20 de julio del 2011, París.
A veces hay ventajas en ser miserable.
Hay que comprender que no tener dinero en París es ridículo. Nada más transportarse cuesta al mes el equivalente de un sueldo más o menos decente en México. Lo más barato en el supermercado son unos chips sabor camarón de ochenta centavos que son más aire que comida.
Ayer me quedé con el dinero suficiente para elegir si quería comprar comida o comprar cigarros. Todavía no soy tan bohemio y mezquino, así que me decidí por la comida. Mis pasos me llevaron por casualidad a las puertas del cementerio Montparnasse. Dije por qué no. Vamos a poblar mis colecciones fotográficas de más pinchis clichés de París. "Miren, la tumba de Sartre, la tumba de Porfirio Díaz". Vamos a llenar el acervo cultural del mundo con más fotos amateurs de las mismas pinchis tumbas en los mismos ángulos. Por qué no, ya estoy aquí.
Pero no contaba con esto.
No contaba con que la gente deja cigarros en las tumbas. La tumba de Jean-Paul Sartre y Simon de Beauvoir estaba sembrada de besos, cartas, piedras, flores y cigarros, deliciosos Lucky Strikes frescos y listos para la acción. Que quede claro que no le voy a robar un cigarro a los muertos; así que dejé 20 centavos en la losa de fúnebre. El cigarro que había pertenecido a los escritores muertos me supo más delicioso que un cigarrillo normal.
Después me dije "de aquí voy a sacar suficientes cigarros para todo el día" y me fui en busca de las tumbas más visitadas y famosas. Encontré la de don Porfirio Díaz, el dictador favorito de todos, y cuál fue mi sorpresa al encontrar un Marlboro rojo empotrado en la ventana.
¿Qué creían? ¿Que le iba a dejar dinero a él a cambio de su Marlboro? Váyase al culo, don Porfirio; ladrón que roba a ladrón, ¿no?
Tomé el cigarro sin remordimientos y me lo llevé. A Baudelaire no tuve el corazón de robarle nada. Simplemente me pareció muy triste verlo enterrado junto a su familia. Baudelaire odiaba a su familia.
La tumba de Cortázar y de César Vallejo me dieron la oportunidad de hacer un poco de grafiti semilegal. En ambas tumbas la gente escribía las mismas chingaderas cursis "Gracias por el fuego", "El zen es un río metafísico", "¿Encontraré a la Maga?" y cosas así, así que yo escribí la mejor frase que se me ocurrió: mi nombre.
Con cigarros en mi posesión y después de un poco de vandalismo egocéntrico, me paseé sin rumbo, pues ya comenzaban a llegar los turistas.
Al menos tuve la decencia de poner una piedra negra sobre una piedra blanca en la tumba de César Vallejo y mi nombre con marcador indeleble sobre la bandera de Perú. “Tumba mejorada 200%”, pensé.
Convencido de que llegaría a casa a escribir sobre mi robo de cigarros, me decidí a tomar unas cuantas fotos.
Cuál sería mi sorpresa al ver a un sujeto en pleno acto de inscribir sobre una lápida con martillo y cincel el nombre fresco de una persona. Me pareció muy chingón. Me encaminé hacia él, listo para pedirle permiso para tomarle una foto mientras hacía su trabajo, cuando el nombre en la lápida me dejó frío: CARLOS FUENTES.
Traté de recordar si había leído en las noticias de la mañana algo sobre la muerte de Carlos Fuentes. Le pregunté al escritor de lápidas en el mejor francés que pude convocar:
—Disculpe, señor, ¿sabe si este Carlos Fuentes es un escritor mexicano?
—No sé, es un embajador— me respondió, apenas retirando la vista de su trabajo.
Después leí los otros nombres en la lápida: "Silvia Lemus", "Carlos Fuentes-Lemus", "Natasha Fuentes-Lemus".
Si la memoria no me falla, Silvia Lemus tampoco ha muerto recientemente. Así que le pregunté al artista:
—¿Sabe si Carlos Fuentes murió?
—No, no se ha muerto.
Entonces comprendí. Estaba frente a la futura tumba de Carlos Fuentes.
Chingón.
Lista de imágenes:
1. Carlos Mal en el cementerio Montparnasse, 20 de julio del 2011.
2. Cigarettes for two, de Julie London, Montparnasse (tumba de Jean Paul Sartre y Simone Beauvoir), 11 de mayo del 2008.
3. Cementerio Montparnasse, 20 de julio del 2011, tumba de Paul Sartre y Simone Beauvoir, foto por Carlos Mal.
4. Cementerio Montparnasse, 20 de julio del 2011, tumba de Julio Cortázar, foto por Carlos Mal.
5. Carlos Mal en el cementerio Montparnasse, 20 de julio del 2011.
6. Esculpiendo la lápida en la tumba de la fa. Fuentes, cementerio Montparnasse 20 de julio del 2011, foto por Carlos Mal.
7. Lápida de la tumba de la familia Fuentes, cementerio Montparnasse, 20 de julio del 2011, foto por Carlos Mal.
* Este ensayo fue publicado anteriormente en el blog del escritor Carlos Mal Pacheco, No More Mr. Nice Poet.