'El Blogiante' y el odio a la mujer en Puerto Rico


“No le rompas el corazón, solo tiene uno. Rómpele los huesos, tiene 206”.


 

En este artículo, querido lector, discutiremos los límites del humor, o mejor dicho, del falso humor que busca camuflar el palpable odio que se esconde como colonia de cucarachas en un cuarto oscuro. En este caso Facebook es el cuarto oscuro y las cucarachas son cibernéticas. Pero antes de encender la bombilla y hablar de esta plaga, tenemos que dar un breve recorrido al pasado.

Hace dos años que Yoryie Irizarry escribió un artículo para 80 Grados titulado “¿Puerto Rico odia a las mujeres?”, donde denunciaba el machismo y la misoginia que ya forma parte medular de la cultura puertorriqueña. Irizarry señaló que “a las mujeres en Puerto Rico se les describe demasiado a menudo como cabronas o putas”[1]. Si bien es cierto que he indicado anteriormente que Irizarry a veces ha pecado de momentos hiperbólicos en sus expresiones en el pasado, argumento que esta no es una de esas ocasiones. Yoryie le dio en la cabeza al clavo. Sí, Puerto Rico odia a sus mujeres, y lo hace sin sufrir de vergüenza alguna, ni de aparente repercusión por ello. Al contrario, lo celebra transparentemente.

Claro, todo macho bravío cuenta con un talón de Aquiles, y en la vasta mayoría de los casos esta debilidad es la cobardía que esconde disfrazando su veneno como “humor”. Irizarry utilizó de ejemplo en su columna al fenecido Gilberto De Jesús Casas, mejor conocido como “Mi Pana Guillito”. Guillito era un típico macharrán con ínfulas de macho alfa. Era el típico glande erguido en su máxima expresión, un caso ejemplar de micropenia de-evolutiva con su propio canal de Youtube. Guillito ya ha pasado a mejor vida y a la descomposición, pero sus fanáticos encontraron a otra gran lumbre de la causa macharrana, esta vez por las redes sociales donde ya es cosa común que la palabra “mujer” haya sido reemplazada por completo por el término “puta”.

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Hablemos, entonces, de El Blogiante.

Uno podría pensar que "puta" es la palabra favorita del misterioso no-ente que dirige la página anónima de Facebook, conocida como El Blogiante: "Puta" por aquí y "puta" por allá. Pasearse por esta página es exponerse a un nauseabundo buffet de machismo, de quejas por haber sido relegado al “friendzone”, combinadas con grotescas mofas a todo lo percibido como femenino. Como habitante permanente de la Internet me encontré una y otra vez expuesto a la lluvia constante de expulsión excremental que El Blogiante felizmente colgaba a diario en su muro. Esta columna que escribo tiene de epígrafe el bonito mensaje romántico de uno de los tantos memes que ha compartido por las redes sociales, memes que gozan de mucha popularidad y de comentarios inagotables de apoyo tanto de hombres como de mujeres. ¿Cómo se puede explicar el apoyo de mujeres a estos memes? Caer en generalizaciones burdas es jugarle el mismo juego a El Blogiante, pero tengo ideas al respecto. Como tanta flema expectorada por los pulmones sociales, el odio machista se desliza fuera de la atención haciéndose pasar por simple humor.

Aquí hago una aclaración sumamente importante. Detesto el humor sin dientes o pasado por el cedazo de moralismos simplones. No le tengo paciencia a la censura, y esto incluye el humor. A lo que tampoco le tengo paciencia es a la explotación del humor para algo más allá de la transgresión lógica, y su contrario es simplemente odio. No tenemos que estar de acuerdo con lo que es el humor, y no vamos a apreciar las mismas cosas. Sí podemos estar de acuerdo que un meme que sugiere la violencia de parejas no es gracioso, a menos de que se sea psicópata, El Blogiante… o ambos.

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El problema es que no hay nada gracioso con la violencia contra la mujer. No hay nada gracioso con reducir a una mujer a una criatura vividora que se embaraza para atrapar a un hombre, porque para el ácrata machista la mujer jamás contaría con control alguno tanto de su sexualidad como de su cuerpo. Todo es en beneficio exclusivo del hombre. Se busca reproducir una ficción de desigualdad, agravada por la amenaza percibida de parte del feminismo, creando una falsa dicotomía que solo resalta el deseo de dominar a la mujer, de privarle de la mera posibilidad de contar con el poder del consentimiento.

Un meme recientemente colgado en el muro de El Blogiante denunciaba la pérdida del privilegio masculino como doble estándar si la mujer se defiende de la violencia física, si decide tomar la iniciativa en términos sexuales, o si trasgrede en sus roles domésticos cuando se integra al mundo laboral. Otro ejemplo utiliza la imagen del vaso medio lleno o medio vacío incorporando un tercer vaso, el “feminista”, donde “el líquido está oprimido”. Para El Blogiante y aquellos que piensan similarmente no existe opresión alguna contra la mujer. Al contrario, lo que perciben que ha ocurrido es un golpe a sus privilegios tradicionales de género. Han perdido el dominio completo sobre la mujer. ¡Y cómo lo lamentan! El feminismo es, para estos pobres hombres de quebrada masculinidad, tomar lo que no le es permitido, sin permiso alguno de un patriarcado adolescente y condenado a un estado de pubertad eterno. El feminismo representa lo peor que ha llegado al mundo desde el sufragio femenino. Son las redes sociales, plazas virtuales donde se juntan estos pobres hombres, víctimas del feminismo, formando un risible coro griego donde lamentan sus pesares. ¡Pobres derechos masculinos! ¡Pobres pequeños penes y egos!

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Entre esos derechos masculinos perdidos está el de “tirarse” a la mujer que se desea cuando se desee. Sí, pensó en lo correcto, mi querido lector. Esta es precisamente la mentalidad de un violador. Claro, es chiste, entiendan. Es genial ese chiste. Totalmente original, joder. Si la mujer rechaza estos avances, pues para El Blogiante existen tres alternativas: es una bicha, una puta vividora o es una bucha. El hecho de que una mujer no tenga interés alguno en un invertebrado, que crea que su cuasi-pene/órgano vestigial permanecerá permanentemente virginal, se le hace inimaginable a menos que algo no esté bien con la mujer. Claro, si se acuesta con ella sigue siendo puta, solo que es otra variedad de puta. Para este club de bebés cibernéticos jugando a ser machos de barra de mala muerte, las mujeres solo existen subdividas entre varios subtipos de puta (asumiendo que sus madres son una excepción).

No quiero concluir dando la impresión de que esta página es única en la Internet. Como esta hay incontables otras, y ni hablemos de lo que es posible encontrar en la llamada “Deep Web”, las partes más oscuras y recónditas de la Internet que no son fácilmente accesibles. Lo que sí considero relevante y lo que finalmente me empujó a escribir algo sobre El Blogiante, luego de rabiar una y otra vez sobre lo que compartía por Facebook y marear a mis amistades, fue el meme del epígrafe de este escrito.

He visto a mujeres maltratadas quedarse con sus parejas una y otra vez, y a diario nos llegan noticias de violencia doméstica y de género. Las mujeres puertorriqueñas están atrapadas en una cultura que les exige obediencia y silencio ante el abuso que reciben a diario en la casa y en la calle. Además, tienen que soportar la explotación laboral trabajando tanto o más por menos, mientras se encuentran con un gobierno corroído por idiotez religiosa y corrupción fundamentalista que solo exacerba sus problemas. Páginas como El Blogiante son cómplices de esta misma violencia con sus burlas mal intencionadas, con el veneno de una falsa sonrisa que esconde un profundo odio por las mujeres, por querer estas exigir sus derechos, por tener la osadía de decir “no”. Sirven de focos de infección, donde el patógeno del odio sobrevive y se reproduce. Es por esto que le denuncio abiertamente, sabiendo que seguiré recibiendo amenazas de muerte por Facebook, como ya es de costumbre, de parte de su escuadrilla de malandrines de quinta. Porque es miedo lo único que entienden al final del día; miedo, lo que quieren causar a aquellos que se atreven a denunciarlos; y, mayor aún, miedo a lo que más odian: a la mujer.

 


Notas:

[1] Yoryie Irizarry, “¿Puerto Rico odia a las mujeres?” en 80 Grados, 25 de abril del 2014.


Lista de imágenes:

1-4. Nigel Tomm, 2016.