Sospechas de cercanía
Leerte es un
suspiro.
Se cuelan tus letras
entre mis dedos,
como telarañas
entre dedos
de niño.
Supongo que un poema
perdura
un poco más que una sonrisa.
Supongo que las telarañas
no son como las heridas:
se quedan si no se tocan;
y si te leo,
sueño
que escribo,
que hay humo
vagando tertulia
entre nos,
que el espacio que habitamos
es un refugio de mí mismo,
aun si fumo
negra mis entrañas.
Hermano,
si me permites decirlo,
te leo.
Sin título
Tengo muchas dudas
acurrucadas
en mis pulmones
como
anclas
estancadas
en un arrecife
de
memorias.
Rebeldía contra la cotidianidad
Vuelvo a ti como hijo pródigo,
suponiendo ser bienvenido
a la metáfora de una familia extendida,
sin lazos de sangre,
sin la misma agua-matriz del engendro
doloroso-parto,
solo con cariño sinrazón
acurrucado en mis manos
listo para regalar.
No tenemos mucho que nos una,
más allá del jaque-mate que es gravitar
los mismos espacios;
luchar contra las mismas
injusticias de la vida cotidiana,
con cerveza en mano; partir del
daily commute
con una birra es rebeldía,
contra la rutina con sospechas de mentira
que saben a escapismo y no alcohol.
Así que vuelvo, cansado del mundo,
como hijo pródigo.
Mata el cabro más gordo,
celébrame.
Devuelvo mi herencia intacta.
Lista de imágenes:
1) Telaraña, artista Mirela Marinescu.
2) Lungs internal defense-navy por prasadesign.
3) Foto Alone in the city por Luminosity Images.
