El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
—Miguel Hernández
No soy yo quien mata el hambre
esta noche en esta mesa;
no, hermanos; es nuestra especie
la que se cena esta cena;
toda nuestra especie humana
en su hambre de ser eterna.
—Luis Lloréns Torres
Aveces me descubro en el gesto de la que mira de reojo
para saber si soy yo
¿Por qué será que el vacío nos llena tanto?
Nos hemos llenado de hambre por tantos siglos;
nos da una sensación milenaria de certezas.
Creemos en la plenitud del hambre.
Creamos fórmulas,
las llevamos por milenios.
Creemos que ese es el siempre nuestro.
No entendemos que al decir siempre
también decimos futuro.
Siempre es más que pasado.
Puerto Rico does it
Puerto Rico Isla estrellada
Conquista esclava
Qué cosa más servil que creérselo,
que dar gracias
El latifundio gringo más caluroso,
arrimados en la tierra que trabajamos
les dejamos las ganancias a Walmart,
a la farmacéutica que está de moda,
a la moda,
nuestros míseros sueños
a McDonalds
Y si de algún modo queremos despegar y partir,
salir y seguir,
vamos a Disneyland.
Felisa
Es posible que caiga nieve en el trópico.
Si seguimos mirando arriba,
puede que el sol nos ciegue, pero nieve...
Así, si caminamos hasta el norte,
algún día veremos más que agua,
algún día diremos really
y pronunciaremos la r a media asta.
Dicen que el papá de Campeche
después de comprar su libertad,
se compró un esclavo.
Temporada de huracanes
En un país atormentado,
las tormentas son siempre un festejo.
Que caiga del cielo
Qué bueno es vivir así
comiendo sin trabajar
—El Gran Combo
“Such is life”
—Jaime González Goenaga
Todo el mundo sueña con una lotería.
Todo el mundo,
desde siempre, se espera que algo caiga del cielo:
el Mesías,
un meteorito,
los extraterrestres,
una misión victoriosa a Marte,
o un premio;
que nos caiga algo,
aunque sea agua.
Hubo una convención de grandes científicos
y por la radio anunciaron: sembrarían nubes
para que cayera lluvia.
Barco de papel
Nunca he dejado de sentirme como polizonte en este mundo de adultos.
Algunas veces me llena de orgullo, de un sentido de dignidad.
Otras, hacen que me esconda horrorizada
presa del temor de ser vista,
de ser descubierta
como polizonte al fin.
Y entonces el océano: un gran espejo
~A Ana Cristina Rodríguez~
Dicen que los infantes nadan
como sostenidos por el pacto antiquísimo
que se alberga en el vientre de la madre,
la vía láctea, el ojo del huracán.
Sostenidos así por tronadas, vientos y maremotos,
nos alienta el silbido del viento; nos arrulla.
Somos cataclismo,
revolución anquilosada en el vientre,
tantos vientres.
Hay que saber usar el poder del tornado,
retomar los caminos y los pactos,
volvernos aletas, punzadas y plumaje,
respirar toda esta sal,
saborear toda esta miel,
comer,
abrazarnos,
nadar.
Lista de imágenes:
1-6. Giorgos Gavrilakis, "Mirroring", Phases Magazine