Los antropólogos en su interés por descifrar las concepciones religiosas, mitológicas y el arte de los pueblos aborígenes utilizan los objetos precolombinos encontrados, en el caso nuestro antillanos, para trazar su origen, sus influencias, sus rutas y contactos. Aunque existe el concepto de "invención independiente", que establece que surgen culturas paralelas que no han experimentado transmisión cultural, la mayoría de los antropólogos están de acuerdo en que el proceso más frecuente en la historia de la cultura es el de la transmisión o difusión en el tiempo y el espacio.
En el caso del arte indígena de las Antillas, la discusión sobre el origen e influjo que recibieron las culturas precolombinas ha sido extensa, polémica y divida. Por ejemplo, el pionero profesor alemán Walter Krickeberg señalaba que nuestros arahuacos y luego grupos taínos recibieron el influjo de variadas culturas de Mesoamérica Media (entiéndase las culturas de México que incluyen el valle central del Anahuac, la costa occidental y oriental, y el área maya de Yucatán). Otros investigadores como Fernando Ortiz, Paul Kirchoff y Henri Beuchat han presentado abundantes pruebas de contacto entre Mesoamérica y las Antillas, y han insistido en la influencia e intercambio de los primeros pobladores. Otra vertiente teórica expuesta principalmente por el arqueólogo y botánico niuyorquino Irving Rouse ha defendido la postura de una gran migración proveniente de América del Sur, que desplaza a los grupos arcaicos originarios, para evolucionar en lo que conocemos posteriormente como cultura taína. Esta posición monoétnica, basada principalmente en el estudio de la cerámica precolombina saladoide, ha contado también con sus defensores.
Sobre el origen del culto al cemí, que Rouse fecha más tarde y en su forma más simple, los arqueólogos e investigadores, el dominicano Luis Chanlatte y la puertorriqueña Ivonne Narganes, encuentran las primeras formas de cemíes que aparecen ya en Vieques desde los años 65 d.C. y en su forma más compleja. Contradiciendo las posturas de Rouse comienzan en el siglo XX y continúan en el XXI, numerosos descubrimientos que van desmontando la misma. Dentro de esta discusión, el antropólogo puertorriqueño Eugenio Fernández Méndez (E. F. M.) en su libro Arte y Mitología de los indios taínos de las Antillas Mayores (1979) ofrece pruebas tangibles de conceptos religiosos y símbolos del arte taíno, cuya base de entendimiento se encuentra en concepciones mitológicas comunes a las religiones de Mesoamérica. Fernández Méndez establece como prueba fehaciente que el juego de pelota y las plazas ceremoniales de los taínos tienen su origen en la cultura olmeca de la costa de Tabasco y Veracruz. Enumera en su libro 24 conceptos comunes entre estas culturas en el juego de pelota, como el carácter ceremonial del juego, el sacrificio humano en conexión con el juego, la división del campo de pelota en dos mitades, no poder tocar la bola con la mano, la bola macisa de goma, la falta de aros en el área zapoteca al igual que en las Antillas, entre otros. Entre otros datos de interés también señala que no existen en la costa norte de América del Sur, obras escultóricas en piedra como los cinturones monolíticos semejantes a las que fueron halladas en las Antillas Mayores.
Continuando esta brecha que Fernández Méndez abre en el campo antropológico antillano, hacia un espacio más amplio y de mayor influencia multicultural en las culturas precolombinas, el Dr. Osvaldo García Goyco, utilizando como método investigativo el separar la estructura de los mitos del área de las Antillas y Mesoamérica, ofrece nuevas pruebas en vías de comprobar que existe un tronco mitológico común. En su tesis doctoral llamada Influencias mayas y aztecas en los taínos de las Antillas Mayores, expone la similitud de los nombres de las deidades y sus representaciones artísticas, establece que el juego de pelota estaba asociado con el conocimiento astronómico del movimiento del Sol en los equinoccios y solsticios, el cual culminaba en un rito mágico donde se sacrificaban cautivos para sostener el ciclo de la fertilidad y se celebraban enterramientos dentro de las plazas ceremoniales al igual que en Mesoamérica.
El Dr. Reniel Rodríguez Ramos con sus últimos descubrimientos sobre las primeras poblaciones precolombinas, las más antiguas encontradas en la zona central, continúa la ardua y exitante tarea de reescribir la historia. A través del estudio de la compleja iconografía en piedra que ha encontrado, va comprobando datos hallados por arqueólogos que le han precedido, como el Dr. Miguel Rodríguez, quien ha puesto el nombre a la cultura huecoide, posterior a la arcaica, los fenicios del Caribe, y va evidenciando rutas insospechadas de intercambio que muestran sociedades precolombinas de grandes navegantes.
El Dr. Reniel Rodríguez Ramos es profesor de la UPR en Utuado desde el 2007. Del 2008 al 2012 trabajó en la Facultad de Arqueología de la Universidad de Leiden, Holanda, como investigador postdoctoral. Ha trabajado como arqueólogo en la Oficina de Preservación Histórica de S.J. y para el National Forest Service. Posee un doctorado en Antropología de la Universidad de Florida, una Maestría en Antropología de la A&M University, Texas y un Bachillerato en Antropología, Magna Cum Laude, de la Universidad de Puerto Rico. En el 2010 publica su libro Rethinking Puerto Rican Precolonial History en la editorial de la Universidad de Alabama. En 2013 colabora en el Oxford Handbook of Caribbean Archaeology, de la Universidad de Oxford, y en 2011 es el primer autor y coordinador de la sección de Arqueología caribeña para la Enciclopedia Online de la Fundación Puertorriqueña para las Humanidades. Su labor investigativa ha sido intensa y constante, por lo que cuenta con numerosas publicaciones y artículos sobre Arqueología y Antropología en el Caribe. En el 2014, la State Historic Preservation Office Conservation Survey and Planning Grant lo lleva a trabajar en su proyecto: “La ocupación temprana del interior montañoso de Puerto Rico”, tema que ya se nos develó un poquito en el artículo de periódico del domingo pasado y que esperamos ansiosos lo mucho que nos tiene que contar. Es un honor que el Dr. Reniel Rodríguez Ramos forme parte del 9no Conversatorio dedicado a E. F. M[1].
Notas:
[1] Texto de introducción para el 9no Conversatorio Eugenio Fernández Méndez, celebrado en la UMET los días 20 y 21 de marzo de 2017.
Lista de imágenes:
1-2. Escuela de Ciencias Sociales, Humanidades y Comunicaciones, UMET