Solía encerrarse en el baño para encontrarse consigo. Escapaba de cualquier bullicio o agitación de gente. Entraba, apestillaba la puerta y se sentaba sobre el inodoro mientras reposaba el mentón sobre sus puños cerrados. Reflexiva, como si supiera que necesitaba tiempo aparte para partirse. El baño es el único lugar de intimidad que aún queda, como una bastilla para protegerse. Nadie te jode cuando vas al baño, no sin ciertas reservas y límites.
El baño era pues su cuarto propio. Allí permanecía para espantar la voz del jevo cuando era demasiado pesada o el bullicio de una multitud en una discoteca. Era la excusa perfecta para interrumpir conversaciones de manera abrupta y eludirlas para siempre luego. La pichaera.
En el baño, la soledad era acogedora. No recordaba esta inmensidad de los espacios vulgarmente amplios, como si hubiese obligación de ocuparlos con personas. Nadie espera que vayas acompañado al baño, a menos que vayas a echar un polvo. Incluso los baños públicos le ofrecían ese resguardo. Ese detenerse por un momento y respirar.
Sacó de su cartera un lápiz labial y se retocó frente al espejo. ¡Qué carajos estás haciendo con tu vida, cabrona, que no tienes ni puta idea! Cuando no se tiene puta idea de qué hacemos con nuestra vida, tenemos que aumentar el volumen de la mascara. Los ojos todo lo dicen. Hay que ocultarlos tras una maraña de pelos estetizados.
Terminado el ritual, guardó silencio un rato más. El rostro con poco lustre, de pronto era un carnaval. Se escuchó alguien tocar la puerta. Siempre es breve este estar a solas a gusto.
Salió del baño de los hombres ante la fila. Continuó su pavoneo entre los "vaya mamiii, que ricaaaa", "to eso e’tuyoooo", "este cabrón no está operao", "loca"... Ya estaba acostumbradx al escándalo que suscitaba su repentina salida del baño. Aunque, siempre transpiraba un poco y el pulso se le aceleraba.
Se acercó a la barra y pidió un cosmo. Se dijo para sí: "una no siempre regresa a sí misma igual, sobre todo si se te cae una pestaña postiza en el carajo".
Lista de imágenes:
1. Anja Niemi, "Expositio by Wypshower", 2014