De cuartel de infantería a museo

Introducción

El cuartel de infantería de Ballajá, el cual se conoce como El Museo de Las Américas en la actualidad, ha sido uno de los edificios que ha sobrevivido desde la administración española hasta el presente. Existen diversos documentos sobre su construcción y los usos que ha tenido. Mucha de la información disponible está dispersa, por lo que en mi investigación busqué enlazar lo hallado sobre el tema. Presento aspectos relacionados con las etapas de edificación. Además, abundo sobre el barrio donde fue construido. El propósito de esta investigación es lograr que el lector pueda adquirir más conocimiento sobre uno de los edificios que es mucho más que una memoria, ya que detrás de sus paredes existen 139 años de historia.

El origen de Ballajá

El barrio de Ballajá, según la Oficina Estatal de Conservación Histórica de Puerto Rico[1], era un barrio humilde y pobre, donde, en 1833, los hombres trabajaban como pulperos, tabaqueros, artesanos, albañiles, carpinteros, entre otros. Las mujeres, las cuales constituían la mayor parte de la población, tenían como labores ser costureras, lavanderas y planchadoras de ropa para personas particulares. Para ese mismo año, el censo reflejó 113 unidades de viviendas, con una población de 415 personas (182 mujeres, 96 hombres, 70 niños y 63 niñas). Entre 1841 y 1848 se hizo el primer proyecto institucional en el barrio de Ballajá, en el área próxima a la Casa de Beneficencia. Para construir el edificio se demolió un antiguo cuartel de caballería de la milicia, además de 23 viviendas. Debido a esto se relocalizaron a las familias pobres en el pueblo de San Mateo de Cangrejeros (hoy conocido como Santurce). De acuerdo con el documento titulado Desarrollo histórico del barrio de Ballajá, el sector, en el año 1840, se definía como uno de los cinco barrios extramuros de la ciudad de San Juan. En el lugar se construyó el Manicomio (1854-1868), el Hospital de Fiebre (1897), que personificaba el barrio con un carácter institucional. Luego, el barrio se transformó con la construcción del cuartel de infantería de Ballajá[2].

Cuartel de infantería

Conforme con lo que dice el Marco Histórico del Cuartel de Ballajá[3], el cuartel de infantería se construyó como un edificio de tres plantas, con forma cuadrilátera y numerosas ventanas, las cuales aseguraban una buena circulación de aire proveniente de las brisas del mar que entraban por la zona norte del mismo. En Arquitectura en San Juan de Puerto Rico[4] se plantea que la fachada norte no tenía entrada, mientras que las otras fachadas sí tenían.

De acuerdo con el fenecido Dr. Ricardo Alegría, la construcción inició en el 1853 y finalizó en el 1863[5]. Mientras que otros documentos indican que comenzó en el 1854 o en el 1857, debido a que la construcción se hizo en etapas.  Lo que sí se puede constatar es que en la Oficina Estatal de Conservación Histórica se registró que el 28 de diciembre del 1853, por real orden, se autorizó la construcción de un cuartel de infantería en el barrio de Ballajá. En el proyecto hubo cuatro planos y cuatro ingenieros diferentes (Lombera, Guitian, Lubelza y Bosh), pero los planos eran para modificar la estructura y mejorarla. Quien dirigió el proyecto fue el comandante de ingenieros José López Bago, funcionario que presentó una propuesta diferente a las anteriores. No se le dio crédito a ninguno de los primeros ingenieros que presentaron planos, sino que todo el crédito fue dirigido a José López Bago. Además, la razón por la cual se inició la construcción del cuartel fue porque no había demasiado alojamiento para soldados y el problema se extendió hasta el siglo XIX. Aunque durante el siglo XVII se trató de alojar dos compañías en casas de madera que estaban esparcidas por el promontorio del Moro, en el siglo XVIII la necesidad de tener alojamiento para la milicia incrementó. Entre 1765 y 1788, la Plaza de San Juan contaba con cuarteles para albergar solo medio batallón, y la otra mitad se quedaba en las casas de los vecinos. Cabe decir que Ballajá fue utilizado para albergar a mil soldados, más los familiares del ejército español, hasta 1898. También había en ese espacio almacenes, calabozos, cocinas, comedores y cuadras para caballos.

El Hospital Rodríguez

Durante la Guerra Hispanoamericana, el 12 de mayo de 1898, el cuartel sufrió daños por el ataque de la Marina de los Estados Unidos. Luego de la victoria de Estados Unidos y el final de la guerra, mediante el Tratado de París, el cuartel pasó a ser propiedad de Estados Unidos. Inicialmente fue utilizado como cuartel de infantería, pero a partir de 1939 pasó a ser el Hospital General Rodríguez, en honor al comandante Fernando Rodríguez, cirujano dental. El hospital contaba con dos departamentos, uno de medicina y otro de cirugía. El primero estaba dividido en cinco secciones para dividir por sexo y enfermedad. Además, contaba con salas para atender a pacientes que padecían de enfermedades contagiosas y de origen tropical, y con salas especializadas en enfermedades del corazón, del sistema nervioso y del estómago. El segundo departamento contaba con dos modernas salas de cirugía general, para el tratamiento de enfermedades de los riñones. Había una sección de anestesia, una clínica para el tratamiento de oídos, nariz y garganta, un salón de rayos X, un centro ortopédico y pequeñas secciones de obstetricita, ginecología, fisioterapia. En 1946, fue la primera institución de la Isla en poseer un centro de reacondicionamiento físico. Sin embargo, todo esto se deterioró por no darle el acondicionamiento debido y no hacerle mejoras. En el 1970 el hospital dio su último servicio como refugio para alrededor de 2,245 personas durante unas inundaciones que afectaron al País.

El Museo de Las Américas

Durante los años de 1986 al 1991 un equipo de arquitectos, arqueólogos y un historiador realizó intensas investigaciones sobre el edificio. En consecuencia, en el 1992, se fundó el Museo de las Américas por el Dr. Ricardo E. Alegría[6]. En la actualidad hay varias dependencias culturales que ocupan el edificio: la escuela de música, el cine-restaurante, el café, un restaurante y la tienda del Museo; El Museo de las Américas en el segundo piso; y en el tercer Piso, la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española y la Oficina Estatal de Conservación Histórica.


Notas:

[1] Oficina Estatal de Conservación Histórica de Puerto Rico.(1 de marzo de 2016). El cuartel de infantería de Ballajá: De plaza a espacio educativo y cultural. (Clasificado: Educación). 
[2] Oficina Estatal de Conservación Histórica de Puerto Rico.(1 de marzo de 2016). Desarrollo histórico del barrio de Ballajá. (Clasificado: Educación).
[3] Oficina Estatal de Conservación Histórica de Puerto Rico. (1 de marzo de 2016). Marco histórico del cuartel de Ballajá. (Clasificado: Educación).
[4] Castro, M. (1980). Arquitectura en San Juan de Puerto Rico. Río Piedras: Editorial Universitaria. 
[5] Dolores, C. (2002). La visión continental. En Ricardo Alegría, Una vida (pp. 1-5; 435-446). Puerto Rico: Editorial Plaza Mayor.

[6] Fundación Nacional para la Cultura Popular | San Juan, Puerto Rico (3 de julio de 2014). Ricardo Alegría. Recuperado de https://prpop.org/biografias/ricardo-alegria/ 


Lista de imágenes:

1. Portal del Gobierno de Puerto Rico
2. Clio
3. Jorge Rodríguez, Flickr