para describir tanto a los líderes como a la insurrección fue "insane" (locura). Sin embargo, la represión espantosa del gobierno inglés luego de los hechos provocó que la opinión cambiara y el pueblo los vio como patriotas. Más impresionante aún fue que el pueblo empezó a preguntarse: "¿Esos hombres amaban a Irlanda? De veras, nunca antes supimos que valiera la pena morir por ella". Muy pronto se comenzaron a expresar los poetas del pueblo en cientos de canciones a todo lo largo y ancho de Irlanda que inmortalizaron los hechos y los mártires de la Rebelión de Pascua de 1916. Más peligroso para el gobierno inglés fue que en muchos irlandeses surgió una rabia silenciosa aumentada por un sentido de culpa de que los hombres de Dublin se habían alzado y ellos no.

Albizu, como Pearse estaba convencido de que sólo con un sacrificio de sangre se lograría la libertad y los acontecimientos históricos en Irlanda a partir de la insurrección del 1916 lo vinieron a confirmar. Así lo repitió una y otra vez, como en Cabo Rojo ante el monumento de Betances en abril de 1950:

"Estamos en presencia de una augusta memoria..., queremos el valor de nuestros corazones, queremos la grandeza de vuestra sangre,  queremos la generosidad que caracteriza a los puertorriqueños, una generosidad que ha de trocarse en los actos sublimes de heroísmo y de sacrificio que han de consagrar la independencia de Puerto Rico. Esto es un momento trascendente en nuestra historia".

Las lecciones de Dublin habían sido aprendidas no sólo por Albizu Campos sino por el FBI. Así se evidencia en un informe de 1936 sobre las actividades nacionalistas en que se alude específicamente a que Albizu estaba siguiendo "las tácticas utilizadas en la rebelión irlandesa bajo De Valera". Muñoz Marín en sus Memorias hace referencia en varias ocasiones a que la posición de Albizu Campos había sido derivada del Sinn Fein irlandés.

Luego de la insurrección nacionalista de 1950 el gobernador Luis Muñoz Marín se apresuró a catalogarla como todo menos una "insurrección", intentando así despojarla de importancia para la historia. Para Muñoz aquello no merecía siquiera el nombre de "alzamiento" y lo que había habido era una "amenaza loca, fanática y criminal contra la libertad de cada individuo". En forma similar había reaccionado el gobierno inglés y la prensa londinense luego de la insurrección irlandesa de 1916. 

El gobierno muñocista, enfrentado a la posibilidad de que Albizu Campos se convirtiese en un mártir (igual que Pearse y los otros 15 líderes venerados en Irlanda), escogió enfatizar en la supuesta "locura" de don Pedro con la cual pretendió restarle importancia a las denuncias del líder nacionalista sobre la situación colonial y sobre todo la explotación militar que sufría el país. De esta manera también se silenciaron las denuncias de Albizu sobre la tortura mediante rayos de la que fue víctima en presidio.

Mi generación creció creyendo en la locura de don Pedro y de los nacionalistas que se rebelaron en 1950. Por eso al conocer el engaño al que fuimos sometidos, algunos nos hemos dedicado a que se sepa la verdad sobre el líder nacionalista, sus estrategias y sus acciones. No para endiosarlo ni para imitar la violencia, sino para entender y valorar el sacrificio de una vida dedicada por entero a su patria.

Al igual que Patrick Pearse y los rebeldes de 1916 salvaron el honor de Irlanda ante la historia y son venerados en su país, así don Pedro Albizu Campos (contrario a lo que se nos enseñó) salvó nuestro honor hace 62 años. Suficiente para honrarlo.  

 

Lista de imágenes:

1. Soldados británicos buscan armas y municiones en el Río Tolka de Dublin, durante el mes de mayo, tras la insurreción irlandesa de 1916.
2. Farmacia en San Juan. La Boicotizadora fue una sociedad secreta que surgió a fines de 1886 y cuya existencia se conoció luego de la fundación del Partido Autonomista en Ponce en marzo de 1887. El objetivo principal fue detener la expansión económica española a favor de los comerciantes puertorriqueños mediante el sistema del boicot. Ha sido uno de los movimientos pacíficos más radicales, abarcadores y efectivos en toda nuestra historia como pueblo. También es el menos estudiado y me atrevo a decir que casi nunca se incluye en los cursos de Historia de Puerto Rico.
3. Irish War News fue un periódico producido durante el levantamiento irlandés de 1916. Sólo se llegó a publicar un ejemplar.
4. World News Archives, Una multitud se reúne alrededor de la tumba de Patrick (Padraig Pearse), 1916. 
5. Imagen de archivo/Image Camera Press Ireland, Un grupo de soldados irlandeses se atrichera en un techo de Dublin durante la insurrección irlandesa de 1916. 
6. Imagen de archivo, La ciudad de Dublin devastada tras el bombardeo británico durante la insurrección irlandesa de 1916.
7. The Irish Independent publica las repercusiones de la insurrección irlandesa de 1916. 

* Este artículo ha sido editado para publicación en Cruce. Una versión previa del mismo fue publicado en Claridad, 29 de marzo al 4 de abril de 2002.