Gente buena (2013) es un cortometraje realizado por el guionista y director puertorriqueño David Norris. Esta producción cinematográfica recibió los premios nacionales de Mejor Cortometraje y Mejor Actuación Masculina, por la interpretación de Luis Gonzaga en el rol protagónico, durante la undécima edición de Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico. Según la sinopsis, provista por el director: “Pito recibe en su casa la visita de un hombre misterioso que anda en busca de gente buena”.
Imagina la siguiente situación, mientras disfrutas de una cerveza bien fría. Esta es la última cerveza de tu nevera y siempre quieres otra...
El maletín
Estoy buscando gente buena y tú eres la persona indicada.
¡Sí, tú!
Me permitiste entrar en tu casa, sin conocerme, y me ofreciste un vaso de agua.
¡Eres la persona más buena que he conocido hoy!
Por esa razón, quiero hacerte un regalo.
En este maletín, está exactamente lo que tú quieres.
Piénsalo, lo que quieras, pero un solo regalo.
¿Qué quieres tú?
Yo quiero Palma Nevada
Palma Nevada es un producto original y genuinamente cinematográfico. La nueva marca de cerveza, Palma Nevada, es un diseño exclusivo de David Norris y su equipo de realización, como parte de la ficción audiovisual. En esta historia, nuestro único objeto del deseo es Palma Nevada.
Gente buena (2013) es una película corta que utiliza de manera muy efectiva y creativa las técnicas persuasivas de la publicidad, con la intención de hacer contrapropaganda popular y crítica social, desde el sabio recurso del humor. Presenta, al tiempo, un nuevo producto, el spot televisivo de ese producto y el argumento para cine que narra cómo la persuasión mediática, con fines tanto publicitarios como propagandísticos, controla el comportamiento humano.
Un artista que hace contrapropaganda
El cineasta David Norris utiliza las principales técnicas de la contrapropaganda, a nivel visual, para construir una historia que impacta por su fundamento de crítica política y social. Los personajes no debaten sobre partidos políticos, ni discuten temas ideológicos; sin embargo, es la imagen quien lleva el peso de la batalla simbólica. De acuerdo con las Técnicas modernas de persuasión que expone Miguel Roiz, el guionista y director del corto, Norris, “personaliza el ataque” para concentrarse en “ridiculizar al adversario”, en tanto “rechaza los símbolos propagandísticos” al elaborar símbolos contrarios (satíricos) con el mismo carácter persuador. Por ejemplo, el logotipo de la cerveza Palma Nevada puede describirse como tres palmas en azul sobre fondo blanco. A todas luces, viene a ser la variante folclórica del logo partidista.
En tanto, la connotación ideológica y contrapropagandista del texto fílmico se ratifica con las apariciones reiteradas del icónico cartel del Tío Sam que dicta: “Te quiero a ti para el Ejército de los Estados Unidos”. Mientras, el protagonista establece una equivalencia entre la ofensiva local por los puntos de droga e Irak. Y el hombre misterioso pregunta: ¿Qué es la guerra para ti? El profesor Roiz explica que “la contrapropaganda del pueblo, en su lógica reacción contra la frecuente coacción persuasiva de los poderosos, siempre ha sabido utilizar como arma contrapropagandística el ridiculizarlos por medio de chistes o parodias, lo cual ha tenido gran eficacia”. Así lo hace Norris, tanto en su cortometraje Cositas que se olvidan (2010), como en Gente buena (2013).
Mediante sus trabajos audiovisuales, David Norris nos emplaza y nos reta: “¡Prohibido olvidar!”. La nostalgia se apodera hasta de los objetos más comunes y los hombres se aferran a ellos en el microespacio de la intimidad. En la obra de Norris, los objetos parecen tener alma y se tornan cuasi protagónicos, al interactuar constantemente con los personajes. Tal es el caso del televisor, figura recurrente en No tire su televisor (2006), Cositas que se olvidan (2010) y Gente buena (2013).
El olvido y la inacción suelen conducir a un rotundo fracaso, tanto individual como nacional. Lamentablemente, los medios de alcance masivo tienen el poder para bloquear el pasado e incentivar el ocio como un modo de vida. David Norris cuestiona esta realidad. Según Miguel Roiz, en el ámbito de la persuasión ideológica o propaganda, “destacan por su poder persuasivo, los periódicos y revistas, por un lado; y el cine, la radio y la televisión, por el otro. El poder de estos medios se debe a que operan como instituciones comunicativas y al mismo tiempo como portavoces del estado, los gobiernos y los partidos políticos”. David Norris aborda y problematiza este impacto mediático en sus cortometrajes. Su obra está plagada de periódicos, eslóganes, spots televisivos, carteles y del propio cine dentro del cine. Norris se apropia de las técnicas persuasivas de la propaganda y la publicidad, para hacer un cine que deviene, al tiempo, contrapropaganda popular y contrapublicidad artística.
El arte de la persuasión
El profesor Miguel Roiz explica que la comunicación persuasiva se caracteriza por: “La intención manifiesta de la fuente orientada claramente a producir algo en el receptor, en los destinatarios, y modificar su conducta en algún sentido”. Por ejemplo, continúa Roiz, “inducir al consumo; estimular la participación política y, más directamente, hacer que compre un determinado producto o marca; lograr su voto para un partido político; hacer creer en una idea religiosa; o crear confianza hacia un dirigente político”.
En el cortometraje Gente buena (2013), David Norris emplea algunas técnicas persuasivas, muy utilizadas en la publicidad, para construir su mensaje de tipo cinematográfico, que va destinado a cambiar la actitud pasiva y consumista de una gran parte de la audiencia puertorriqueña. Norris evidencia cuán manipulables somos a través de la técnica del humor. Lo primero es hacernos reír, para que luego consideremos mejor sus argumentos. Literalmente, nos deja pensando. Este recurso del humor, también se asocia con el empleo de estereotipos; por ejemplo, el típico “cuponista” boricua en contraste con la deconstrucción del cliché “gente buena”. Por otra parte, logra combinar con efectividad las técnicas del lenguaje asertivo, la segunda persona del singular y la profecía de la autorrealización, en el eslogan de Palma Nevada: “Tú sabes lo que quieres. Siempre quieres otra”. A su vez, aplica la técnica de la antítesis en el spot televisivo: “Otra vez olvidaste poner la alarma. Pasaste por el colmado y olvidaste comprar leche, de nuevo. Nunca recuerdas dónde dejas las llaves y olvidaste buscar a tu prometida al aeropuerto, por tercera vez. Pero, tú nunca olvidas llenar la nevera de Palma Nevada”. Y continúa: “Palma Nevada, tan ligera, tan refrescante y tan difícil de olvidar”. De manera que, también hace uso del llamado “argumento único de venta” o la técnica del USP, pues, en este caso, se reafirma la condición de lo inolvidable de dicha cerveza.
Sobre la cultura de masas y esta subcultura de los anuncios, el profesor Roiz argumenta que “el enorme flujo de mensajes persuasivos comerciales en nuestra sociedad revaloriza el papel del consumo y sustituye una cultura del hacer por una cultura del consumir”. David Norris busca crear conciencia al respecto y hace un llamado al espectador sobre la urgencia de revertir esta situación. No tire su televisor (2006) y Gente buena (2013) son dos cortometrajes que sustentan la necesidad imperante de rescatar la “cultura del hacer” en Puerto Rico. Según Roiz, por lo general, la persuasión comercial “ataca la autonomía del hombre frente a los poderes económicos y sociales, superpone falsas necesidades a las verdaderas necesidades y modela un fetichismo de la mercancía”.
¡Bendito! Pito es buena gente, pero no sabe lo que quiere. Otros piensan por él.
¿Y tú, qué quieres? ¡Piénsalo!
Lista de imágenes:
1-3. Tomadas de galeríadelacrítica.com.