magnolia x alba

La estadística es la expresión más desconcertante de la normalidad.
—Juan Villoro

arte

I.

Hoy me duelen todas las adrianas. Y eso que casi nunca llegué a hablarle. Ahora que lo pienso, pienso en alemanes y su tasa de suicidios, supongamos breve, ya que son pocos los alemanes suicidas que se conocen en el caribe. Ahora que lo pienso, Adriana me saluda con la cuerda rota. Estamos en la clase de alemán, y es un viernes a las siete. Su sonrisa rememora algunos colores. Y hoy, o sea, en ese día como hoy, pienso más que nunca en sonrisas violetas. Tal vez es que fuera la ansiedad, tal vez el arrebato, o el examen de cada viernes. Tal vez es que a esa hora su sonrisa no pudo ser de otra manera.

Hay un verso de David Meza: "Nací el 24 de junio de mil novecientos violeta". Me pregunto qué sería para alguien haber nacido entre almanaques amoratados. Meza tiene veinticuatro años. Adriana tenía veinticinco. Pienso que los años no deberían escribirse en números. Eso siempre simplifica las cosas.

Adriana y yo nunca hablábamos en alemán, como era frecuente entre otros estudiantes. Adriana y yo siempre hablábamos de cosas sencillas, como por ejemplo del trabajo y de lo saludable que puede ser en ocasiones decidir procrastinar, inclusive cuando se sabe que es lo menos conveniente. Negarte por completo a la movilidad, como una de las pocas libertades que realmente ejercemos. Hablábamos también de lo que hubiera sido de nosotros, de no tener que estar despiertos un viernes a las siete. Hablábamos de los sueños, y de lo que hubiera sido de ellos, de no tener que estar despiertos para asistir a un examen.

Nuestras conversaciones siempre giraron en torno a lo hipotético. Es curioso. Podría decirse que nunca ocurrieron. De mis conversaciones con Adriana aprendí que es muy distinto imaginar los sueños. Nuestras conversaciones siempre fueron breves, el tiempo que nos tomaba el café de la mañana. Si decidíamos acompañarlo con fumar, entrábamos más o menos a la misma hora. Pero yo siempre tenía mi café a la hora del examen. Parece que para Adriana era mucho más complejo mantenerse despierta.

Si nos veíamos fuera del contexto de la clase, solíamos saludarnos pero no sin cierta lejanía. Había, sin embargo, una complicidad implícita, de caribeños cogiendo un curso de alemán sin moverse del caribe. Nunca he creído en los cursos intensivos, y mucho menos creo en la eficacia de los exámenes. Ninguno de nosotros dos pasó la clase. Pero ese no es el punto. Cada año en esta isla, más de doscientas personas se suicidan. He aprendido que la estadística simplifica los números.

II.

For the sightless, shapeless hope is vision.
—Jesse Ball

Me enteré del evento del suicidio de Adriana el mismo día que la agregué por facebook. En su foto, se tapa los ojos y ensaya una sonrisa forzada. He escrito "tala", en lugar de "tapa" y se me ocurre que Adriana pudo muy bien haber sido un árbol. En ocasiones taparse los ojos viene siendo lo mismo que talarlos. En ocasiones la luz toda viene siendo como un bosque muerto. En este país la tala de árboles se ha intensificado en los pasados meses. Hay menos árboles por milla cuadrada que los que había hace algunos años. Este año, también, hay una Adriana menos.

III.

Los parques públicos de la isla son como quirófanos o boticarios. Justo hoy que pasando por la calle pensé si no está vivo no se mata. Un hombre arrasando con el parque como raíz de calabaza. En su cara portándose una sombra como flora de muecas. Un tronco vestido de guardarropía. Había gente fumando sentada. No recuerdo la hora. Tirado en el piso me parecía enorme.

Lista de imágenes:

1) Cindy Sherman, Sin título: Early Work in Buffalo, 1977.
2) Cindy Sherman, Sin título: The Early Works, 1975-1977.
3) Francesca Woodman.
4) Rashid Johnson, Rumble, 2014.

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