La cuestión se parece un poco a cuando Plutón dejó de ser planeta. El pobre Plutón sufrió un bajón de categoría. En términos astronómicos, de la noche a la mañana pasó de ser planeta a ser planeta enano. A Plutón, por cierto, no le pasó nada. No fue que se hizo más pequeño o se escapó de su órbita. Realmente lo que cambió fue nuestro conocimiento sobre los cuerpos celestes que habitan nuestro universo.
Nuestro conocimiento sobre los continentes ha cambiado a lo largo de la historia. Y no existe hoy día un consenso acerca de cuántos continentes hay, cuáles son, y cómo se diferencian. La cosa se vuelve más peluda cuando intentamos ubicar a las islas, como Puerto Rico y las demás Antillas, en algún continente. Puerto Rico, ¿pertenece al continente de América? ¿Al de América del Norte? ¿Al de América del Sur? ¿O a ninguno? ¿Es posible que nos hayan dejado flotando a la deriva, sin atarnos, como locos, a alguna orilla?
Según he leído, se reconocen entre 4 y 7 continentes. Lo más común es que el globo se divida en 7: Europa, América del Norte, América del Sur, Asia, África, Oceanía y la Antártida. Así se enseña en la mayoría de los países de habla inglesa, incluyendo India, y también en China. En este modelo a veces se reemplaza Oceanía por el continente australiano. Hay también quienes usan un modelo de 6 continentes, del cual hay dos versiones. La versión tradicional del modelo de 6 continentes es la más común en los países de habla hispana y algunas partes de Europa, y comprende que América del Norte y América del Sur son un solo continente, América.
También existe una versión geológica del modelo de 6 continentes, que no junta a las Américas, sino que funde a Europa y Asia en un solo continente, Eurasia. Esta versión geográfica se basa en las placas tectónicas continentales y es el modelo preferido en Japón y la mayoría de los países de la antigua Unión Soviética.
También existe el modelo de 5 continentes (Europa, América, Asia, África, Oceanía) que excluye a la Antártida porque muestra sólo los continentes habitados. Este es el modelo que usa la ONU y el que inspira los 5 anillos del logotipo olímpico. Además existe un modelo de 4 continentes (Eurofrasia, América, Oceanía y la Antártida) que se basa en la definición estricta de continente como un área de tierra continua.
Es curioso que en diferentes regiones del mundo se utilicen diferentes códigos para seccionar la gran masa de tierra en trozos de un gran rompecabezas. No ayuda la definición vaga de lo que es un continente —- “una gran extensión de tierra que se diferencia por conceptos geográficos (como los océanos y las montañas) y culturales (como la etnografía)”.
Algunas personas entienden, por ejemplo, que la estrechez del Canal de Panamá no permite que América se divida en dos continentes. Pero entonces, dividen África y Asia en dos continentes por el Canal de Suez. Y mientras algunas personas dicen que las montañas Urales justifican que Asia y Europa sean continentes apartes, no permiten que las montañas Rocosas en Estados Unidos declaren a California un continente independiente. ¡Salados los californianos que buscan la independencia de la unión norteamericana!
Entonces, ¿a qué continente pertenece Puerto Rico? Para variar, la respuesta no está clara. Comúnmente, los continentes incluyen las islas situadas a corta distancia de la costa. Groenlandia, por ejemplo, es parte política de Dinamarca, pero pertenece en geografía a América del Norte. Si esto es cierto, entonces las islas del Caribe son parte de América del Norte (o América). Pero hay un grupo de revoltosos que piensa que si una isla se encuentra a una distancia “significativa” del continente, separada por pedazos “importantes” de mar, entonces no es parte del continente. Bajo este principio, Puerto Rico y las islas del Caribe quedan a la deriva, parte de ningún continente, como Hawaii.
Se me ocurre pensar que el veredicto acerca del número de continentes recaerá en los efectos del calentamiento global. Tan pronto comencemos a evidenciar cambios significativos en el nivel del mar, la separación entre las islas y los continentes, entre las dos Américas, entre África y Asia, se notarán más o menos que hoy día. Además, siempre queda la posibilidad que las placas tectónicas se desplacen de forma imprevista y reordenen las piezas del rompecabezas.
Mientras tanto, agradezco que el mundo sigua siendo redondo. Ningún incrédulo ha tenido el ingenio y la astucia de proponer una teoría más rebelde que la circular.