No soy fanático, soy aficionado. Esto no es una comemierdería mía. No me estoy distanciando del término “fanático” como una muestra de altanería intelectual. Mi distanciamiento es puramente práctico. Y es que recientemente me he dado cuenta de que al ser “fanático”, aparentemente acepto apoyar una entidad deportiva (ya sea equipo de liga, equipo nacional o deportista independiente) bajo cualquier circunstancia y en cualquier situación y renuncio a mi derecho a quejarme.
Si uno atiende, se dará cuenta de que este discurso totalitario de apoyar ciegamente a “su” equipo se repite en todos los niveles de la jerarquía de una entidad deportiva.
Administradores:
“I suggest you find a new team to support. We will be fine without you.” —Dave Brandon, ex-director del Departamento Atlético de la Universidad de Michigan en Ann Arbor.
"It would just be nice if people didn't wait until the playoffs to show up." —Lew Wolf, dueño de los Atléticos de Oakland.
"I keep telling you guys our roster is too full. Guys have to get fights and every time after a show when we cut a guy, people say ‘Fuck you Dana White, you're an idiot.' Shut up the fuck up and let us run our business.” —Dana White, presidente de la Ultimate Fighting Championship.
Entrenadores:
"Our crowd. What a bunch of fucking fair-weather fucking—they can all kiss my ass out the fucking door. 'Cause the day is fucking coming now. We'll see what they can do when I'm fucking gone. I'm so fucking pissed off." —Bo Pelini, entrenador del equipo de football americano de la Universidad de Nebraska.
"There is a lot of negativity out there, and some of our fans need to get a grip. They really do." —Will Muschamp, entrenador del equipo de football americano de la Universidad de Florida.
“You know, again, I’m very critical of myself and what I need to do to be better and I don’t need to hear any fan from the outside telling me what we need to do with this football team.” —Will Muschamp, entrenador del equipo de football americano de la Universidad de Florida.
"The club is where it is—either support the club or support someone else." —Jon Taylor, entrenador del Hereford United de fútbol.
Jugadores:
“Where are my real?? fans??? the ones who don't waver during the storm the tough ones?!?!? Those r the ones we need the rest of u can eat dirt.” —Lamar Houston, jugador de los Bears de Chicago de la NFL.
"Los que me critican se tienen que tapar la boca. Me da igual lo que dicen mí. Los que hablan de mí es porque no entienden de fútbol. El equipo está bien. Somos los primeros y el objetivo está cumplido. Somos primeros". —Cristiano Ronaldo, jugador del Real Madrid de fútbol.
Periodistas y blogueros profesionales:
“Yankees Fans Need to Stop Asking to Bring Don Mattingly Back...For Now.” —Jason Evans, editor del blog Yanks Go Yard, asociado con Sports Illustrated.
"Some Manchester United Fans Need To Stop Complaining and Start Supporting Their Team." —Peter Quinn, bloguero de World Soccer Talk.
"Rangers fans need to get over the Nolan news." —Gil Lebreton, reportero del periódico Star Telegram.
Aunque no todas las citas tienen el mismo tipo de “consejo” para los fanáticos/as, todas parten del punto de vista de cómo se deben comportar los fanáticos/as: 1) si no nos apoyas en las buenas y en las malas, cámbiate de equipo (es decir, no hay espacio para la disensión aquí) y 2) los/as fanáticos/as no saben de lo que están hablando, así que es mejor que se callen y dejen de dar sus opiniones, que no nos importan.
Este mismo discurso se repite, con mucha más fuerza por supuesto, dentro de la misma fanaticada. Con mirar el número de "favoritos" que tiene el tuit de Ayuso basta, pero si necesita más evidencia vaya a un foro cibernético dedicado a un equipo específico que está pasando por una mala racha y se encontrará normalmente con dos facciones generales: los que se quejan de lo que está pasando y los que apoyan al equipo incondicionalmente y les dicen a los primeros cómo deben comportarse y hasta cuestionan su “fanatismo”. Si algo sabemos en los países donde reina la partidocracia es cómo los “verdaderos fanáticos” repiten a pie juntilla el discurso oficialista.
Y como yo no puedo ser de ese tipo de “fanático” (ni en el deporte ni en la política), pues decidí escribir este artículo. Pero cuando fui a buscar la definición de “fanático” en el diccionario, para ver si había una acepción específicamente dirigida al acto de seguir un equipo, me di cuenta de que en la palabra “fanático” no hay espacio para la disensión. En ningún nivel. En efecto, ellos tienen razón.
1. adj. Que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas. U. t. c. s.
2. adj. Preocupado o entusiasmado ciegamente por algo. (Bastardillas mías)
Así que como yo no encajo dentro de esa definición, tengo que abandonar mi título de “fanático”. No puedo ser fanático de los equipos nacionales de Puerto Rico o de los Indios de Mayagüez, ni de de los Gators de la Florida. Pero como sigo consistentemente a estos equipos, necesito una palabra que describa mi estatus. El mismo DRAE me dio la solución:
1. f. Inclinación, amor a alguien o algo.
2. f. Ahínco, empeño.
3. f. coloq. Conjunto de personas que asisten asiduamente a determinados espectáculos o sienten vivo interés por ellos.
Así que de hoy en adelante, dejo de ser fanático y me convierto en aficionado de esos diferentes equipos. Ser aficionado, entonces, me da la libertad de quejarme cuando me dé la gana, de expresar claramente mi opinión en torno a la dirección del equipo y de vocear mi incredulidad ante la firma o el fichaje de X individuo. Como aficionado, entonces, no tengo miedo de contradecir al Dr. Raúl Villalobos, presidente de los Indios, cuando dice que Wilfredo “Coco” “Cordero es un gran ejemplo de nuestra gente humilde del pueblo de Mayagüez”. En mi experiencia, Wilfredo Cordero es un arrogante al que se le olvidó que se debía a su pueblo. Un arrogante que me dejó esperando por su autógrafo a los 13 años porque estaba “ocupado” hablando con sus amigos/as, mientras me daba la espalda. Nunca se volteó ni siquiera a mirarme.
Y es que hay algo que les debe quedar bien claro a los jugadores, entrenadores, administradores y periodistas: su trabajo depende exclusivamente de los/as aficionados/as y fanáticos/as. El deporte profesional es una actividad que existe solamente porque hay personas que pagan para verlos. Sin afición, no hay taquillas. Sin afición, no hay publicidad. Sin afición, no hay productos de los equipos. Sin afición, no hay licencias para productos oficiales. Sin afición, no hay salarios multimillonarios.
Esto no es una exageración. Es un dato.
No es nuestro trabajo, como aficionados, apoyarles incondicionalmente. Es su trabajo, literalmente, entretenernos y cultivar nuestro apoyo. Por eso es que sus puestos existen. Por eso ustedes ganan miles de millones de dólares cuando hay maestras y enfermeros desempleados. No es que se lo merezcan. Óiganme bien, ningún atleta, administrador o entrenador deportivo se merece esos salarios. Simplemente, esos son los salarios que el mercado (que depende de su habilidad de atraer y mantener a la afición) les otorgó. Y como tal, tienen que aceptar las críticas y las opiniones de quiénes pagan sus salarios. (Igual con los políticos, by the way).
Esto no debe malinterpretarse, sin embargo, como apoyo a aquellos/as fanáticos/as o aficionados/as que utilizan este argumento para lanzar ataques personalistas, racistas, sexistas o chauvinistas (o discriminatorios de cualquier forma) ni mucho menos a aquellos/as que entienden que es su derecho atacar físicamente a los deportistas. Esto no debería ser aceptable en ningún orden de nuestras sociedades.
Lo que debe quedar claro es que en el momento en que nos sentamos a ver un juego televisado y consumimos todos los anuncios y la publicidad a la que nos someten, ya somos parte integral del andamiaje que les sostiene. Cuando compramos taquillas, camisetas, gorras y demás souvenirs, estamos participando directamente del intercambio de dinero que les mantiene. Siendo así, son ustedes los que deberían repensar su discurso y su comportamiento.
Lista de imágenes:
1) Russell Scibetti, "The Business of Sports", 2010.
2) Katie McLean, The Ann Arbor News, 2014. Ruben Rumbaut, un estudiante de 4to año de la Universidad de Michigan, protesta frente a las escalinatas de la casa del presidente de la universidad, Mark S. Schlissel. Más de mil estudiantes de la institución pidieron la renuncia de Dave Brandon, quien hasta principios de este año fungió como director del Departamento Atlético de la Universidad de Michigan en Ann Arbor.
3) Getty Images, "Will Muschamp Will Not Be Fires Prior To Georgia Game", 2014.
4) Tuit de Larry Ayuso.
5) Getty Images, "Manchester United fans can now apply for their own 'Champions' credit card", 2012.
6) Larry French/Getty Images, "Fans of the Washington Redskins at FedExField on Sept. 9, in Landover, Maryland", 2014.
7) José Luis Cruz Candelaria, "Campeones los Indios de Mayagüez del BSN 2012", 2012.
8) Wifredo “Coco” Cordero homenajeado por la novena de los Indios de Mayagüez, 2014.
9) Chris Richards, "Liverpool Star Mario Balotelli Racially Abused on Twitter After Mocking Manchester United's 5-3 Defeat at Leicester", 2014.