Cuando se piensa en Rafael Trelles, sin duda, se piensa en su obra plástica hermana del surrealismo y el realismo mágico, matizada con trazos clásicos renacentistas, no solo lúdica, sino compleja en sus variadas capas de significación y abundantes intertextualidades literarias. Aunque Trelles había compartido su práctica de escribir algunos versos al dorso de sus obras, no imaginamos que este poeta de la imagen fuera tan hábil en la escritura. En el libro El Pez en llamas[1], Rafael Trelles propone una estética de convergencia entre palabra e imagen, entre poema y fotografía, que, en conjunto, nos presenta mundos enigmáticos de búsqueda espiritual y filosófica y de sincretismos mitológicos y culturales, que crean una obra en claroscuro desde los matices monocromáticos de las fotos y las exploraciones paradójicas de los versos.
La foto de la portada refleja el título del libro y nos sirve de preámbulo al enigma que nos presenta la obra, no solo porque no hallaremos un poema con ese título, sino porque de entrada al libro no hay prólogo ni introducción y, de un salto, el lector se sumerge en las profundidades de las imágenes y los textos. Desde la imagen que acompaña el primer poema, “Adentro”, nos “adentramos” a la obra del libro, mientras nos advierte la voz poética: “no mires, / estoy en el pozo / de la Visión” (p. 5). Nos inserta de inmediato en la paradoja de la simultaneidad de lo oscuro (el pozo) y lo claro (la visión), la sombra y la luz. Es en la contraportada que encontramos un mensaje del artista-poeta, quien nos explica, brevemente, que los poemas y las fotos no nacen juntas, que son producto de procesos creativos independientes. Rafael Trelles explica: “Animado por un espíritu lúdico, he acompañado los poemas con fotografías, la mayoría de objetos encontrados”.
En ese juego de juntar imágenes con escritos, el autor nos invita a retozar en el diálogo que nace de la interacción de las fotografías con los poemas. Cada foto y cada poema es un ente aparte que bien podría existir sin la compañía del otro. No obstante, es en ese junte provocado por el artista, que se da una nueva obra, que existe, precisamente, en la interacción de ambas. Los objetos encontrados que componen las fotografías son rescatados por el artista, quien los recompone en nuevas imágenes; y así los resignifica, les da nuevos sentidos y, a la luz de los poemas, crea nuevas narrativas y estéticas. Cada una de las treinta fotografías, todas en blanco y negro, produce un juego de luz y sombra que provoca, en sí misma, una historia perdida, un objeto que es testigo y evidencia de lo efímero de toda existencia, tanto de las creaciones de la humanidad como las de la naturaleza. Tanto es así que la mitad de las fotografías combinan objetos encontrados con elementos de la naturaleza, como las imágenes que acompañan los siguientes poemas: “El árbol”, donde una taza de té de porcelana cuelga de una rama (p. 16); un caracol en el fondo de un vaso de agua en “El vaso de Dios” (p. 20); “Pisada”, que refleja una horma de zapatos antigua convertida en el florero de una rosa blanca (p. 41). En la combinación de elementos, Trelles provoca un devenir anacrónico que reterritorializa el elemento efímero, al fusionarlo con el que lucha por perdurar. Por lo general, los objetos tienen aspecto de antigüedades, de pertenecer a otros siglos, de ser remanentes de la historia de la humanidad, residuos de la caída de sistemas de creencias, de gobiernos, intentos fallidos de dominar la naturaleza y la humanidad.
En El pez en llamas existe una continuidad con ciertos intertextos mitológicos y filosóficos que habitan la obra plástica de Trelles, los cuales se insertan como ecos de la imagen en los poemas. Por ejemplo, hallamos eco del infierno de Dante en el poema “El decapitado”. Abundan las referencias bíblicas, en particular, en los poemas “Patmos”, “Caín y Abel”, “Yo” y “Soledad”. Estos intertextos tienen función doble: por un lado, invitan a reflexionar sobre cómo la creatividad del artista o autor lo endiosa con la capacidad de crear nuevos mundos y personajes (como, por ejemplo, en los poemas “El vaso de Dios”, “Hipótesis”, “La visión del poeta” y “Mariposa”); por otro, la búsqueda espiritual reflejada en los versos se caracteriza por el sincretismo filosófico que inserta diversidad de tradiciones (como en los poemas “Nepal” y “Varanasi”). Desde los versos y las imágenes se narra la certeza de la pérdida, el deterioro de las cosas, la tristeza que provoca el rastro destructivo de los seres humanos en el transcurso de su existencia en el planeta:
Nunca imaginamos
la abolición de la montaña,
el reino de la pared,
del humo y el asfalto.
Solo presagiamos la herida,
y la luz traidora de la espada
atravesándonos. (p. 44)
La luz y la sombra son protagonistas de las convergencias de los poemas-imágenes y desde el contraste reafirman las paradojas de la existencia:
Desde tu balcón
uno son
el placer y el dolor,
la muerte y la vida.
Sin origen ni destino,
solo y brillante
en la sombra,
muero por ti. (p. 30)
La travesía de versos y fotografías nos lleva hasta el destino inevitable de todo ser viviente: “El presente del poeta es una elipse de fuego, un rito azul ante el abismo. En el hueco de su ombligo, una paradoja le devora el último fantasma, una paradoja mínima e indescifrable como trémulo preámbulo a la Nada” (p. 55). En este poema, uno de los únicos dos con dedicatoria en el libro, Trelles rinde homenaje póstumo al poeta puertorriqueño Edwin Reyes, y reta la muerte desde la imagen y la palabra.
En El pez en llamas, Rafael Trelles inscribe una obra en convergencia, la cual propone, desde los hermosos diálogos entre las fotografías y los poemas, una exploración ontológica y enigmática de la existencia humana, como un tapiz claroscuro, una lucha constante entre la sombra y la luz, un lamento por la violencia y la estupidez, y un suspiro, latente de triunfo, por la vida misma que tanto anhela conservar la esperanza en el porvenir.
Lista de referencias:
[1] Trelles, R. (2014). El Pez en llamas. Cayey, PR: Publicaciones Gaviota.
Lista de imágenes:
1. Rafael Trelles, "El jardín del poeta", 2014
2. Rafael Trelles, "Pez en llamas", 2014
3. Rafael Trelles, "Adentro", 2014
4. Rafael Trelles, "Soledad", 2014