Choco Orta: su ideal y su son

Choco Orta me textea hace varias noches desde un aeropuerto europeo en donde hace escala debido a su ajetreada gira artística y me dice: Hoy salgo para Venecia vía París. Tengo presentación el sábado, pero quiero a mi regreso a Puerto Rico reunirnos para el segundo junte “Negros y Negras por Siempre Conspirando por la Negritud” el próximo 4 de abril a las 4:00 pm. Incluyan a Marie Ramos, a Mayra Santos, a Daniel Nina, a Kathy, a Julio Axel Landrón y a todos los que quieran estar.

Yo sonrío y me siento sumamente orgullosa de saber que sus más de 30 años en la música latina representando al país le merecen el distinguido título de “Reina del Sabor”. Es una mujer destacada, una artista que no solamente hace de la música su estandarte, sino que es también su herencia afrodescendiente lo que la mueve, lo que la provoca. Constantemente tiene entre ceja y ceja el amor a sus raíces y utiliza ese motor para convocar juntes que toquen el tema de la visibilización de nuestra puertorriqueñidad a través de la cual le recordarmos al mundo que somos negras y negros orgullosos de los ancestros y de nuestra historia.

La cantante puertorriqueña acaba de publicar su cuarta producción discográfica como solista, titulada Choco Swing. Recientemente, visitó el Festival de Guadaloupe, la capital africana de Dakar en Senegal, Canadá, Suiza y la ciudad de Cali en Colombia. Hacia esos confines roció el elixir embriagador de nuestra cultura. Mi canción favorita de su nuevo disco es “Homenaje a las Soneras”, cuya letra está escrita por ella misma y en el que agasaja a 43 mujeres rumberas, soneras, boleristas y salseras entre quienes se encuentran Celia Cruz, Deddie Romero, La Lupe, Myrta Silva, Fe Cortijo y La India, además de muchas otras.

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Conocí a Choco Orta en el 2011 durante el Festival de la Palabra en Nueva York. Nos concedió a los escritores del evento y al público que asistió un repertorio de su salsa afro-antillana. Se dirigió al público y explicó la génesis de cada una de las interpretaciones que llevaría a cabo. Fue mágico verla en acción y escucharla porque, como narradora, no solo me dejo seducir por la música, también me atrae la historia que se cuenta. A partir de aquel momento, hicimos una amistad de mutuas admiraciones.

La tarde del 4 de enero de 2012, Choco, que visitaba la Isla por el período navideño, convocó a un grupo de amigos y luchadores en pro de la visibilidad de la negritud puertorriqueña para recibir el 2012 de manera simbólica. Allí nos vimos por segunda vez. También allí se dieron cita Marie Ramos Rosado, Héctor Bermúdez Zenón, Doris Quiñones, Ebenezer López, Daniel Nina, Ada Verdejo, Daniel Marte, Zulma Oliveras, Kathy Cepeda, Joelle Laguer y Gabriel Ríos.  Discutimos varios temas sobre etnia, construcción de identidad y género. Discutimos también la dicotomía que se dio en el censo 2000 en el cual sólo un 10.8% de la población seleccionó la categoría "Black" para auto definirse racialmente; entre tanto, 84% escogió la alternativa “White”.

También conversamos con beneplácito el cambio de paradigma que implicó el resultado del censo 2010, en el cual los boricuas se consideraron "más negros que nunca antes", según expresiones del Lcdo. Nina. Debatimos que en Puerto Rico el término “raza” carece de una definición concreta, que es un concepto ambiguo, controvertible y con múltiples acepciones que se refiere al fenotipo, o al consenso socio cultural que construye la diferencia entre blanco y no blanco. Hablamos de los referentes culturales que por tabú, desconocimiento o "pereza colonial" van desapareciendo de nuestro ámbito. Hablamos de literatura, y de grifería, y de mestizaje.

Y tras repetir ese compartir tan productivo, va de nuevo la invitación de Choco. Desea que otra vez nos veamos las caras. Que nuevamente hablemos de la representación que de nosotros, los negros y negras, hacen los medios. Que invitemos a más interesados a establecer un punto equitativo para desenraizar el aún existente chancro de discriminación racial.

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En un comunicado que le envía al amigo Ebenezer, publicado en el periódico caribeñista El Post Antillano, Choco Orta expresa:

"me gustaría realizar una reunión cumbre con todas las mujeres y todos los hombres negras/os de Puerto Rico, o con todas/os los que así se sientan aunque la piel no sea oscura, pedir prestado un espacio como el Estadio Hiram Bithorn y hacer un llamado nacional.  (…) Ciertamente hemos estado sumidos por muchos años en una posición no privilegiada, quiero invitar a todas las personas que se sientan de raza, casta o linaje negras/os. Invitar a las/los intelectuales escritoras/es, pensadoras/es, profesoras/es, miembros de la comunidad, oradoras/es a que se dirijan al público en ese día”.

Choco tiene ganas de hacer bulla, de seguir trabajando en pro de la borinqueñidad desde su trabajo artístico y su poder de convocatoria vía un llamado de reafirmación racial. Quiere llamarle al encuentro "Reunión Cumbre de mujeres y hombres negras y negros de Puerto Rico”. Orta está convencida de que la justicia e igualdad para las mujeres negras y los hombres negros de nuestro país, debe lograrse ya. Sin más dilación. Es un ideal hermoso y yo lo creo posible. Me compete. Me toca. La escucho con fuerza, con admiración. Su voz lo repite entre tambores. Su son lo asegura desde el viejo continente.

* Con la excepción de la primera imagen, todas las fotografías fueron tomadas por Zulma Oliveras Vega.