¿Gutenberg decolonial?: proyecto editorial emergente en clave boricua

Sin capital financiero de fácil acceso, “sus principales activos son la creatividad, las habilidades, la ingenuidad y la imaginación.”
-Charles Leadbeater y Kate Oakley 

Muchas veces hemos escuchado y leído que las posibilidades de proyectos casi familiares o de amigos son una ventaja en el mundo editorial, principalmente el alternativo.
-Raúl Marcó del Pont y Cecilia Vilchis

Sobre el cuco y otras estrategias del miedo

Es indudable que el mundo editorial global experimenta una enorme transformación en la era digital. Los soportes digitales se multiplican, el ingenio impreso se diversifica y la activación de estrategias de supervivencia se imponen. Estos procesos en el caso de proyectos independientes puertorriqueños son dramáticos. Nuestro archipiélago enfrenta dichas metamorfosis con una economía colonial profundamente deprimida hace ya varias décadas y con una realidad editorial limitada a su mínima expresión.

¿Cuál será el destino del libro en este escenario? ¿Tiene algún sentido su pervivencia y bajo qué condiciones? ¿De qué modo esta coyuntura puede abonar un proceso decolonizador del saber?

Esta ponencia* ofrece el testimonio de un proyecto editorial sin fines de lucro que ha nacido en los umbrales del siglo XXI en Cabo Rojo, Puerto Rico y explora sus potencialidades como medio anti-colonial, anti-sistema y promotor de nuevos saberes. Al mismo tiempo, se esgrimen las siguientes interrogantes: 1) ¿cómo se  articula un proyecto editorial anti-colonial en el contexto actual puertorriqueño? y, 2) ¿cómo un proyecto editorial autónomo podría nutrir una agenda decolonizadora del saber?

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Pero, primero hablemos de los cucos recientes, y no tanto, que han cobrado proporciones gargantuescas del 2008 a esta parte. El capitalismo rapaz está en crisis. Hecho. La globalización económica ha sido decretada a unos y a otros sin orden ni concierto. Hecho. La revolución digital llegó para imponerse y ha impactado, prácticamente a todos los sectores culturales. Hecho. Las industrias creativas y, en especial, la editorial han experimentado una profunda transformación en el siglo XXI. Hecho.

Al mismo tiempo, y enredadas en dichas debacles se hacen saltos lógicos y se declara el fin de la palabra escrita como la hemos conocido hasta ahora. El libro, ese preciado objeto, de tantxs de lxs presentes va a desaparecer asesinado por el ebook. Dudoso. Las iniciativas editoriales independientes y “artesanales” están destinadas a desaparecer ante los pulpos de los emporios editoriales cada vez más concentrados en menos manos. Dudoso. Los proyectos sin fines de lucro no tienen cobijo en el escenario del capitalismo burdo y duro. Dudoso. La apuesta por contenidos emergentes, poco o nada rentables, está destinada al fracaso. Dudoso.

Después de tanta declaración de muerte prematura, el libro, los proyectos editoriales independientes –anti-sistema– y los contenidos emergentes circulan de todas las formas habidas y por haber tanto en formato impreso como digital. Los certificados de defunción son los únicos enterrados hasta ahora. Nos advierten Marcó y Vilchis que: “El libro digital es como una fantasía; por un lado, es el monstruo que nos iba a devorar hace diez años, y ya pasaron hasta 12 y no pasó nada; y a la vez, ya está presente y mucha gente lo utiliza…” (123).

No sabemos los derroteros que tomará esta convivencia. Pero sí podemos afirmar que la relación existente en el mundo editorial a finales del 2013 está abierta a múltiples acomodos y a destinos inciertos.

Esa situación no nos debe llevar a la complacencia. El mundo del libro no está exento de las dificultades económicas de nuestros tiempos. Sin embargo, esta inflexión no tiene por qué tener un final fatídico. Antes bien, podrían abrirse espacios alternativos, independientes, a la contra que, ante la coyuntura actual, pongan en circulación modos, estrategias y saberes que hasta aquí no habían visto siquiera la luz en la falaz bonanza de tiempos pasados.

Sobre el miedo y otras estrategias del cuco

Debe quedar claramente dicho: el pasado no siempre fue mejor. El impacto tecnológico en la esfera del libro lo acompaña desde Gutenberg a esta parte y ha sido bueno y malo dependiendo desde quién y desde dónde se habla. El dominio de la cultura escrita sobre las oralidades también aplastó prácticas magníficas que nos precedieron y no ha sido bueno, sobre todo para los modos exterminados. Los saberes locales en contextos profundamente colonizados, como nuestro archipiélago, tampoco han sido, por lo general, los contenidos que han circulado en los grandes emporios editoriales del norte.

Más bien, ha sido todo lo contrario. Puerto Rico ha visto nacer sellos editoriales locales, la mar de las veces de corte independiente, y morir precisamente por su imposibilidad para resistir el empuje de los grandes intereses editoriales que hacen su agosto, en especial en el campo de los libros de texto escolares y universitarios.

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Este archipiélago ha tenido una editorial universitaria que hoy en día es prácticamente inexistente. Nadie hace nada porque subsista y si alguien lo está haciendo es, a todas luces, invisible. Huracán, Edil, Isla Negra, Callejón, entre otras, sobreviven como pueden.

Sin embargo, en los últimos cinco años han proliferado proyectos modestos, alternativos, más cerca de la lógica artesanal que de la industrial, que son cada día más. En su mayoría se trata de sellos que apuestan por la poesía, el teatro y la narración breve. Estas son resistencias al miedo y al cuco en más de un sentido. Estas son aventuras y osadías que nos permiten leer lo otro. Lo que está hecho con nuestra cenizas y con nuestras cadenas. Estas son exploraciones audaces que nos invitan a mirarnos en otro espejo de saberes, modos y acentos.

Inevitables e imprescindibles

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En ese contexto nace en septiembre de 2010 Editora Educación Emergente en Cabo Rojo, Puerto Rico. Se trata de un experimento y un sueño entre familiares amigxs. Persigue producir libros con metodologías y contenidos emergentes para, principalmente, el espacio escolar y universitario. Sueña con tener una biblioteca digital de acceso libre que crezca con los recursos generados por el libro impreso. Apuesta, también, por publicaciones híbridas que tengan la agilidad del ebook y la posibilidad del libro.

Sin embargo, desde los proyectos piloto hasta los presentes, nuestros títulos impactan, especialmente el espacio universitario. También han sido frecuentes las propuestas de textos liminares, entre un género literario y otro, que han enriquecido una de nuestras series bautizada, Edades de Siddhartha. La crónica puertorriqueña ha visto un nuevo vuelo en títulos como Mi tecato favorito de Rima Brusi Lamadrid, K-lores del trópico de Francisco Cabanillas y Decirla en pedacitos de Guillermo Rebollo Gil.

En cada uno de esos libros transita el Puerto Rico de las islas, el de la diáspora y el que pulula por tantas partes del mundo. La antropología y la literatura caribeña encuentran en estas propuestas una afirmación desde la posibilidad anti-colonial que es también nuestro archipiélago. No solo se trata de reclamar la palabra secuestrada por las prácticas colonizadoras, de antes y de ahora, sino de inventarle presentes y futuros que resisten el mal cuento impuesto.

Por su parte, el manual de iniciación teórica, ¿Quién le teme a la teoría? de esta servidora en colaboración con Beatriz Llenín Figueroa, la colección de ensayos históricos, Porto Rico: hecha en Estados Unidos de Mario Cancel y José Anazagasty y la compilación crítica, Derecho al derecho de Erika Fontánez e Hiram Meléndez  y el tradado de filosofía de la tecnología, Tras otro progreso de Héctor Huyke dan cuenta de una ensayística pertinente, demoledoramente crítica y asentada en otros modos de enfrentarse a la educación, la historia, la filosofía y el derecho desde este Puerto Rico nuestro de todos los días. Los cuatro campos a los que se dirigen estas palabras son emplazados y ya no serán los mismos, al menos, desde esta periferia nuestra.

La puesta en circulación de estos saberes supone, en sí misma, un acento decolonizador que enriquece nuestras posibilidades epistemológicas y nos inserta en esa tradición palabrera que abona el cambio. Nuestras series –Otra escuelaOtra universidadOtra crítica y Otra escena– ponen su ojo en la otredad nuestra y en esa otra en la que nos han pretendido convertir. Nosotrxs somos otrxs.

Para Editora Educación Emergente esta decantada crisis del libro ha sido, por el contrario, una cuna de alternativas. Nuestro modelo editorial se beneficia de la impresión digital en varios sentidos: costos de producción y posibilidad de pequeñas tiradas. Al mismo tiempo, la accesibilidad de plataformas de acceso libre, tales como Presta Shop y la Web 2.0, nos han permitido tener presencia en la red y montar una tienda electrónica económica que le permite a cualquier persona, no importa en qué parte del mundo se encuentre, ver, bajar y comprar nuestros libros.

logo  EEE, a su vez, sigue con rigor el proceso de arbitraje de pares, incluso para los textos literarios, de modo que aquellxs de nuestrxs autores que laboran en el ámbito universitario puedan presentar sus publicaciones a sus acciones de personal con todos los credenciales al uso. Esta práctica, si bien implica un enorme volumen de trabajo, es crucial para los campos socio-humanísticos en los cuales el mundo editorial se ha reducido a su mínima expresión. Sin embargo, los criterios de evaluación de personal no se han atemperado, en la mayoría de los casos, a la nueva realidad global del libro académico. De este modo, también Editora Educación Emergente se convierte en una alternativa para nuestrxs escritorxs locales que siguen carreras universitarias.

La palabra sin la acción es poca cosa con frecuencia. Pero la palabra puede ser, y ha sido, acción. Estas palabras que pone en circulación una editorial independiente boricua enfrenta el cuco de la crisis, con maña, y nos da cuenta de una práctica crítica robusta, floreciente y aguda que nos enseña a preguntar y a hacer otro Puerto Rico. ¿Gutenberg decolonial? Puede ser…

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Ponencia en Caribbean Philosophical Association (SJ, Puerto Rico, 2013).

Lista de imágenes:

1. Jeremy Steiner, de la serie The Death of Print, 2011.
2. Egon declara la muerte de la imprenta en Ghostbusters, 1984.
3. Portada de la última edición impresa de la revista Newsweek, 2013.
4. Montaje de un tweet (apócrifo, por supuesto) de Gutenberg.
5. Logo de Editora Educación Emergente.
6. Portada de ¿Quién le teme a la teoría? (Editora Educación Emergente) de Beatriz Llenín Figueroa y Lissette Rolón Collazo.
7. Logo 2 de Editora Educación Emergente.
8. Montaje para este artículo.