A diferencia de la gran cantidad de novelas publicadas por escritores puertorriqueños que crecieron en Nueva York, The Accidental Native, la primera novela de J. L. Torres, dista de ser un texto autobiográfico aun cuando se nutra de lo vivido tras su regreso a la isla.
En esta ambiciosa historia, con dotes detectivescas y altas dosis de sarcasmo, Torres aborda temas escabrosos tales como los estragos de la política colonial y la posible relación entre el almacenamiento de armamento militar y la incidencia de cáncer en Puerto Rico. (Cualquier semejanza a la situación actual en la isla-municipio de Vieques no es mera coincidencia.) De igual forma, expone, con intensidad y picardía, el choque de los discursos identitarios que dominan el debate cultural.
René Falto, nuyorican recién graduado de un programa de maestría en Estados Unidos, es el protagonista de una serie de eventos intrigantes que parecen cobrar fuerza en el funeral de sus padres, donde conoce a su madre biológica, la abogada Julia Matos Canales. Y tras este encuentro inesperado, decide mudarse a Puerto Rico, y asumir el puesto de profesor de inglés en la Universidad de Baná, ubicada en una antigua base militar estadounidense.
No hay pelos en la lengua de este joven, rodeado de personajes complejos y vibrantes que se enfrentan a la familiaridad asfixiante, la desidia y el deseo. Su voz es desafiante, y raya en la pedantería, tal vez por saberse excluida. René asume posturas irreverentes respecto al sinfín de asuntos que calan la fibra cultural boricua. Habla directamente sobre la caída del nacionalismo albizuista, las fisuras del activismo estudiantil, las riñas en los círculos intelectuales.
Para aquellos lectores que han recorrido la isla, la transposición de ciertos espacios y sucesos históricos, provocará su imaginación. Para los que aún no la han visitado, por medio de estas páginas, podrán apreciar su andamiaje social.
La lectura de esta novela promete ser impactante y, quizás, polémica porque hurga en la herida de la identidad. Ante la visión limitada que pretende delimitar la “puertorriqueñidad” en términos lingüísticos y territoriales, se anteponen la desesperanza y la inutilidad, como características generalizadas. Aquí confluyen las máscaras típicas del Puerto Rico actual, y resalta la de René, quien aun cuando asume el distanciamiento, se verá inmerso en este fulminante carnaval.
Lista de imágenes:
1. Nick Quijano, Botánica Sagra, 1960.
2. Nick Quijano, Memorias del veterano, 1984.
3. Nick Quijano, Botánica "La Milagrosa", 1984.
4. Stanley Coll, Cuando Calienta el sol, 2005.
