'El feminismo está vivo y en permanente movimiento en América Latina'

Feminista de origen francés, recientemente nacionalizada colombiana, Florence Thomas es un referente de las nuevas generaciones del movimiento feminista y una pionera en America Latina en la articulación de redes de mujeres. Su trabajo como Coordinadora del Grupo Mujer y Sociedad en Colombia ha significado la apertura de debates que, desde diversos enfoques, han reivindicado a las mujeres como sujetas de derechos. Fue una de las organizadoras del 12 Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en noviembre de 2011, en el que 1.200 mujeres dialogaron durante cuatro días en torno a “provocaciones” que buscaban, evocando a la chilena Julieta Kirkwood, “desatar, desnudar y reanudar”. Thomas nos recibió en su casa, en Bogotá.

De los encuentros, el feminismo y los Estados 

- ¿En estos 30 años, cómo percibe la evolución del feminismo en América Latina?

- Muy activo, incluso a veces creo que más que en Europa. El feminismo en América Latina está absolutamente vivo, por supuesto, porque tenemos todavía una cultura patriarcal realmente impresionante y si bien se ha logrado agrietar ese patriarcado y empezar a derrumbar algunos aspectos del mismo, todavía hay grandes resistencias.

En la región, aparte de Cuba y Ciudad de México, el aborto no es legal; en Colombia estamos lejos de lograrlo. “Mi cuerpo es mío” es una frase absolutamente actual, viva, intensa; yo lo grité en París en los años 60 detrás de Simone de Beauvoir: hoy “mi cuerpo es mío” y el Procurador General de la Nación de Colombia nos manda a los infiernos. Cada vez que se toca el cuerpo de las mujeres y nuestra autonomía sobre ellos es un escándalo: en Chile -potencia económica- no se puede hablar de la píldora del día después; en Nicaragua -con un presidente que viene de la revolución sandinista- se suprime la única excepción que existía para el aborto… Y esto hablando solamente de Derechos Sexuales y Reproductivos, si hablamos de mujeres en la política, de la brecha salarial o de la famosa revolución educativa, creo que en América Latina el feminismo cada vez es más pertinente.

Estamos marchando a pesar de la fragilidad de los movimientos sociales de mujeres, a veces muy fragmentados. El feminismo es un movimiento político complicado, donde por supuesto todas no estamos de acuerdo sobre todos los temas que tratamos, lo acabamos de ver con el ELCAP [2]. El feminismo es un movimiento, no es estático, por eso las críticas me parecen positivas, son parte de la riqueza del movimiento.

- ¿Cuáles son los puntos de confluencia y divergencia entre el feminismo de su generación y las nuevas generaciones?

- Las nuevas generaciones están avanzando. De alguna manera han recibido una herencia de sus madres, de sus abuelas, de sus bisabuelas… Algunas son muy jóvenes, están abriendo nuevos caminos de reflexión (los neo-feminismos, los ciber-feminismos), a veces incluso con algunos retrocesos, con un lenguaje que retoma muchas cosas de los años 60. Pero creo que, por supuesto, las nuevas generaciones están ahí, trabajando mucho las intersecciones: ya no se habla tanto de lo que significa construirse como mujer, sino de lo que significa deconstruirse, como decía Simone de Beauvoir: “Uno no nace mujer, se hace mujer”.

 

- ¿Cómo percibe la crisis económica mundial y cómo podemos las mujeres generar resistencias para evitar retrocesos en el trabajo que venimos realizando?

- Es una cuestión difícil, las agencias internacionales están cada vez más duras con los proyectos en relación a las mujeres, sobre todo para un país tan particular como Colombia, que pese a los aportes extranjeros aún mantiene un 46% de pobreza. La situación es dramática, se está retirando mucha financiación. Es necesario presentar buenos proyectos para evitar una situación de retroceso.

Sobre el feminicidio

- ¿Femicidio o feminicidio?

- Yo hablo de feminicidio, en Colombia se usa más este término.

- Haciendo una intersección entre feminicidio y conflicto armado, ¿qué factores deberían tenerse en cuenta en Colombia para una posible tipificación del mismo?

- En Colombia hay múltiples investigaciones sobre las víctimas de la guerra, pero no tanto sobre el feminicidio como resultado de la guerra. Si bien hombres y mujeres son víctimas del conflicto, los traumas son diferentes evidentemente. El tema que más hemos trabajado son las violaciones, puesto que el conflicto armado vulnera todos los derechos sexuales y reproductivos.

mujer

Sin embargo, considero que es muy difícil la tipificación del feminicidio analizado desde el conflicto armado, porque si hay algo que provoca el conflicto armado son las muertes de los hombres: los hombres mueren en el conflicto armado y las mujeres se quedan con todo el peso de lo que significa que sus hombres ya no estén, que sus hijos se hayan ido a la guerra, que estén solas.

- ¿Considera que el feminicidio se ha incrementado en Colombia? De ser así, ¿a qué se debe el recrudecimiento del mismo?

- Yo creo dos cosas: primero que las mujeres hemos aprendido a denunciar y segundo que los medios se han abierto a esta situación. Hemos trabajado mucho con los medios para que se denuncie apropiadamente, porque en la mayoría de las oportunidades terminaban justificando el hecho.

No creo que haya más violencia intrafamiliar, ni más violencia en general. Debido al conflicto armado, Colombia tiene una particularidad en relación a otros países de América Latina. Considero que en el tiempo de nuestras abuelas había igual violencia intrafamiliar que hoy en día, pero las mujeres no denunciaban. Cuando llegué a este país hace 44 años la expresión violencia contra las mujeres no existía, no había una sola estadística. Nos salvó uno de los primeros grandes enunciados del feminismo: “Lo privado también es político”. Esta frase es fundamental porque con ella empezamos a abrir la casa a la calle y a mirar lo que pasaba adentro.

- Amor/feminicidio, ¿cómo es posible que se mate por amor?

- Creo que hay que repensar el amor, nuevas éticas del amor, nuevas dinámicas del amor. Entender que nadie puede poseer a nadie por amor es todo un nuevo aprendizaje, debería enseñarse en el colegio. En Colombia hay una educación sexual lamentable centrada en la genitalidad; no hay educación sexual en torno al deseo, a la palabra. En este país del amor se habla con aguardiente a las cuatro de la mañana, cantando boleros y en las telenovelas, con el mismo guión que hace 40 años. Hay que repensar el amor, porque las mujeres han cambiado: antes había un sujeto amoroso con su objeto de amor, ahora hay dos sujetos frente a frente con los mismos derechos.

Notas:

[1] Metodología, provocaciones y demás detalles del EFLAC, pueden ser vistas aquí.

[2] Para mayor información, ver entrevista al respecto. 

Lista de imágenes:

1. El Espectador, Florence Thomas: "Buscar una igualdad absoluta era una tontería, era replicar eso contra lo que estábamos luchando", 2008.
2. Javier Vargas Acosta, Florence Thomas conversa con Escuela País, 2010.
3. Función Educativa Teatrat (UNC), Florence Thomas en la Universidad Nacional de Colombia, 2008.
4. CAMO, Florence Thomas en 'Hooters' por primera vez, 2012.