* Esta es la segunda parte de "La DIVEDCO en el presente: una necesidad", para acceder a la primera parte del escrito, haga clic aquí.
Con los cambios de administraciones entre el Partido Nuevo Progresista y el Partido Popular Democrático en los años 70 y 80, la DIVEDCO siguió funcionando, pero con poco protagonismo en el ámbito educativo y cultural. No se hicieron, o al menos no se terminaron, más películas a partir del 1974. Durante esos años, la DIVEDCO perdió importancia ante el gobierno central. El poco mantenimiento y preservación del material producido llegó a ser la norma. Se perdieron negativos de mucho valor.
Gracias a la labor investigativa de Inés Mongil Echandi y Luis Rosario Albert a mediados de la década del 80, se pudo ubicar en un laboratorio fílmico de Nueva York una cantidad sustancial de material producido por la DIVEDCO. De ahí salió gran parte de las copias de las películas de la División que disfrutamos hoy en día, material preservado en el Archivo de Imágenes en Movimiento del Archivo General de Puerto Rico.
En mi caso particular puedo testificar de una buena experiencia con la DIVEDCO en Loíza, en 1983. Como parte del programa de humanistas residentes de la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades y gracias a la oficina de la División en el pueblo de Loíza, pude llevar un documental que produje y escribí sobre las fiestas de Santiago Apóstol a veinte comunidades del Municipio. La experiencia fue excelente. En varias ocasiones hubo un público de cien a doscientas personas viendo el documental en un televisor de diecinueve o veintiuna pulgadas, temprano en la noche, a la misma hora de la telenovela del momento. El atractivo principal fue que se estaban viendo a sí mismos. Esto no hubiese sido posible sin la ayuda de la DIVEDCO y sus organizadores de grupo.
También tuve el privilegio de compartir en los talleres de la DIVEDCO con amigos que trabajaban allí o que habían trabajado y seguían yendo a trabajar o a compartir, ya que el taller de gráfica de la División, hasta el último día, fue un lugar de encuentro donde los artistas compartían extensamente, y los que no éramos artistas aprendíamos mucho.
El cierre de la DIVEDCO se da al final de la última administración de Rafael Hernández Colón en el 1992. Recuerdo con nostalgia la fiesta de clausura que improvisaron en el taller de gráfica donde asistieron muchos de los que habían trabajado allí y estaban retirados en ese momento.
Con el pasar de los años se han dado proyectos parecidos, tanto en Puerto Rico como en otros países. Por ejemplo, en el Municipio de San Juan entre 1998 y 2000 se creó EducArte. Estos proyectos llevaron talleres de distintas artes a comunidades del Municipio de San Juan. Pocos años después, del 2002-2004, se llevó a cabo el Proyecto de Comunicación en WIPR. Este llevó talleres a distintas comunidades a través de la Isla. Muchos se documentaron en video y hacían trabajos audiovisuales; hay amplia evidencia de esto en la Fundación de Puerto Rico en Río Piedras. El problema principal de estos proyectos fue la falta de continuidad de parte del gobierno. Las personas que daban los talleres iban por un tiempo, varios meses en algunas ocasiones, hacían su trabajo, pero no le daban continuidad a lo iniciado a través de los talleres y las presentaciones.
Algunas semillas germinaron, como es el caso de Cantera, comunidad donde hoy en día hacen sus propias producciones y las proyectan en actividades que ellos mismos organizan. Los temas que desarrollan están ligados a los problemas a los cuales se enfrentan a diario.
Otra comunidad que ha logrado producir con éxito películas que reflejan su propio sentir es el Residencial Lloréns Torres. La obra teatral “Por amor en el caserío” se ha presentado con éxito en distintos pueblos de Puerto Rico y los Estados Unidos, y la película, basada en la obra y producida y actuada por miembros de la comunidad, es una de las mejores películas puertorriqueñas de su año de estreno, el 2013.
La efectividad del trabajo que se llevó a cabo en la DIVEDCO, la calidad del mismo y el legado que nos han dejado es de un valor incalculable. Ante la situación económica y social a la cual nos estamos enfrentando en Puerto Rico es de suma urgencia elaborar en la actualidad un proyecto similar a la DIVEDCO, un proyecto que se ajuste a las necesidades y a la realidad social de Puerto Rico en el presente.
La DIVEDCO se creó para mejorar la calidad de vida del puertorriqueño, especialmente de la zona rural, debido al estado depresivo de su situación económica y social a finales de la década del 40 del pasado siglo. Hoy en día estamos pasando por otra depresión económica y social, pero en todo Puerto Rico. A finales de la década del 40 había una gran desigualdad en términos de las clases sociales; una parte significativa de nuestra población era rural y pobre.
Hoy en día continúa esa desigualdad social, pero en otros contextos. En fin, los problemas de Puerto Rico a finales de los 40 y principios de los 50 se repiten en la contemporaneidad, pero en otra escala y en otro contexto social. Un buen sistema educativo masivo, como lo fue la DIVEDCO, puede aportar mucho a mejorar nuestra calidad de vida en el presente. No podemos olvidar que la educación es la base de la solución a nuestros problemas como pueblo.
El uso de la tecnología digital, de las redes sociales, permite hacer mucho con poco. Hay que aprender del pasado.
Se debe hacer, entre otras cosas, lo siguiente:
1. Establecer un periodo de “ensayo”, de al menos un año. Ver qué funciona y qué no funciona.
2. Crear una organización que se responsabilice de todo, de la A a la Z. Una entidad que desarrolle, produzca, exhiba y distribuya el producto.
3. Conseguir personal con experiencia. Esto es muy importante, la experiencia vale. Se puede adiestrar personal nuevo, pero el original debe tener mucha experiencia. En Puerto Rico hay suficiente talento para cubrir todas las plazas principales.
4. No contratar personal por referencias o favores políticos. Hay que ser estrictos en la contratación del personal por su capacidad y experiencia, no por sus contactos y amistades.
5. Utilizar la tecnología digital como medio de producción. Dar más importancia a las redes sociales y a las herramientas digitales más populares y utilizadas por la gente (Smartphones, iPhones, iPads, Tabletas, etc.).
6. No hay que inventar la rueda, hay que ir a las comunidades que ya tienen una estructura y ayudarlos a continuar.
7. En las comunidades que no tienen esa estructura hay que creárselas. Para esto hay que identificar los distintos tipos de comunidades, a partir de los proyectos de los pasados años, e identificar la capacidad organizativa de cada comunidad.
8. Los temas que se trabajen tienen que salir de las propias comunidades: ¿quiénes mejor que ellos para saber cuáles son sus necesidades? Este es un buen mecanismo para fomentar la participación democrática.
9. Es importante el establecimiento de salarios justos y razonables para que los contratados, que deben ser profesionales con experiencia, puedan dedicarle el tiempo necesario al proyecto.
10. Como objetivo final se debe intentar hacer un proyecto a prueba de los intereses políticos partidistas. Crear una estructura público-privada que pueda funcionar, a pesar de los posibles cambios en el Gobierno.
Durante el pasado año en Puerto Rico se crearon varios grupos de profesionales, tanto del sector privado como del gobierno, que han elaborado y presentado sugerencias sobre lo que podemos hacer para salir de la crisis por la cual atravesamos. Un proyecto como la División de Educación de la Comunidad, adaptado a la realidad del presente, puede ser una excelente herramienta que aporte a la implementación de muchas de estas propuestas. A través de un proyecto como este se puede lograr una efectiva participación democrática que nos lleve a una ruta hacia el desarrollo económico y social que tanto nos urge.
Lista de imágenes:
1. Carlos Raquel Rivera, Cartel para la exhibición de las serigrafías de Avilio Cajigas Lugo, 1968.
2. Rafael Tufiño, Cartel para la película La plena.
3. Antonio Carrión, Cartel para actividad en reconocimiento por la trayectoria teatral de Francisco Arriví.
4. E. Salgado, Afiche para la 9na Feria de Artesanías en el pueblo de Barranquitas.