En el día 5 me acerqué a #OccupyWallStreet. Me acerqué sin esperanzas, sin expectativas, pero con gran interés por conocer más sobre lo que allí pasaba. No había recibido ninguna información de la prensa corporativa, pero sí habia recibido mucha información de los medios alternos que, para mí, ya no son alternos, sino vitales.
Al parecer un grupo de personas, la mayoría jóvenes, blancos, de varios sexos, se sumaban al movimiento de indignados en el Planeta Tierra.
Me alegró mucho que fueran jóvenes, en verdad, los adultos les hemos robado su futuro, les hemos dejado un planeta enfermo y educación y servicios de salud onerosos y dificil de accesar. El sueño de una casa propia cada vez es más inalcanzable y hemos permitido las condiciones que conducen a que una joven o un joven esté totalmente endeudado antes de los 25.
Aprovecho para señalarle a la lectora (o lector) que llegué ese día, desesperanzado, cansado e indignado; soy un hombre mayor, que ha dedicado gran parte su vida al servicio público y al activismo, y estoy actualmente desempleado. Desechado como basura por un gobernador (Cuomo) que prefiere recortar cientos de millones en servicio público a los ciudadanos de su estado (Nueva York) antes que subir un centavo en impuestos a las corporaciones billonarias en su Estado.
Una de las buenas ideas de Occupy Wall Street fue la de propiciar que quienes nos acercáramos hiciéramos nuestros propios letreros y los recicláramos o que escogiéramos aquellos con los que nos identificaríamos al salir a marchar y que, al regresar, devolveríamos para que otros y otras pudieran utilizarlos también.
En las primeras dos semanas, los letreros y esa área de creación artística ocuparon un lugar prominente en el parque Zuccotti, re-denominado por sus ocupantes como Liberty Square. Propongo que una manera de entender a este movimiento en EEUU es a través de sus letreros.
Nos recuerdan cómo perdemos la tierra 20 veces más rápido de lo que la recuperamos (causa: AVARICIA) o reclaman tiempo en los medios corporativos (causa: Dueño, corporaciones de Wall Street). Exigen, además, Libertad de Expresión (necesario en una democracia viva), algunos de formas muy creativas (como el que dice: "1 fuck every four years is not a sex life; 1 vote every four years is not a democracy").
Un mar de letreros, aparentemente diversos. Algunos con cifras (1% controla 34% de las riquezas de EEUU) o señalando el por ciento de personas en EEUU que viven bajo el nivel de pobreza. Otros ingeniosos, jugando con las palabras, algunos sombríos y otros celebratorios.
Algunos populistas como “Bail out the people”, “We are the 99% and so are you” o “American against corporate greed” y otros tan específicos como “$70,000 in student debt, $16,000 in medical debt and I'm 22. BAIL ME”.
Esto le ha hecho fácil a algunos detractores y representantes de los medios corporativos alegar que “el mensaje es confuso” o “que no hay un mensaje”, argumentando, como si se lo creyeran, que es difícil entender por qué protestan.
Este letrero advierte a NYPD que Wall Street también quiere la pensión de ellxs. Un poco recordándole a la policía que ellxs también son parte del 99% oprimido por las prioridades y avaricia del 1%.
Otro letrero sugiere que el “trickle economy” funciona sólo para Wall Street.
Muchos de los letreros reclaman empleos y critican la idea descabellada de que eximir del pago de contribuciones a los millonarios, de alguna manera, crea empleos.
Destaco el que dice: “Citizens United against greedy Bankers and the whorish politicians who serve them”.
O el que dice: “Industrial civilization is murdering our Earth”.
O la denuncia del costo total de las guerras y que demanda que terminen ahora: “As of March 2011 Congress has approved $1.283 TRILLION for military operations, END WAR NOW”.
Un mar de letreros.
Un mar de denuncias.
Un mar de problemas.
Un mar de indignación.
Un mar de conexiones.
A veces una imagen nos dice mil palabras, un ensayo :-)
Un letrero puede ser muy inclusivo.
Y, sin embargo, invito a la lectora o lector a que trace un hilo que conecte los diversos reclamos, las diversas denuncias, la diversidad de voces re-presentadas en los letreros. Letreros escritos por manos anónimas, con caras que no vimos, esos que sin importarnos quién los dibujó, sin importarnos su edad, su género o su piel, como quiera podemos hacer nuestros también. ¿No fuimos muchxs Troy Davis, el fatídico día de su ejecución?
Yo pienso que el mensaje es claro, no podemos seguir privilegiando el lucro de la empresa privada sobre la vida de los habitantes del Planeta Tierra. Hay que terminar el control de Wall Street sobre las decisiones que toman gobernantes y legisladorxs. Hay que legislar y regular el alcance de Wall Street en nuestras vidas.
Y esto no se puede definir en una sóla oración o en un párrafo pues los tentáculos de la avaricia de Wall Street y sus especuladores impactan nuestras vidas de muchas y diversas maneras. Controlando en su infinita avaricia nuestra educación, alimentación, nuestra salud, nuestro planeta, nuestros hogares, nuestros medios noticiosos, nuestros legisladores, nuestro sistema electoral, nuestros planes de retiros, seguro social, servicios de agua potable, la industria de las cárceles tanto de adultxs como de menores.
¿Cuáles de nuestras necesidades básicas ya no se ha privatizado? Esa privatización siempre subordina el interés de la gente que se pretende servir al interés de lucro del proveedor. Entonces, ¿de qué vale ser ciudadano de un estado que ya no provee nada, excepto la oportunidad de lucro a corporaciones privadas?
Ya luego de 40 días, los letreros que han sobrevivido son pocos y el espacio de arte creativo ha desaparecido para darle la bienvenida a mas Ocupadorxs. Ahora, más que en los primeros días, los letreros reflejan el interés particular del ocupante de alguna que otra caseta.
Éste fue uno de mis letreros favoritos que no sobrevivió las lluvias torrenciales de la tercera semana de ocupación.
Pero ya no hace tanta falta, la ocupación tiene ahora más de 10 o 12 comités, varios cáucuses y una comunidad vibrante alrededor de un soup kitchen que alimenta a diario a más de un centenar de personas.
Sin embargo, propongo que los letreros, al menos a mí, y tal vez a muchos otros, nos ayudaron a encontrar, de alguna manera, aquello que nos une y le pusieron palabras a la indignación que muchxs sentimos.
Hay ocupación pa' largo.
*Todas las fotos fueron tomadas por Jorge "Yoryie" Irizarry y Tanya Kunnappilly.