Escritor de culto

Fragments are the only forms I trust.

-Donald Barthelme

I.

G-U. Tacha la U. G-I. Pausa. G-I-Y. “Es con elle, morón” se burla su compañero de trabajo. Tacha. Arregla y termina: “Gillermo”. Nombre nuevo y una orden de café y tostadas, para completar. Tomo asiento. Cuando me llamen, responderé a mi nombre, kind of, pero not really. Como cuando entre gringos aprendí a responder a casi cualquier cosa entre “Guermo” y “Elmo”. Aquí lo hago con más cariño, eso sí. Aunque desde un punto de vista sociológico, está mala la cosa. Eso de tachar la U. ¿Cómo escribirá 'guitarra'?, me pregunto. ¿Qué tal 'jirafa'? Quiero que conste que la empecé a escribir con G y Word me la marcó mal. Sólo que no me dijo morón. Quiero que conste además que “empecé” lo pensé escribir con Z, pero justo cambié de opinión y la pegué. Está mala la cosa. Desde el punto de vista de que soy sociólogo y escritor. Siento que uno llama “morón” al otro. ¿A cuál tacho? Cuando me llamen, iremos los dos por el café y las tostadas. El morón y el sociólogo. O el escritor y el morón. Uno de los dos responderá a un nombre que no es su nombre, pero da igual. Como cuando entre gringos me saludaban “Hey, Elmo” y yo sonreía con todo y las ganas de gritarle “es Giyermo, morón”. Mala mía. Es con elle.

2/26/13

pintura

II.

la regla número uno de los escritores en Puerto Rico

es escribir desde el exilio, tomar el tren, 
enamorarse de una poeta afro-americana 
de nombre Harmony Holiday, 
hija de un fenecido cantante

de soul (sounds a lot like “la escena literaria

en México apenas da para

la cena, yo invito”) regresar con los

bolsillos repletos de cambio inservible

y encontrarlo todo igual,

publicar en Río Piedras.

9/17/12

III.

Miro las portadas de los libros sobre la mesa y juego a adivinar qué autor perdió más en su carrera de escritor. “Los suicidas tienden a escribir las historias más alegres, por eso lo único que vale la pena leer son sus biografías”. Esto no lo digo yo, lo dice un escritor a mi lado cuyos libros hace tiempo perdieron lo que se conoce como “relevancia”. Su reino son cajas repletas de copias de sus libros metidos en un clóset en la casa de sus padres. 

Concertamos una cita para intercambiar poemas. “Eso haría del mundo literario local uno más hospitalario”, me asegura. Y yo contesto: “Nadie debería tener que suplicar para que lo lean”. Él asiente alegremente, se despide y se va. Un suicida. 

12/15/12

pintura

IV.

La principal diferencia entre poetas y planetas es que apenas hay lugar desde donde mirarlos con detenimiento, ver como alcanzan las colillas del piso, hunden sus garras en el bolsillo de otro, ese tipo de cosa. Escuché 'la morosidad en Lezama', junto con 'planetario', fragmentos —colillas, si prefieren— de una misma conversación. Sentí una rabia profunda y salí en busca de otro fragmento, perdido, al borde casi de hacer mucha lana con la venta de mi canción. Pronuncié la palabra 'planetario' como un juramento a la memoria de un gordito solitario en el universo. “Llamémosnos morosos entonces”, dije a nadie en particular. Desde el estrellato.

10/21/12

V.

A menudo confundo fotos del Che con un tipo que se sienta en los escalones de la librería Universitas en Rio Piedras. “¿Pan o pon?” le pregunto. “Klemente contigo”, contesta.

10/10/12

VI.

Recojo mi orden. Regreso a mi silla. Escribo: “Falto de atención, envidio a otro hombre solo. Sus insomnios, al menos, son conocidos por todos”. No suena a mí. Suena al libro en mi mochila, si lo abriera y copiara algunas líneas salteadas en mi libreta. Ayer en la librería me solicitaron que no me arrodillara más frente a los estantes. “¿Dónde más puede uno  rogar atención?”, pregunto en son de que perdí mi sonido. Hace unos minutos me pidieron la otra silla a mi mesa. Era el hombre. Olvidé decirle lo mucho que lo admiro.

2/28/13

dibujo

VII.

¡Quién no quiere escribir como Rafah Acevedo!

¿Quién es Rafah Acevedo?

10/17/12

VIII.

(asuntos pendientes)

1. Leer Mundo Cruel 2. Averiguar qué pasó con los papás de Batman 3. Rescatar a Alfredo Matilla, o sea, sí, los asesinaron en un callejón pero ¿quién? 4. Ser una leyenda en Zelda (pendiente desde el '86). El plan era ver la obra de teatro, así tenía una idea más o menos de qué pasaba en el libro, pero la función estaba vendida (ver 1) 5. Mantener mis listas libres de comentarios tangenciales 6. La Queerencía, ¿burla homofóbica  o una buena idea? Matilla de seguro era homofóbico, si no 7. Escribir ensayo crítico: Alfredo Matilla Rivas, escritor fuera de su época 8. Aprender a “hablar” sucio en mis poemas 9. Aprender a hablar con nenes de sexo (p.e. “Tuvimos sexo bien sucios, mano, los dos. De que puercamente”.) 10. Hacer nuevas amistades. Lo que me rompe el corazón es que él creció pensando que fue su culpa (ver 3 y 2).

9/14/12

IX.

El hombre que posa para la foto es escritor. El hombre que la toma se dedica a retratar escritores. Por ende, quien haya posado para una foto con él es y podrá ser considerado siempre un escritor. De eso se trata.

En la mía, aparezco mirando fijamente una bombilla encendida en la placita de Santurce. Visto una camisa de botones, las mangas arremangadas, mahones.

“Que foto más pendeja”, pensé mientras sudaba indeciso sobre si lucía lo suficientemente interesante como para que alguien se tomara la molestia de leerme. De eso se trata, ¿no?

“¿Qué tipo de escritor sos vos?” me preguntó el hombre antes de tirar la foto. Dato curioso: el fotógrafo que hizo la pregunta era mucho más famoso por retratar escritores de lo que yo seré por ser escritor, no importa cómo contestara.

“Este hombre ha retratado a los grandes,” así nos presentaron. Dije que para mí sin duda sería un honor o un placer o una bendición. Sudaba.

“¿De qué escribes?” Poesía. “¿Entonces vos sos crítico?” Sí, bueno, no. Es decir, escribo poesía. Critico. “Bien, andá y parate bajo la bombilla”.

Al cabo de unos meses recibí una copia digital de la foto. El nombre del archivo era: “Gilberto Regolledo, poeta puertorriqueño.” Al menos no salieron las manchas de sudor.

“¿Qué tipo de escritor será Gilberto?” es la pregunta que me hago al momento de sentarme a escribir. “Un pendejo”, contesto con una mezcla de frustración y alegría, sudando. Entonces escribo poesía de mí, malamente. Y para bien. Uno más de los pequeños.

10/14/12

X.

La regla número uno de los escritores en Puerto Rico es no te quites, mentira, “no te quites” era una campaña publicitaria para la prevención del suicidio. En la ciudadanía el suicidio se ve venir claritito escribiendo, pero no puedes dejar de escribir sin nombrar herederos, abrir paréntesis (considerar una última vez lo fácil que lo tuvo Manolo: “Esta mañana llegaron los resultados de mi muerte y todavía no abro el sobre”.) Esta mañana escribí un pésimo poema corto titulado “diario del Che en Bayamón” donde imaginaba la llegada del guerrillero a la ciudad municipio y me dieron ganas de recibir un sobre también, invitar a amigos, familiares, leer el contenido en voz alta y despedirme entre lágrimas, pero con mi suerte, la noticia de mi muerte sería el mismo poema del Che enviado a mí por otro yo como indicativo de que en ese momento en el tiempo múltiples yos escriben el mismo poema nefasto y lo comparten entre nosotros para que nos quitemos, pero todavía no abro el sobre.

11/22/12

niña

Lista de imágenes:

1. Second Sight, Ray Ceasar, 2010.

2. Words of Wisdom, Ray Ceasar, 2011.

3. Fly Trap Study, Ray Ceasar, 2005.

4. Cosecha, Ray Ceasar, 2008.

5. Dulce victoria, Ray Ceasar, 2011.

7. Hally Lou, Ray Ceasar, 2007. 

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