El papel del papel

 

Érase una vez en el Antiguo Egipto, allá por el 3000 a.c., cuando ante la necesidad humana de transmitir y documentar la experiencia se escribía sobre papiro, de donde proviene la palabra papel. Éste se obtenía del tallo de una planta que abundaba en las riberas del río Nilo. Es de notar que en China, hacia el año 200 a. c., ya se fabricaba papel a partir de los residuos de la seda, la paja de arroz, el cáñamo y del algodón. También existe evidencia arqueológica de que los mayas desarrollaron papel desde principios del siglo V utilizando la corteza de los árboles. 

La fabricación de papel artesanal no ha variado mucho desde sus orígenes y hoy día hacer papel a mano continúa siendo un devenir interesante. Además de ser una manera de cuidar nuestro planeta, ya que estimula el reciclaje, también es una actividad que desarrollan entusiastas y artistas. Para muchos de éstos es un medio importante en su quehacer, dada las posibilidades creativas para las que se presta. Por ejemplo, un papel hecho a mano puede ser liso o presentar diferentes texturas y colores, particulares para cada hacedor. Con él es posible dar tridimensionalidad a un dibujo, se podría cambiar el color de una fotografía en él impresa o hacer sus detalles parte de ella. También se pueden hacer tarjetas, máscaras, esculturas... y, claro está, libros.

Una forma sencilla de hacer papel a mano requiere los siguientes materiales: agua, esponja, materia prima (materia de la que se va a hacer papel), molde (marco, tela metálica y rejilla firme), cartulina, plancha, prensa (bloques de madera para prensar), licuadora y dos recipientes profundos. Es importante situarse en una superficie plana, como una mesa, estar cerca a un lavamanos y un enchufe.

El molde puede estar formado por un marco, una tela metálica y una rejilla firme: tres piezas de igual tamaño. El marco se confecciona con barras de madera y es conveniente que sea profundo. Un portaretratos de madera puede también servir como marco. Incluso una caja de zapatos, al quitarle el fondo, sirve de marco. Del tamaño y la forma del marco dependerá el tamaño y la forma del papel que se quiere elaborar. Es recomendable comenzar a hacer papel con un molde pequeño, por ejemplo 5 x 7, así se va practicando a maniobrar. 

A un lado del marco se adhieren, cerca de los bordes, arriba y abajo, dos cintas de velcro que vayan de un lado al otro. Éstas servirán para unir la tela metálica y la rejilla al marco. Si la rejilla y la tela metálica son bien firmes, las cintas de velcro no son indispensables. Entre el marco y la rejilla se debe colocar la tela metálica.

 

Manualidad

Es bueno asegurarse que la tela metálica tenga agujeros pequeñitos para sostener la pulpa, pero que puedan también dejar escurrir el agua. La rejilla debe tener agujeros pequeños pero no tan diminutos como los de la tela metálica. Ambas, tela metálica y rejilla, o mallas similares a éstas, se pueden conseguir en una ferretería.

Una vez confeccionado el molde, se procede a seleccionar la materia prima, teniendo en mente la textura y el color que se le quiere dar al papel, y ésta se corta en pedazos pequeños. La cantidad de materia prima a utilizarse debe ser, si se pone encima de la tela metálica, un poco más larga que ésta, como 1/4 parte. Esto ha de variar según el grosor de la materia prima. El familiarizarse con ella y con el proceso le provee diversas estrategias al hacedor, mas ésta es una buena regla general a seguir. 

Conviene comenzar a hacer papel con papeles reciclados, ya que conocemos bastante su reacción al agua. ¿A quién no se le ha ensopado un papel importante y ha tenido que correr a secarlo esperando que no se convierta en un paño de lágrimas? Pensando que la materia no se destruye, se transforma, si por ejemplo se usan bolsas de té para hacer papel, éste ha de resultar parecido a una bolsa de té. Si se utilizan hojas secas, la hoja de papel tendrá características similares a ellas. 

 

Manualidad

Ya decidido como se quiere que resulte el papel, se colocan los pedazos en la licuadora. Si el molde mide 5 x 7, se le añadiría a la licuadora de 2 a 2 1/2 tazas de agua. Si mide 8 x 11, de 3 a 3 1/2 tazas. Y así sucesivamente. Si se va a elaborar papeles de diferentes colores conviene procesarlos por separado. Para darle color se pueden agregar en la licuadora acuarelas, acrílicos y colorantes vegetales, entre otros. Entonces, se trituran los pedazos. Generalmente toma alrededor de 10 segundos en alta velocidad. Todo depende de la licuadora, el volumen de la materia prima y el grosor que se le quiera dar al papel. Cuando se pueda apreciar que los pedazos se han vuelto pulpa, teniendo una consistencia parecida a la avena, ya se puede hacer papel.  

Manualidad

Ahora, ¡manos a la obra!

I - Llena ¾ partes de uno de los recipientes con agua, que el molde pueda sumergirse en el agua y que aún quede suficiente espacio para que, más adelante, sólo el fondo del molde toque el agua y puedas mover la pulpa con las manos.                     

II - Agrega con suavidad la pulpa al molde introducido en el recipiente. 

Manualidad

III - Introduce completamente el molde en el recipiente, alrededor de cinco segundos, sin dejar de regar la pulpa por todo el molde. Si no es pulpa suficiente, vuelve a hacer un poco más y añádela.                                                                                  

IV - Sube el molde hacia afuera del recipiente dejando que sólo el fondo de éste toque el agua. Mueve la pulpa con tu mano para que se distribuya de manera uniforme.

Manualidad

V - Retira el molde del recipiente y déjalo escurrir. 

dibujo

VI - Remueve el marco con mucho cuidado y coloca el papel encima de una cartulina, dejando rejilla y tela metálica debajo de éste, y pon otro pedazo de tela metálica arriba.

VII - Extrae el agua del papel a través de esta tela metálica con una esponja poniendola por toda la tela de manera firme, consistente y horizontal, y ve exprimiendo el agua en el otro recipiente, hasta que no puedas exprimir más agua de la esponja. 

Manualidad

VIII - Retira cuidadosamente esta tela metálica, coloca un pedazo de cartulina sobre el papel y da vuelta al conjunto. Remueve entonces la rejilla y la tela metálica.

IX - Cubre ahora éste lado del papel con otra cartulina y prénsalo todo con un pedazo de madera, también de forma firme, consistente y horizontal, hasta que no salga más agua. 

Manualidad

X - Retira con cautela la cartulina del papel que estará todavía algo húmedo, da vuelta al papel sobre otra cartulina, coloca nuevamente otra cartulina sobre él y con una plancha tibia completa el secado y alisado. Es conveniente que cada vez que utilizes una cartulina la pongas de inmediato a secar para que así puedas volver a usarla pronto.                                              

Manualidad

Si se deseas incorporar elementos decorativos, (hojas o flores secas, fibras vegetales o hierbas naturales, copias de fotografias, palabras u otros), no se deben triturar como parte de la materia prima sino incorporarse a la pulpa en el paso IV. 

Manualidad

Es importante tomar en cuenta que el secado de un papel hecho a mano varía según la temperatura ambiente. Por lo tanto, es recomendable asignar un lugar aparte para su secado. Si el tiempo apremia y hace sol, y no se está buscando que el papel resulte muy liso, se pueden omitir los pasos IX y X. Es cuestión de dejar secar el papel a la luz del sol y volver a empezar; otra pulpa, otro papel. Poco a poco se va dominando la técnica y el proceso se agiliza.

Papel

¡Listo! Hacer papel a mano no precisa de una gran infraestructura ni de una tajante inversión económica y hasta podría resultar en una fuente de ingreso. Es posible montar un pequeño taller con muy pocos medios. Y no se trata de un taller cerrado, más bien es una propuesta para que cada cual aporte su visión particular. Cada hoja de papel hecho a mano es única, en algunas ocasiones es soporte y en otras, una obra en sí misma. Todo depende del papel que se le quiera dar al papel. Entonces, ¿por qué no intentarlo? Muchas veces apasiona. 

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