En portada, allí estaba ella: con el torso desnudo, arrodillada, sola, cubriéndose el rostro, escondida detrás de un muro. Recién asesinada. Los hombres y mujeres policías -que custodiaban el perímetro- aparecían dándole la espalda a la tragedia. Élida era su nombre.
Hoy recuerdo a Élida, y esa portada con la foto de Teresa Canino para Primera Hora. Recuerdo claramente mis sentimientos cuando la vi: horror, frustración y miedo[1]. Era finales del cuarto mes de Luis Fortuño en el poder.
Hoy pienso en la foto y no puedo evitar asumirla como un símbolo de estos últimos cuatro años repletos de violencias contra nosotras. Tragedia tras tragedia y el Estado ignorándolas. Hoy recuerdo: a las mujeres que cayeron víctimas de la violencia machista, las que perdieron sus empleos injustamente, las agredidas sexualmente, las que recibieron golpes por ejercer su libertad de expresión, las que se quedaron sin protección del sistema de justicia por tener una relación extramarital, las que marcaron el número de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres sin obtener respuesta. A poco más de un mes de las elecciones generales, ha llegado el día para recordarlas.
A través de los tres años y medio de mi blog Mujeres en Puerto Rico he documentado cómo la gestión gubernamental de Luis Fortuño ha dejado a las mujeres en un estado inaceptable de desamparo, en especial, las más desventajadas: las pobres, las víctimas de violencia doméstica, las de la comunidad LBTTQI e inmigrantes. El cuadro es desolador no sólo por la cantidad de mujeres asesinadas -más de ochenta hasta la fecha- sino por la falta de compromiso de la actual gobernación de trabajar en conjunto con las personas y organizaciones que por años han demostrado ser efectivas en lidiar con la violencia de género.
El fundamentalismo religioso como política pública
Luego del Gobernador haber nombrado a Johanne Vélez (quien fuera una de las mujeres propuestas por los movimientos feministas del país) para el cargo de Procuradora de las Mujeres, su propio asesor, Aníbal Heredia, cabildeó en contra del nombramiento; la senadora Evelyn Vázquez le declaró la guerra; el nombramiento fue colgado por descargue. Ese acto fue la punta de lanza de unas de las peores políticas públicas del actual gobierno: la de ignorar por completo la obligación constitucional de preservar un Estado laico y la separación Iglesia y Estado. Esa “política pública” ha nutrido las estrategias fallidas del actual gobierno para atajar la violencia contra las mujeres.
El primer Secretario de Educación del cuatrienio colocó en un nefasto limbo la ejecución de la Carta Circular 3-2008-2009 que buscaba crear las guías para implementar la perspectiva de género en todas las instancias educativas del país; se pretendió sustituirla con campañas huecas y a la vez peligrosas como Promesa de Hombre y Tus Valores Cuentan, ambas fundamentadas en visiones estereotipadas sobre las mujeres, los hombres y los principios que promulgan el civismo en la ciudadanía. Esas campañas se tragaron un presupuesto millonario que bien pudo haber sido utilizado para ejecutar la mencionada carta circular, o para las organizaciones de base comunitaria que brindan servicios directos a poblaciones necesitadas.
La actual Procuradora de las Mujeres, Wanda Vázquez, -a pesar de tener cierto conocimiento sobre asuntos de género por su anterior trabajo como fiscal de casos de violencia doméstica- no ha logrado desvincularse de 1) una agenda partidista (la que la llevó a fiascos como vestirse de luto en protesta por comentarios sexistas de Jay Fonseca contra Evelyn Vázquez- pero no salir en defensa -por ejemplo- de las estudiantes agredidas sexualmente por la Policía de Puerto Rico durante la huelga de la UPR en el 2010 y 2) sus vínculos con agendas religiosas.
Estas agendas jugaron un importante rol en que la Procuradora validara que dos jueces y una jueza del Tribunal Supremo resolvieran que una mujer -en una relación extramarital- no estaba protegida por la Ley 54. Con relación al mismo asunto, cabe recordar que la Procuradora Vázquez avaló oficialmente que el adulterio continúe tipificado como delito -por la falacia de que descriminalizarlo propendería a más casos de violencia doméstica.
El desempleo y la falta de acceso a estudios universitarios como armas de opresión
La ley 7 de 9 de marzo de 2009 (un día después del Día Internacional de la Mujer) dejó sin trabajo a miles de mujeres puertorriqueñas. La magnitud de las consecuencias de tal acto gubernamental todavía está por verse. Sin embargo, ya sabemos que además de la pérdida del empleo –que significa la vulnerabilidad económica de cualquier ser humano- las consecuencias incluyen el desmantelamiento de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres con la pérdida del 75 % de sus empleadas y empleados.
Algo similar sucedió en otras agencias que brindan servicio directo a las mujeres, especialmente, las más pobres. Los despidos por Ley 7, además, pusieron a competir a las mujeres recién desempleadas con otras con menos recursos en el mismo limitado mercado. Estas últimas, entonces, han visto sus posibilidades de movilidad social seriamente reducidas.
Igualmente, la cuota impuesta unilateralmente al estudiantado en la Universidad de Puerto Rico ha hecho mucho más onerosas las posibilidades de las mujeres pobres y trabajadoras de mejorar sus circunstancias de vida a través de la educación. En un conversatorio reciente, Vanessa -una madre universitaria y trabajadora- nos explicó que como no puede ser estudiante a tiempo completo, sus semestres de estudio se han duplicado por lo que el pago de la cuota se ha tornado en un peso casi inaguantable. Estudiar en todas las universidades (no sólo la pública) se ha tornado excesivamente caro y quien logra graduarse tendrá dificultades para obtener empleo.
La criminalización de la protesta
En lo que respecta al derecho de la ciudadanía a expresarse, baste con recordar los episodios violentos de la huelga estudiantil y cómo el aparato estatal se enfocó específicamente en las estudiantes líderes, diciéndoles epítetos sexistas, agrediéndolas sexualmente en sus arrestos y tirándolas literalmente por las escaleras del Capitolio. Al resto de la sociedad que se solidarizaba con el estudiantado le prohibieron llevar comida a las personas en huelga, o brindarle apoyo en sus manifestaciones.
Prohibido olvidar que el día que tuvimos que salir corriendo del Capitolio porque, entre otras cosas, la Policía nos tiró a sus caballos encima, allí estábamos las compañeras del Movimiento Amplio de Mujeres exigiendo que los proyectos de ley se discutieran a puerta abierta. No puedo identificar a una sola funcionaria o funcionario del Gobierno de Luis Fortuño que, durante esas penosas miserias, saliera en defensa del derecho del pueblo a protestar.
Y como la sutileza nunca ha sido el fuerte del actual gobierno, hace apenas unas semanas el Gobernador firmó un nuevo código penal que criminaliza, entre otras cosas, las protestas en centros de estudio y salud.
Ausencia de reivindicación judicial
A nivel de la Rama Judicial el peor golpe recibido fue la decisión de Pueblo v. Flores Flores, en el cualnuestro Tribunal Supremo determinó que una mujer, en una relación consensual extramarital, no estaba cobijada por la Ley de Prevención e Intervención con la violencia doméstica (la Ley 54) porque su agresor no era su esposo.
Luis Fortuño es responsable por esta decisión por haber nombrado a dos jueces y a una jueza sin tener claro cuáles eran sus posturas en cuanto a la separación Iglesia y Estado; por la manera en que validó que sus nombramientos se aprobaron mediante vistas fast track; por ignorar el rol del Colegio de Abogados y otras instituciones a la hora de hacer nombramientos judiciales; y por avalar con su política pública de fundamentalismo religioso que las personas –jueces o no- tomen decisiones en su vida desde sus prejuicios.
También es responsable por no ejercer su liderato y permitir que las maneras violentas, homofóbicas y machistas de Thomas Rivera Schatz se hayan convertido en la norma de hacer las cosas en el Senado de Puerto Rico. Así como no defendió el nombramiento de Johanne Vélez, nada hizo para lograr que la Ley 54 fuera enmendada para proteger a todas las víctimas de violencia doméstica, independientemente de su estado civil y orientación sexual.
Así las cosas, ¿cómo podía sorprendernos que una jueza hallara que un hombre que mató a su esposa a tubazos cometió un asesinato atenuado por la presunta infidelidad de ella?
Tristezas intercaladas con historias de resistencia
Escribir estas palabras no ha sido fácil. De hecho, en estos días leía una reflexión feminista sobre el efecto que el dolor ajeno tiene en las personas; y a ratos confieso que me siento agotada. Pero suceden historias hermosas todos los días. En una conversación reciente con Alana Feldman de Taller Salud, ambas estuvimos de acuerdo de que –a pesar de haber sido cuatro años muy difíciles- muchas organizaciones han logrado crecerse ante la adversidad.
Taller Salud, por ejemplo, ha logrado ampliar la población atendida, incluyendo ahora a padres y hombres jóvenes. Además, cada día son más las mujeres que se piensan como personas políticas y aunque es mucho el camino que nos falta por recorrer ha sido gratificante ver cómo las nuevas opciones electorales han reconocido la importancia de contar con las voces y el trabajo de las mujeres.
Han sido cuatro años de retrocesos y golpes. No obstante, las mujeres que vivimos en Puerto Rico nos hemos mantenido firmes en nuestra convicción de que tenemos derecho a ser felices. A casi un mes de las elecciones, vale la pena aspirar a un gobierno que comparta nuestra convicción.
Notas:
[1] La foto de Teresa Canino para Primera Hora generó varios debates sobre su publicación y su uso. Revisa uno de los debates aquí.
Lista de imágenes:
1. Afiche/imagen performance "Alto a la violencia de género".
2. Foto por Israel González para Primer Hora, 2012, de Franchesca Duarte. Franchesca perdió sus piernas al ser arrollada por su ex-novio, a quien se le sentenció por delito menos grave a tres años de cárcel.
3. Mural del Movimiento Amplio de Mujeres de Puerto Rico, Ave. 65 de Infantería, 2010.
4. Foto de Ricardo Alcaraz, policía intimida a estudiante en manifestación UPR, 2010.
5. Foto de Andre Kang para Primera Hora, julio 2010.
6. Mural por Caucus de la Mujer del Movimiento Socialista de Trabajadores, Ave. Fernández Juncos, Santurce, 2010.
7. Foto de Nelson Reyes Faría para Primera Hora. La policía remueve el cuerpo de Julia Cruz García, quien fue baleada en su hogar por su ex-pareja en el 2011.
8. Foto de Andre Kang para Primera Hora. Entierro de Aida Cruz, muerta por su pareja consensual en abril 2011. Los asistentes bailaron canciones de bachata frente al ataúd para recordarla.